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31 de agosto de 2024


Entre el objeto, el sujeto, el ser y la existencia

(Publicado originalmente en el diario digital de Nicaragua La Prensa)

 

Como algún lector atento habrá comprendido, pienso y me expreso para interpretarme a mí mismo. No se requieren grandes conocimientos, solo la síntesis de otros que ya han pensado lo propio, que en lo que al suscrito concierne, no me dicen mucho, con la salvedad de alguno que otro personaje que iré identificando. Prefiero mis propias experiencias y categorías intelectivas por más erróneas que puedan ser. Ese soy yo, el que existe.

Como dice el título del presente te lo cuento, desde tiempo atrás ha habido una dicotomía entre el objeto, es decir lo que está fuera de uno mismo, la naturaleza y el cosmos, y la precepción sensorial del sujeto. Fuego, aire, agua y tierra, así comenzó todo como principios del mundo y la vida allá en la costa occidental de Anatolia, ahora Turquía, la de los griegos Jonios.

Desde los Jonios los griegos crearon escuelas propias en las que se trababa de llegar a la verdad de las cosas, obviando los mitos por medio de la observación y el pensamiento, pero más por medio de la especulación, hasta que apareció Sócrates, quien cuestionaba todo para que su interlocutor entendiera su propio desconocimiento de los temas tratados, y fue obligado a suicidarse. De esa escuela surgieron Platón y Aristóteles.


La Escuela de Atenas


Mientras tanto los filósofos griegos de la península y un tanto más allá –la Magna Grecia– trataban de superarse unos a otros sobre la verdad y la virtud, llegando inclusive a incorporar conocimientos científicos en sus postulados, como las matemáticas y la geometría. Desde entonces el pensamiento clásico evolucionó hacia el helenismo (estoicismo, epicureísmo, escepticismo y cinismo), en particular desde la ciudad de Atenas, la Biblioteca de Alejandría y su rival la de Pérgamo, que fueron grandes centros de estudios. Después del colapso de Roma se truncó la civilización grecorromana para convertirse eventualmente en otra cosa, en la de la Iglesia Católica y su propia teología, interpretando la realidad basada en lo dicho en la Biblia, pero solo para los que sabían leer y escribir, los monjes y los sacerdotes predicadores, que siguen diciendo lo mismo desde entonces.

No se me ocurre ir a tiempos pasados para pretender que yo no he sido. Al contrario, sí he sido, y éste soy por propia evolución intelectiva, por tanto, comprenda amable lector, que no me justifico de nada. Ni puedo ni me corresponde ir hacia atrás para pretender ser ahora una persona distinta. Sería deshonesto. No creo en la dialéctica hegeliana, menos en la de Marx y Engels que alguna vez consideré de interés. No es esa la manera en que evolucionamos los comunes mortales, con la negación de una premisa y la negación de esa negación. No existe tal cosa, simplificada como tesis, antítesis y síntesis, a lo que en ningún momento se refirió Hegel sino que sus seguidores y aduladores.

Sobre el objeto y el sujeto ya he escrito antes, hoy hago referencia al ser (concepto superado del sujeto), como expresado por otro alemán, Heidegger, y a la existencia como expresada por un francés, Sartre. Y por ahí me he quedado desde entonces, en la evolución del ser y de la propia existencia como antecesora del ser, y expresión consciente de uno mismo. Somos por tanto capaces de construirnos a nosotros mismos y de darle sentido a la vida superando la angustia que proviene de la libertad (Kierkegaard) y de lo absurdo según Camus. Para esto se hace caso omiso de la desinformación y de las abiertas mentiras de ciertos grupos de poder, y en particular regímenes, que pretenden manipularnos haciendo uso de prejuicios desfasados, pero que aún apelan a las emociones de los ignaros.

El gran cínico de Putin y sus aliados contra Occidente, ya reveló se plan de paz en Ucrania, rechazado por Zelenski y sus aliados, es decir, ceder el territorio ocupado militarmente por Rusia para tener total acceso al Mar Negro, que una vez tuvo cuando Rusia venció a los turcos otomanos en el siglo XVIII. El Mar Negro es la clave del acceso de Rusia a los mares del mundo, incluyendo las rutas marítimas tropicales del Indo Pacífico. He ahí la estrategia de Rusia y de la China comunista frente a la India y los Estados Unidos y sus aliados, Japón, Corea del Sur, Taiwan, Filipinas, Australia y Nueva Zelanda, creo.

China comunista avanza para ser una potencia hegemónica regional y mundial, mientras las democracias, como sociedades abiertas, son infiltradas y debilitadas desde adentro por el islamismo fanático como punta de lanza, la ideología woke y las guerras cibernéticas. Pero guerra mundial no habrá, todos perderíamos, aunque seguirán los forcejeos hasta que algún bloque económico y militar prevalezca o se equilibre. Falta mucho. La Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, liderado por Rusia en el Centro de Asia y el Cáucaso Norte, no se equipara a la OTAN, y la China comunista por ahora solo participa en asociaciones de carácter económico y comercial. China en sí ya es una potencia económica, militar y naval. Veremos con Trump como presidente de los Estados Unidos, si gana.

Seguí el proceso electoral en Venezuela. El fraude es evidente, basta saber que quienes están de acuerdo con la mentira son los aliados del llamado castro-chavismo, incluyendo a Rusia, China e Irán, o sea a los aliados del crimen transnacional organizado. Qué más habría que decir. La vulgaridad del obstruccionismo, el discurso de odio y de violencia de Maduro y Cabello contra los que aspiran a la libertad en Venezuela, son solo la imagen de los que utilizan el mismo guión una y otra vez para perpetuarse en el poder. Pobre Carlitos Mark y Federico Engels. Ya pocos se acuerdan de ellos. Tanto que pensaron, escribieron y pretendieron ser, para absolutamente nada. Ah, dirán los tontitos de hoy, la teoría está bien, el problema es el ser humano, nosotros mismos.