Translate

13 de febrero de 2023

El jardín, la serpiente y la mentira

 

El jardín, la serpiente y la mentira

(Publicado en el diario La Prensa de Nicaragua el 11/02/2023

 

Según el Libro del Génesis, Yahvé creó al hombre a su imagen y semejanza, lo que eso signifique, y lo puso en un jardín en Mesopotamia, donde podían hablarse. En qué idioma, ni idea.  

El texto bíblico inicial dice que Yahvé creó a un varón y a una mujer sin indicar el cómo ni su edad, aunque intuyo que eran muy jóvenes. Otro texto posterior dice que el varón fue formado del barro al que le dio vida, y a la mujer de un segmento óseo del varón. Como sabemos, Adán fue el varón y Eva la mujer. Ambos vivían desnudos y felices en el jardín por la prohibición de Yahvé de no comer el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. No les prohibió sin embargo comer el fruto del árbol de la vida, el de la inmortalidad, lo que resulta muy extraño. Adán y Eva todavía no sabían de esas cosas, eran inocentes.

Sucedió entonces, no sabemos cuánto tiempo después, que una serpiente en el jardín, que caminaba y hablaba, igual creada por Yahvé, se le acercó a Eva y le dijo algunas cosas que ella creyó. Parece que la serpiente le dijo que Yahvé estaba jugando con ella y con su pareja porque si comían del fruto del árbol del conocimiento no morirían, sino que serían sabios como los dioses (en plural). Es de suponer que el plural se refería a otros seres del reino celestial que ahora son llamados Serafines, Querubines, Arcángeles, Ángeles y demás, aunque no hay certeza de ello.  

A Eva le pareció apetitoso el fruto, y haciendo caso omiso de la prohibición lo comió y se lo llevó al ingenuo de Adán, quien también comió. Así se desbordó el todo. No murieron, pero fueron enviados a un doloroso exilio fuera del jardín, es decir al extranjero, y dejaron de ser felices. Adán culpó a Eva por el percance y Eva culpó a la serpiente por haberla seducido, alegando que la serpiente fue astuta y ella una jovencita tonta. La tradición identifica a la serpiente con Satanás, el jefe de los seres celestiales que se le rebelaron a Yahvé, y son considerados ángeles caídos. Se entiende que se rebelaron porque no estuvieron de acuerdo con la creación de Adán y Eva, es decir por celos, por considerar que ahora ellos eran los preferidos de Yahvé.



La serpiente (Satanás), por venganza, le había mentido a Eva cuando le dijo que no les sucedería nada perjudicial si desobedecían la prohibición y llegaban al conocimiento del bien y del mal. Pero Yahvé castigó tanto a Adán como a Eva por desobedecerlo, y a la serpiente por conspirar para cometer traición, a pesar que la serpiente alegó que se trataba de noticias falsas propagadas por un sapo. A la pareja la envió al exilio como dicho, y a la serpiente le hizo perder sus extremidades para obligarla a arrastrase por la tierra, y el habla para que no volviera a conspirar contra Yahvé. Al sapo lo premió, y hasta hoy sigue saltando.

Fuera del jardín había otros seres procreados por los hijos de los dioses y las hijas de los hombres, los llamados héroes. Vaya a saber qué significa esto, pero está escrito. Menos se entiende que también existían o habían existido gigantes, los llamados nefilim, lo que es muy confuso. Pero nada de lo anterior tiene importancia porque se trata solo de antiguos mitos mesopotámicos, como el diluvio. Importa la mentira, la de la maléfica serpiente, porque la mentira no es un mito sino que una realidad. Hoy la serpiente, mutada por la evolución, y con su adquirida ventriloquía pretende hacer creer que aún vivimos en el jardín, cuando la realidad es que el jardín se sigue vaciando por la persecución a los que han llegado al conocimiento de la verdad.

Nadie se salva de la persecución cuando se habla de una realidad que ya no logran negar ni los más acérrimos seguidores de la serpiente, la que más pronto que tarde llegará al curso final de los seres mortales y desaparecerá de la faz de la tierra. Inteligida esta certeza (episteme), incluso por el más tonto de los tontos que aún cree estar en el jardín, sabe que la purga ya comenzó en la batalla cósmica por la sucesión del poder, creyendo, alguno que otro despistado del entorno, que logrará mantenerse dentro de los confines del jardín sin tener que marchar él mismo al exilio. Nadie saldrá en su defensa sin embargo, y deberá huir a otras latitudes tratando de evitar la justicia terrenal, pensando que otro ángel caído lo salvará con la fuerza de sus antiguas legiones.  

Queda así expresado el creciente escepticismo y el pánico entre muchos de los pocos fieles que le quedan a la serpiente, porque según el mito, la serpiente será aplastada bajo los pies de la Inmaculada Concepción, representando a un pueblo libre que no se deberá dejar engañar nuevamente. Con el pasar del tiempo la serpiente quedará en el olvido, y así cobrará vigencia aquel bolero que dice: que raro, ayer te vi pasar y al quererte llamar, se me olvidó tu nombre.

Por eso el hijo de Yahvé, el redentor de Adán y Eva, habló en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.