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3 de junio de 2016

De Reptiles y de Serviles



De Reptiles y de Serviles 






[De nuevo, sobre la política de Nicaragua y sus circunstancias, incluyo lo de abajo escrito como artículo de opinión en función de las próximas elecciones generales de noviembre de 2016.]

De Reptiles y de Serviles en la Política
Elecciones en Nicaragua en el 2016




Hubo un tiempo dos hombres sabios con quienes solía conversar por relación de parentesco, uno consanguíneo y otro por afinidad. Es decir, ellos hablaban y yo reaccionaba como joven que era, y les gustaban mis reacciones de tal manera que las consideraban un estímulo para continuar conversando conmigo. De no haber sido así me habrían enviado a mejorar mi entonces escasa instrucción en la evolución de las especies, historia de la humanidad y temas conexos.

De hecho fui al exterior a continuar con tal instrucción, en parte para no hacer el ridículo frente a esos hombres sabios a quienes admiré y amé, y quienes me hacen falta todavía desde que se fueron de este mundo. Fueron hombres íntegros.

Uno de ellos me decía irónicamente que una variante de los homínidos había involucionado hacia los reptiles en el proceso de sus mutaciones genéticasla que inicialmente se había levantado en sus extremidades inferiores para su locomoción y otros fines– puesto que muchos se seguían arrastrando para comer. Así lo decía y ponía el ejemplo que los serviles, es decir que esa variante homínida que actualmente se arrastra, contribuye con la creación de dictadores para adularlos una vez en el poder, estirar la mano y reptar para comer. 

“Comer” lo usaba como un eufemismo por supuesto. Se refería al enriquecimiento que le permitía el dictador a los rastreros. Más claro que eso no le era posible expresarse. Y no solo, me decía que a los reptiles que se excedían en su servilismo y le hacían daño a la imagen de la dictadura en un momento determinado, se les separaba de sus cargos y se les “premiaba” con otros para apaciguar a los suyos –a los demás serviles–,  para que se siguiesen reproduciendo y continuaran alimentando la dictadura.

Hay algo sin embargo que he agregado a esas lecciones de vida después de mi instrucción ulterior sobre los reptiles, los del género animal. Han evolucionado y lo siguen haciendo antes y después de los saurios, adaptándose genéticamente a la naturaleza circundante para sobrevivir y reproducirse, y lo han logrado. Todavía están por aquí con la salvedad que algunas especies se levantan en las extremidades posteriores para correr y huir del peligro que les acecha, hasta que aterrizan en las cuatro cuando perciben que el peligro ha cesado, para continuar reptando cuidándose siempre las espaldas.

Cualquier similitud con los serviles de la política y de las magistraturas no es una coincidencia. Los serviles son reptiles, con el perdón del género animal. Los animales no tienen culpa. Así evolucionaron en sus múltiples mutaciones para adaptarse y sobrevivir. Los animales lo han hecho bien. Ciertos homínidos no. No valen la pena aunque hayan pretendido mimetizarse. Se sabe quiénes son y se exponen al escrutinio público regularmente. Reptan y seguirán haciéndolo. No tienen alternativa al poder que los hace ser rastreros porque serían despedidos de sus cargos o tildados de traidores, sin acceso a otro “premio”.

Que lo digan empleados y funcionarios públicos en privado es más que una señal. Después de todo, los serviles podrán pensar que conservan alguna dignidad cuando se justifican con aquello de tener familia y del  no acceso a otra actividad laboral más que la emigración, lo que no es fácil para nadie. Pero nada justifica a los serviles que se destacan por su hipocresía, cinismo y oportunismo. Esos que hablan en los medios para tratar de justificar lo injustificable de la dictadura, o los que guardan silencio por órdenes "de arriba". Esos son los verdaderos despreciables, los que realmente se arrastran para “comer” contra toda constitución y toda ley. Mienten descaradamente. Lo sabemos y ellos también.

Y parrafraseando lo que decía en particular uno de esos hombres sabios mencionados al inicio, ésos no valen la pena y siempre se darán a conocer como lo que son realmente: seres que reptan. No saben hacer otra cosa. Hasta ahí llegó su mutación genética en la evolución de las especies.