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15 de mayo de 2023

De la estupidez a la imbecilidad


De la estupidez a la imbecilidad

(Artículo de opinión publicado en el diario La Prensa de Nicaragua el 9/05/2023)


“Por qué nos hemos quedado ciegos. No lo sé, quizá un día lleguemos a saber la razón”. (José Saramago, Ensayo sobre la ceguera).

Como dicho en el artículo anterior, tanto el imperialismo como el colonialismo han existido desde hace más de cuatro mil quinientos años. Aparte de los imperios más conocidos por los que leen y están interesados en estos asuntos, el Imperio jemer (khmer) se desarrolló en el Sudeste Asiático entre los siglos IX y XV d.C. Abarcó lo que hoy es Camboya, Vietnam, Tailandia, Laos, parte de Myanmar y Malasia. Allá la religión es todavía el hinduismo y el budismo, y los jemeres construyeron el mayor centro religioso jamás visto sobre la tierra, el Angkor Wat, patrimonio de la humanidad por la UNESCO desde 1992, visitado por decenas de miles de turistas cada año. 



Cuando a los líderes jemeres se les metió el virus del comunismo maoísta en el siglo XX, el Partido Comunista de Pol Pot vació las ciudades por burguesas y obligó a los camboyanos al trabajo forzado en los campos mientras perseguía y aniquilaba a los hombres libres. Millones murieron, pero Vietnam, la otra comunista vecina, invadió Camboya en 1978 y expulsó del poder al genocida de Pol Pot y a los suyos, que deseaban expandirse. Por su parte, el Imperio chino comunista se consideró amenazado por el poder de un Vietnam reunificado dos años antes tras haber derrotado a los Estados Unidos, y pretendió invadirlo. No pudo, y los ejércitos chinos regresaron derrotados a sus cuarteles. Guerras de reacomodo entre comunistas.

El Imperio chino había comenzado a desarrollarse desde una llanura central surcada por el Río Amarillo. Con ciertas interrupciones (Imperio mongol) y sucesivas recomposiciones, el Imperio chino proviene del siglo III a.C., cuyos períodos llevan el nombre de sus distintas dinastías. Pero a finales del siglo XIX e inicios del XX, los chinos debilitados por sus propias rivalidades internas, tuvieron que lidiar con las distintas potencias occidentales que pretendieron crear zonas de influencia territorial, partiendo de litorales portuarios. 

Además de la rebelión de los boxers chinos de inicios del siglo XX contra los occidentales, la revolución de 1911 acabó con la dinastía Qing, y la Primera Guerra Mundial alejó a los occidentales que se fueron a luchar entre sí a otros lados. Quedó solo Inglaterra con un enclave portuario, Hong Kong, y Portugal con Macao. Con la revolución liberal de 1911 se estableció la República China que sustituyó a los emperadores, pero surgió la guerra civil entre los comunistas de Mao (apoyado  por los rusos) y los republicanos de Chiang Kai Shek. Los japoneses anexionistas se metieron duro en China, rivales de una Rusia comunista igualmente expansionista, pero los comunistas de Mao se aliaron con los republicanos para expulsar a los japoneses. Después de ello la guerra civil prosiguió hasta 1949, pero los rusos comunistas ya habían tomado lo que querían del norte chino. 

Desde 1931 Japón se había apropiado de Manchuria, y después de la península de Corea que también le arrebató a China, se apropió también del sudeste asiático, de Filipinas, Indonesia y de otras islas del Pacífico en los albores de la Segunda Guerra Mundial. La flota de los Estados Unidos en el Pacífico fue severamente dañada por Japón en Hawái en diciembre de 1941, y amenazaba a Australia. 

Franklin Roosevelt ya había retirado de Nicaragua a los marinos porque veía venir la amenaza japonesa desde el Pacífico y la nazi desde el Atlántico, por lo que requeriría de aliados en las américas. Convenientemente Roosevelt se alió con la Rusia comunista y le envió armamentos para repeler a los nazis que avanzaban hacia el este. Japón quería dominar Asia, y Alemania el resto. ¿Y qué pasó? La bomba atómica, y todo el mundo quieto. ¿Pero qué hizo la Rusia comunista cuando Japón se rindió? Le arrancó la inmensa isla Sajalín y la rusificó. Algo así como lo que hoy quiere hacer con Ucrania. 

Si la Edad de la Razón y la Revolución Industrial europea y estadounidense pueden ser considerados los orígenes del imperialismo moderno, ¿qué hay del anterior que había existido en prácticamente todo el universo mundo? Otro imperio poco conocido es el de los hititas que surgió en la península de Anatolia (Turquía) allá por el siglo XVIII a.C., y llegó a ser una gran potencia como Babilonia, Egipto y Asiria.   

Pero regresemos al Imperio chino. Cuando las fuerzas de Mao derrotaron a las de Chiang Kai Shek en 1949, estas se refugiaron en la isla de Taiwán con la asistencia de los Estados Unidos, y establecieron una república inicialmente autoritaria que devino en una democrática. La China de Mao ahora es un anacronismo. Se basó inicialmente en una lectura surrealista del marxismo, concluyendo que era el campesinado el motor histórico de la revolución social. No podía ser de otra manera. China era campesina. ¿Y ahora qué dicen al respecto? Nada, pero se deshicieron del legado de Mao, como Cuba debería de deshacerse del legado de Fidel por anacrónico.

Los chinos del Partido Comunista entendieron que Taiwán, Hong Kong y Macao eran la vía para el desarrollo de ellos mismos, y con Deng Xiaoping siguieron esos pasos con la salvedad del partido único, que de comunista ya no tiene nada. Ahora pretenden apropiarse no solo de Taiwán, sino que de las pequeñas islas del mar al este y al sur de China, haciendo pasar por pescadores a sus corsarios y rellenando islotes para convertirlos en bases aéreas y navales en zonas reclamadas por Taiwán, Vietnam, Filipinas, Indonesia, Japón, Malasia y Brunéi respectivamente. Menudo botín de aguas territoriales, rutas marítimas de comercio, recursos pesqueros y fondos marinos (gas, petróleo, minerales). 

Y en la Nicaragua colonizada por una familia, ¿China, Rusia, Europa, los Estados Unidos, todos o ninguno? Usted escoja, para todos hay porque venimos de una dialéctica inversa. Esa es la maldición de Yahvé, la del pecado original, por el que de la estupidez pasamos a la imbecilidad. Por eso me quedo con el partido unipersonal de los bebedores de cerveza. “Retírate dentro de ti mismo, especialmente cuando necesites compañía.” (Epicuro). 

Agradezco a mi hermanita Patricia, la única que tengo, que desde tiempo atrás me evangeliza mientras yo me resisto. Le agradezco sin saber hacia dónde iré a parar después de la muerte, con la salvedad de la incineración del cuerpo (y del alma) mientras los imbéciles a los que me refiero se siguen incinerando en vida los unos a los otros.