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23 de septiembre de 2022

Del Imperio ruso a la Revolución de Octubre

 

Del Imperio ruso a la Revolución de Octubre

 (Publicado en el diario La Prensa de Nicaragua el 22/09/2022)

 

“El mejor monumento a las víctimas es la ausencia de monumentos a sus verdugos.” (Anónimo).

En el artículo anterior (La Prensa del 10 de septiembre) me referí a los orígenes del Imperio ruso en clave del Rus de Kiev, y por tanto de Ucrania. Resumiendo, el escandinavo Rúrik, por acuerdo entre tribus eslavas rivales en el noreste de la Rusia actual, comenzó su gobierno en Nóvgorod, que después trasladó a Kiev por conquista, iniciando lo que llegaría a ser el primer gran reinado eslavo oriental (892-1242), que se extendió desde el Mar Báltico en el norte hasta el Mar Negro en el sur. Su sucesor Oleg fundó una dinastía que reinó tanto en principados del Rus de Kiev como posteriormente en el Principado de Moscú. “He aquí los relatos de los años pasados. De dónde salió la Tierra Rusa. Quién en Kiev empezó primero a reinar y de dónde la Tierra Rusa llegó a ser”. (La Crónica de Néstor. Reconstrucción de la crónica primaria del rus, basada en un manuscrito del 1113). 



Fue Pedro I el Grande quien fundó el imperio ruso en el año 1721 después de haber conquistado la salida al Mar Báltico cuando derrotó a Suecia, y después de haber fundado San Petersburgo como nueva capital de Rusia para acercarse a Europa y modernizar su imperio. Posteriormente Catalina II la Grande (1762-1796), se deshizo de su marido el zar Pedro III para continuar las políticas reformistas de Pedro I, siguiendo así la tradición de Iván IV el Terrible de asesinar (envenenar) a sus rivales, tradición que continúa hasta la fecha. En latitudes más cercanas los opositores son eliminados a punta de bala, de encarcelamiento o de destierro. 

Entre 1772 y 1795 Catalina II se repartió la totalidad de los territorios de la Mancomunidad Lituano-Polaca con Prusia y Austria. El Imperio austrohúngaro se quedó con una parte del oeste del Principado de Kiev (Ucrania) que antes administraba Polonia, lo que es de gran importancia como veremos en otra ocasión. En 1790 Catalina venció a los turcos otomanos logrando la salida al Mar Negro (y al Mar Mediterráneo), acercándose más a Europa y aumentando el comercio marítimo. Para entonces Rusia era la potencia hegemónica del este de Europa y los sucesores de Catalina continuaron la expansión del imperio. 

Durante el siglo XIX los zares rusos se apropiaron de Finlandia, Moldavia y del resto de Ucrania por el reparto de Europa después de la derrota de Napoleón en 1815; de territorios del Imperio otomano; del Cáucaso persa; de la totalidad de Siberia y Alaska; de los kanatos túrquicos de Asia Central derivados del Imperio mongol (adelantándose al Imperio Británico que avanzaba desde el sur); y de grandes extensiones de tierra en el noreste de un Imperio chino debilitado, para entre otras cosas establecer puertos en el Lejano Oriente. Los japoneses pararon la expansión rusa en el oriente en 1905, comenzando así Japón su propio ascenso imperial. 

Para esas fechas Rusia era el mayor imperio del mundo y había logrado algún grado de industrialización, incluyendo la industria de armamentos y naves de guerra. Rusia adoptaba gradualmente el capitalismo como sistema económico frente al feudalismo, pero sin dejar de ser políticamente autocrática. El año 1905 significó el inicio del fin del Imperio ruso. Centenares de los miles de manifestantes que pedían reformas económicas, sociales y políticas ante el Palacio de Invierno en San Petersburgo después de perder la guerra contra Japón, fueron brutalmente masacrados y perseguidos por la guardia imperial. 

El descontento, las protestas y las exigencias populares continuaron hasta que el zar Nicolás II cedió y proclamó la libertad de asociación, de formación de partidos políticos, y convocó a elecciones para una asamblea nacional (Duma), por el horror que le había causado la carnicería perpetrada por las fuerzas represivas. El resultado fue la constitución de 1906 que instituyó una débil e imperfecta monarquía constitucional con el zar, apoyado por la nobleza terrateniente, conservando ciertos poderes autocráticos y la jefatura de las fuerzas armadas. 

En 1914 Rusia entró a la Primera Guerra Mundial al lado de Francia y Gran Bretaña (a las que se unieron Serbia, Italia, Grecia, Portugal, Rumania y los Estados Unidos), contra Alemania y Austria-Hungría (a las que se unieron el Imperio otomano y Bulgaria). El desastroso desempeño de las tropas rusas contra los alemanes por la incompetencia de sus comandantes, y la del zar, creó un gran malestar entre las filas castrenses y entre la población civil por las penurias y la pobreza causadas por la guerra. En 1916 inició una huelga general en San Petersburgo. El zar pretendió obligar a los obreros a regresar al trabajo recurriendo al ejército, que se rehusó a reprimir a los trabajadores y los defendió de la policía. 

El total desprestigio del zarismo favoreció la unión de la oposición burguesa y obrera contra el régimen. El conflicto sirvió en particular para organizar los soviets (consejos de obreros) y dar un mayor relieve a los bolcheviques en los acontecimientos que seguirían. La monarquía del zar Nicolás II por otro lado, estaba en manos de su esposa y de su consejero, el monje Rasputín. 

En febrero de 1917 hubo estallidos sociales espontáneos en distintas ciudades, en especial en San Petersburgo y Moscú, y un gran levantamiento popular en marzo obligó al zar a abdicar. El Gobierno Provisional que siguió, integrado por liberales y socialistas moderados asumió la dirección del Estado, intentando gobernar desde premisas políticamente moderadas para hacer de Rusia un país democrático al estilo occidental, pero pretendió continuar con la guerra. En abril de ese mismo año Lenin pactó con los alemanes su regreso a Rusia desde Suiza, a cambio de poner fin a la guerra, para liberar al ejército alemán del frente oriental. En octubre el golpe de Estado de los bolcheviques al Gobierno Provisional haría de Rusia el primer Estado socialista del siglo XX. El Imperio ruso como se había conocido entre 1721 y 1905 había dejado de existir. De sus escombros surgiría la URSS.



P.S.: Vladimír Solovyov, presentador de un programa en la televisión estatal rusa, propuso la creación de una coalición internacional que incluya a combatientes de Nicaragua, Cuba y Venezuela para participar de los ataques que ejecuta el régimen de Vladimir Putin en contra de Ucrania tras la invasión realizada a inicios de este año. Solovyov planteó que los soldados provenientes de estos países se instalen en la región de Donetsk ocupada por militares rusos. (Reportado por el medio Nicaragua Investiga).  

 

12 de septiembre de 2022

Los orígenes del Imperio ruso

 

Los orígenes del Imperio ruso

(Publicado en el diario La Prensa de Nicaragua el 10/09/2022)


¿Eres demonio plebeyo, o de los de nombre? (Luis Vélez de Guevara, siglo XVII).

Cuando en el siglo XIII los mongoles invadieron los territorios del Rus de Kiev, que había sido el primer gran reinado eslavo oriental (892-1242), Moscú era un pequeño pueblo en el Principado de Vladimir-Súzdal, uno de los principados que surgieron de la división del Rus de Kiev por herencias dinásticas, luchas entre príncipes rivales y las invasiones de la Horda de Oro.

El Rus de Kiev surgió después de que tribus eslavas del noreste de Europa acordaran poner fin a sus diferencias, nombrando como único gobernante a un varego (vikingo sueco), quien se estableció inicialmente en la ciudad de Nóvgorod, a orillas del río Vóljov. La ciudad prosperó y se expandió hacia el norte, el sur y el este en territorio de la Rusia actual, como núcleo de una importante ruta comercial fluvial.  

Por tres décadas Nóvgorod fue la capital del pueblo rus (como los eslavos llamaban a los pueblos suecos) hasta que los Varegos se expandieron más hacia el sur, el este y el oeste, conquistando Kiev a orillas del río Dniéper en la actual Ucrania. Su objetivo fue intensificar el comercio con el Imperio bizantino y de diversificarlo desde los mares Negro, Azov y Caspio hasta el Mar Báltico, vía los ríos Dniéper, Don y Volga. Kiev se convirtió así en el centro político y económico del Rus, cuya máxima extensión la alcanzó en los siglos XI y XII, siendo entonces el reinado eslavo más grande de Europa y uno de los más prósperos.


La Rus de Kiev: El perimetro en rojo corresponde a Ucrania   


A finales del siglo XIII el arzobispo de Kiev se trasladó a la ciudad de Vladimir, capital del Principado de Vladimir-Súzdal (antes Rostov-Súzdal), por aquello de la anterior toma y saqueo de Kiev por los mongoles. Iván I trasladó en 1325 la sede del arzobispado al Principado de Moscú que había heredado de su padre, quien después de la disgregación del Principado de Vladimir-Súzdal por causa de los mongoles, había asumido el gobierno de una insignificante Moscú, ganando influencia tras lograr la paz entre vecinos rivales y la obtención de territorio adicional.

A Iván I, por la alianza con Uzbeg Kan (de la Horda de Oro) por matrimonio con su hermana, el kan lo nombró Gran Príncipe de Moscú y lo autorizó a recaudar tributos de otros principados. La intención de Iván I sin embargo era la expansión de su propio principado y el aprovechamiento de la posición favorable de Moscú para el comercio entre Nóvgorod y el río Volga. 

Esos fueron los orígenes del Rus de Moscú después del Rus de Kiev, que desde el siglo X había pretendido tomar Constantinopla, la capital del Imperio bizantino. Kiev no lo logró pero posteriormente firmó un tratado de libre comercio y una alianza militar con el emperador, hasta que los cruzados tomaron, saquearon y diezmaron Constantinopla a finales del siglo XII. Kiev había ya adoptado el cristianismo ortodoxo como religión y mucho de la cultura bizantina (griega), que luego pasó al Rus de Moscú.

Con la Horda de Oro en decadencia, el Gran Principado de Moscú se liberó de la tutela mongola después que los rusos vencieran a los mongoles por primera vez en 1380. Iván III, también llamado Gran Príncipe de Moscovia (1462-1505), aumentó considerablemente la extensión territorial del principado, derrotó de manera definitiva a la Horda de Oro en el este –que se dividió en kanatos–, hizo construir suntuosos edificios civiles y religiosos en el centro de Moscú (Kremlin), adoptó el título de Soberano de Toda Rusia, y proclamó a Moscú como la Tercera Roma.


Expansión del Principado de Moscú 1390-1525


Por su parte Iván IV el Terrible (1547-1584), se hizo coronar zar de Rusia, conquistó el kanato de Siberia y los kanatos al sureste de Moscú sobre el río Volga, centralizó el poder de manera autocrática y despótica, pero no logró conquistar Livonia (Letonia y Estonia) para tener una salida al Mar Báltico y por tanto acceso al comercio marítimo; fue vencido por Suecia, Lituania y Polonia, rivales de Rusia.

Iván el Terrible se volvió paranoico y psicótico después de la muerte de su esposa, y el resultado de conspiraciones, reales o no, fueron los asesinatos, comenzando un período de terror y sangre. Mató igualmente a varios de sus amigos, volviéndose aún más psicópata. En su locura llegó a refugiarse en creencias paganas y brujeriles. En un ataque de ira mató incluso a su hijo predilecto, el heredero al trono. (Tomado de es-academic.com).

Volviendo a Kiev, los mongoles no lograron conquistar Lituania ni Polonia, y en el siglo XIII un noble lituano logró unir a diferentes tribus bálticas para conformar un ducado que llegó a ser el Gran Ducado de Lituania, al expandirse grandemente incluso por territorios  del anterior Rus de Kiev –incluyendo a Bielorrusia y a Ucrania–, después de vencer con Polonia a la Orden Teutónica en 1410. Lituania fue el último reinado pagano de Europa puesto que esa orden religiosa militar tuvo el objetivo de conquistar y cristianizar a los pueblos bálticos.


Gran Ducado de Lituania en el Siglo XV 


El Gran Ducado de Lituania alcanzó su máxima extensión en el siglo XV y rivalizó con el Zarato de Rusia, igual que el Imperio turco otomano que había sustituido al Imperio bizantino. A inicios del siglo XVII se conformó la Mancomunidad Lituano-Polaca que llegó a ser el reinado más grande de la Europa de la época, hasta que comenzó su declive por las guerras con Suecia y Rusia en los siglos XVII y XVIII. El Zarato ruso logró así quedarse con el este de Ucrania.       

De regreso a Rusia, Pedro I el Grande de la dinastía Romanov (1682-1725) se extendió al Mar Báltico tras derrotar a Suecia después de décadas de guerras, y fundó San Petersburgo como puerto marítimo, base naval y nueva capital de Rusia. Pedro I proclamó el Imperio ruso en 1721, envió una expedición a Alaska e inició las guerras –sin éxito– contra el Imperio otomano para lograr el acceso al Mar Negro, entones impedido por los turcos otomanos y su kanato de Crimea,  que ahora controlaban la totalidad de sus riberas y las del Mar de Azov.



El mérito de derrotar a los otomanos y apropiarse de territorios al sur de Rusia igual que al oeste a expensas de la Mancomunidad Lituano-Polaca, le correspondió a Catalina II la Grande (1762-1796). De esta manera los rivales del Imperio ruso pasaron a ser Prusia y Austria, que se dividieron la totalidad de la Comunidad Lituano-Polaca entre 1772 y 1795 (el Imperio austrohúngaro se quedó con una parte de Ucrania al oeste del río Dniéper). Los rivales serían después Francia y Japón. Rusia ganó la guerra contra Napoleón en 1812 y la perdió contra Japón en 1905, cuando pretendió apoderarse de Manchuria en el norte de China.

A mediados del siglo XIX el Imperio ruso comenzó a expandirse en el Asia Central islámica, donde pueblos túrquicos habían fundado kanatos en tierras que antes habían sido del Imperio mongol, adelantándose al Imperio británico que avanzada desde el sur.  


Asia Central


El resto de la historia de la Rusia imperial es conocida, y hoy los ucranianos recuerdan el Rus de Kiev como estímulo para seguir luchando por su libertad, identidad e independencia.