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30 de diciembre de 2020

Los falso profetas

 

Los falsos profetas y sus acólitos en el 2021

(Artículo de opinión coyuntural en Nicaragua publicado en el diario La Prensa el 29/12/2020)


Vengo culturalmente de la religión católica. Los lienzos sobre el infierno en el Colegio Pedagógico de Managua parecían reales. Hoy me darían risa, pero admito que estaban muy bien hechos y que surtían su efecto. Las llamas parecían salir de los lienzos así como los demonios con cola y cuernos. Uno debía rezar cada noche por la salvación eterna. Era la época de Pío XII papa, y yo era un niño. 




La religiosidad en mí se esfumó tiempo después, y entiendo que ya no existe el limbo, el purgatorio, ni el infierno. Dicen los que saben que hoy se trata de la contemplación eterna de un rostro (el infinito). Algo así como en el budismo, y en ambos casos se debe tener un alma y morir en gracia (cristianismo) o iluminado (budismo). No me queda claro adónde van los otros, con la salvedad del budismo, aunque pretendo que haya un infierno para los que han cometido crímenes de lesa humanidad. 




En el budismo, si no se muere iluminado se regresa al mundo para recorrer nuevamente el camino hacia la perfección. Se regresa una y otra vez, porque se hace sin conciencia ni memoria de lo recorrido anteriormente. El cristianismo es más cruel. Solo se tiene una oportunidad para llegar a la contemplación. Una vez que el cuerpo se va, el alma ya no regresa. Uno solo lo hará en cuerpo y alma, el de la segunda venida según los textos. 

Para eso faltan cinco mil millones de años según los astrofísicos, cuando el sol se convertirá en una estrella roja gigante que atraerá al planeta, calcinando toda existencia en su superficie e hirviendo las aguas hasta transformarlas en una inmensa sopa de pescado antes de despedazarlo. 

En el colegio de los jesuitas de mi adolescencia aprendimos a racionalizar la religión, con su sesgo por supuesto, y se dividieron en conservadores y en revolucionarios. Fuimos por tanto un experimento, y está bien, prueba y error para tratar de llegar a una utopía social frente al marxismo ateo que se perfilaba como ganador. Ambas utopías fracasaron. Los jesuitas sin embargo andan por aquí en la perenne búsqueda de sí mismos. Los rusos y los chinos continentales igual, con la salvedad que los rusos regresaron a la Iglesia Ortodoxa Rusa (cristiana) cuando colapsó la URSS. China todavía no ha regresado al budismo. 

Siento lástima por los falsos profetas de aquí y sus acólitos porque no aceptan que su mundo es finito. ¡No podrá durar más de cinco mil millones de años! Al respecto la Ley de los Derechos de las Personas con Discapacidad, firmada por Wilfredo Navarro (acólito) y Daniel Ortega (falso profeta), dice que no debe haber discriminación alguna por motivos de discapacidad. 

Sobre la participación en la vida política y pública la ley dice: “El Estado debe garantizar la libre participación de las personas con discapacidad en la vida política y pública, ya sea eligiendo o siendo electos para fungir como funcionarios o empleados públicos.” 

Es decir, los falsos profetas y sus acólitos, aun teniendo inmensas discapacidades mentales, tienen derecho a que se les respeten sus derechos políticos y libertades fundamentales, lo que no tienen los ciudadanos sin discapacidades por la sola voluntad de los falsos profetas y sus acólitos.   




Aquí ya me perdí, porque no me ha caído el rayo de la conversión a los falsos profetas, y menos aún a sus acólitos. Sigo pensando por tanto que el falso templo en el 2021 continuará existiendo solo en la mente de los discapacitados del régimen, que gracias a la vida son muy pocos, y van de salida, o mejor dicho ya están en el infierno.

 

19 de diciembre de 2020

La batalla de los comunicados

 

La batalla de los comunicados

(Artículo sobre Nicaragua publicado originalmente en el diario La Prensa el 18/12/2020)

 

“Si no sabes qué hacer no saques un comunicado”


Dicen que aquí existe el síndrome de Pedrarias por lo de la proliferación de déspotas. Pedrarias fue un malvado en sus ambiciones de fama y fortuna, y no tuvo escrúpulo alguno para reventar a los indios cuando ejerció la gobernación de Nicaragua a inicios de la colonia. Ya antes había decapitado al fundador de León y Granada por considerarlo un rival, emitiendo un comunicado acusándolo de traición. Así justificó el ajusticiamiento de Hernández de Córdoba, cosa que también hizo en Panamá con Núñez de Balboa (su yerno), el descubridor del Océano Pacífico para ellos. 

He ahí el llamado síndrome de Pedrarias. Eliminar a quien se interponga en el camino hacia el poder y las riquezas para sí y la familia, y ser constante en la cruenta supresión de los rebeldes, porque desde entonces se suceden los abriles. 

Pero quizás el primer comunicado (escrito) que se conoce sobre la traición, es el siguiente: “Si un oficial o un especialista militar que había recibido la orden de partir para una misión del [déspota] y no fuese, ese oficial o ese especialista militar recibirá la muerte; el denunciante del hecho [el sapo] tomará su hacienda [la recompensa].” ¿Suena familiar? 

Ese texto es parte de un código que data del siglo XVIII a.c. y procede de la Babilonia del rey Hammurabi (hoy Irak). Está labrado en caracteres cuneiformes en una estela de basalto que lleva su nombre y que le fue revelado por el dios Marduk, según consta en la introducción. El código es anterior en más de quinientos años a las Tablas reveladas por Yahvé a Moisés en un idioma derivado del egipcio, en el que Moisés fue educado según se dice en el Libro del Éxodo





De esas Tablas y otras revelaciones se derivó igualmente la pena de muerte por traicionar a Yahvé. Quien lo niegue que vaya al Pentateuco. El Nuevo Testamento por su parte se refiere a una nueva religión, de tal manera que los judíos, los del pueblo escogido, no la aceptan como propia. Si el judaísmo desde sus inicios fue una religión tribal minoritaria, hoy cuenta con un poderoso aliado, por lo que Yahvé, amparado en el Mossad y los U.S.A., sigue venciendo a Marduk en la batalla de los comunicados. 

La estela con el Código de Hammurabi se encuentra en un museo en París. Las Tablas de Moisés no se sabe dónde fueron a parar. Los franceses han sido colonizadores como cualquier potencia imperial en algún momento de su historia, y se apropiaron de la estela como símbolo de una civilización milenios más antigua que la suya. 

¿Pero qué puede importar hoy en Nicaragua una batalla de comunicados? Por allá lejos sigue habiendo musulmanes, judíos, hinduistas, budistas, minorías cristianas y zoroástricas mientras no sean suprimidas por fanáticos religiosos, o por los chinos continentales (reducción de los uigures musulmanes). En occidente tenemos confesiones cristianas de distinto signo que en el pasado se han descalificado unas a otras a punta de ex comunicados y de fogatas humanas. 



Símbolo zoroástrico 

Pedrarias de Nicaragua solo siguió el patrón de los conquistadores provenientes de la España de entonces (haciendo caso omiso a los comunicados de Bartolomé de las Casas): someter a los nativos, imponerles su religión, sacarles todo provecho imaginable e inimaginable, reducir a los rebeldes y emitir comunicados justificando las matanzas de los infieles golpistas. Algo así como los comunicados diarios de la esposa del Pedrarias de hoy. (Por ahí viene el asunto).

¿Y los opositores al régimen? Tómese el presente como un comunicado rebelde para que los que han dejado de emitir los propios no vuelvan a hacer el ridículo, aunque después de todo, lo último que se pierde en este desdichado país es el sentido del humor. ¿Y en el 2021?, “depende, todo depende (Pau Donés, Jarabe de Palo).



2 de diciembre de 2020

Religiones, el falso templo y los huracanes



Religiones, el falso templo y los huracanes

(Artículo publicado previamente en La Prensa de Nicaragua el 1/12/2020))

 

Continúo refiriéndome a rasgos de la humanidad que me llaman la atención. No se trata de escritos científicos, sino que de metáforas, sarcasmos, sátiras e ironías, aunque con base histórica. Digo esto porque vengo de la sola evolución, pero igual respeto a los creacionistas mientras no sean fanáticos. No tengo sin embargo explicación para el origen de la materia. Lo demás ya es conocido y se siguen haciendo descubrimientos sobre la evolución del todo, aquí en la tierra como en el cielo.

La teoría de la Gran Explosión tiene un interés relativo para el suscrito, lo admito. Está demostrado por la astrofísica que el universo se expande desde una fuerza inicial que crea el espacio, el cosmos y el tiempo, pero no se sabe de dónde vino la materia prima. He ahí quizás el porqué de los que dicen que hay un Dios Creador. Digo un Dios, porque desde los inicios de la humanidad han existido muchos dioses. Unos por generación espontánea, otros por derivación, copulación o por inseminación cósmica. Es decir dioses varones y diosas mujeres. No conozco dioses LGTBI, lo que no significa que no los habrá en una futura mitología.



La religión estructurada más longeva ha sido la del Imperio Egipcio (politeísta, anterior a la judía monoteísta). Duró algo así como tres mil quinientos años, hasta la imposición oficial del cristianismo en todo el Imperio Romano por Teodosio, en el año 380. La clase sacerdotal egipcia con su poder, privilegios y las creencias populares, había superado anteriormente los embates del monoteísmo de Akenatón, el faraón reformista del siglo XIV a.c. El cristianismo, por otro lado, tiene dos mil años de existencia basado en un solo Dios, aunque triple, y en ángeles y satanás (los católicos agregan a una virgen).

Desde sus inicios el cristianismo se dividió en corrientes cuyos representantes se descalificaban unos a otros por la hegemonía, o quizás por una idea. Tuvieron seguidores unos y otros, y se celebraron después concilios de obispos, para unificar criterios con el fin de determinar quiénes serían los herejes a excluir o eliminar.

La ortodoxia del credo de Nicea (siglo IV), en la Turquía actual, pretendió zanjar las disputas teológicas de la época, derivadas de un pensamiento especulativo decadente (griego) y de un extraño judaísmo. Nicea es musulmana desde el año 1331, cuando los turcos otomanos, procedentes de Asia Central se expandían como cualquier otro imperio, o aspirante a serlo.

Se creó así el Imperio Otomano, con el islam como religión predominante, que tiene mil cuatrocientos años de existencia. El Imperio Otomano decayó siglos después y fue disuelto al finalizar la Primera Guerra Mundial. Antes, Bizancio, llamada posteriormente Constantinopla, había sido la capital del Imperio Romano de Oriente (cristiano), y había caído ante los otomanos en el año 1453. El último reino musulmán en España cayó en 1492.

Constantinopla es hoy Estambul, la del templo cristiano Hagia Sophia, mandado a construir por el emperador Justiniano en el siglo VI. Ahora es una mezquita por mandato de Recep Tayyip Erdoğan, el populista presidente de Turquía, pretendiente protector del nacionalismo islámico y de los musulmanes ante los infieles de occidente.

Turquía es Estado Parte de la OTAN, como Grecia, que fue provincia del Imperio Otomano por trescientos años, y que hoy es muro europeo de contención frente a los turcos. Grecia ha tenido que pedir auxilio a sus aliados para contrastar el expansionismo de Erdoğan en el Mediterráneo Oriental. (Turquía es productora de armas y de naves de guerra).

El Imperio Otomano llegó a las puertas de Viena en dos ocasiones, en 1529 y en 1683. Los otomanos ya habían tomado los Balcanes y Hungría, pero en Viena fueron repelidos por coaliciones multinacionales de defensa, no del cristianismo necesariamente, sino de la propia supervivencia.

¿Sobrevivirá en Nicaragua el sincretismo religioso del falso templo a los falsos profetas y su feligresía?  No lo creo, precisamente porque son falsos, salvados temporalmente por dos huracanes.



18 de noviembre de 2020

Para no dejar de decir la verdad

 

Para no dejar de decir la verdad

(Artículo publicado previamente en La Prensa de Nicaragua el 12/11/2020)

 

 “Me encanta el Incanto de lo Difuso de Nicaragua Diseña.”

¿Quién detendrá la verborrea diaria de falsedades y de odio de la señora? Esa del discurso esquizofrénico a lo doctor Jekyll y el señor Hyde, con la salvedad que no requiere beber una pócima para transformarse. Ella ya es así. Es el efecto de la droga del poder que no puede dejar hasta que se consuma para regresar a la nada de donde vino. Mientras tanto continuará con sus maldiciones reclamando la sangre de ciudadanos inermes, de sus críticos y opositores, de perros, vacas, gatos, asnos y demás animalitos que no se arrodillan ante ella.



La ley del bozal será de su conveniencia en el 2021, como copropietaria del sistema policial, fiscal, judicial, carcelario, militar, grupos terroristas, medios propagandísticos, diputados y demás enanitos, por ser la copropietaria de su marido –igualmente viejito– por aquello de la hija entregada. Pero el menú de leyes represivas para el 2021 no empieza ni termina con la ley del bozal, como sabemos, y solo sirven para “legitimar” la represión que hacen de hecho. (Para los ignaros, el doctor Jekyll es el bueno y el señor Hyde es el malo, pero muy, muy malo).

En lo personal he sido Jekyll y Hyde en algunas circunstancias bajo la influencia de los espíritus o de los fermentos. Se manifiesta entonces el lado más recóndito de la mente, no el más oscuro, lo que dejo a los exorcistas. La vida puede venir e irse sin haberla comprendido, y a veces se debe ser Hyde para soltarse, como desde los antiguos rituales colectivos, pero no como la viejita por supuesto. Jamás le deseo mal a nadie, y menos cuento con un ejército de oportunistas y descerebrados para reprimir a los contrarios.

Algunas veces he debido pedir disculpas sin estar claro del porqué, pregunto y me lo dicen. Se llama amnesia temporal, aunque la señora de la referencia pretende tener amnesia permanente, y jamás pide disculpas por sus excesos. Pero cuando me he contrastado en la calle con siervos de la pareja, la adrenalina fluye y todo el sistema reacciona contra la subyugación. Eso se recuerda bien.



Cada quien es responsable de los propios errores en la vida, no tengo dudas. Es en extremo aburrido estar responsabilizando a otros –de aquí o de allá – por las propias deficiencias y taras históricas. Eso es lo que hace la pareja de aquí disociada de la realidad. La culpa es siempre del imperialismo, sin comprender que ese lenguaje está más que superado. Pero bueno, viejitos son viejitos y sus seguidores son igualmente negados de intelecto, son meros oportunistas administrados con facilidad.

La esquizofrenia es un estado sicótico por el que se interpreta la realidad de manera anómala. Si Freud o Jung apareciesen nuevamente en el lado recóndito de mi mente, se los enviaría a la pareja para que la guíen fuera del gobierno y del poder. Que se vayan con los suyos a gozar sus dineros, es tiempo de la jubilación.

Me pregunto quién va a ser el sicoanalista, digo el acusador del Estado por las diatribas de odio de la pareja de viejitos contra quien no se les arrodilla. Ninguno por supuesto, igual son sus siervos, y habrá que seguir repitiendo todo esto hasta la saciedad como se hace en la diplomacia internacional, para que el silencio no se mal interprete.

Ya se asoman de nuevo los representantes encubiertos del capital con su propia narrativa para el 2021. No tienen justificación alguna. Veremos si habrá otros que se arrodillarán ante el altar de la esquizofrenia. Seguramente los habrá, como los políticos zancudos, porque son solo negocios.

Ahora voy a seguir escuchando a terceros que están al acecho entre las aguas, esperando su oportunidad para surgir hacia el negocio de las elecciones controladas.


15 de octubre de 2020

Lo riesgos del pensamiento



 

Los riesgos del pensamiento

(Artículo publicado originalmente en La Prensa de Nicaragua el 14/10/2020))


 “¿Y tú mujer qué sabes de mí?


No soy ni teórico ni académico. No tengo ni la disciplina ni el método. Solo pienso según experiencia propia; y me expreso según mis limitaciones. Intento sin embargo llegar a conclusiones que tengan sentido para mí, y quizás para otros. 

Soy contrario a Narciso, que diciéndolo claramente, me cae muy mal, hombre o mujer; y que por aquí abundan, los narcisistas digo, en particular los que pretenden ser semidioses de la verdad que han sido el todo y su contrario, y a los que dicen ser lo contrario de lo que fueron antes de 1990. 

Cuando el pensamiento libre fluye, se puede expresar por cualquier medio no censurado hasta la fecha. Quizás sea una expiación individual, aunque esperando de regreso las descalificaciones de rigor, porque la expresión libre comporta riesgos que se deben asumir con valentía: “Tenemos una sola cosa que describir: este mundo. Escribe lo que quieras. Di lo que se antoje: de todas formas vas a ser condenado”. (José Emilio Pacheco). 


Sobre narcisistas y semidioses, Jorge Bolaños Abaunza me dijo una vez, antes de irse de este mundo: “Los comandantes [narcisistas] se creen semidioses y no son más que unos culitos cagados”. La anécdota es real y ciertamente de cuando yo ya pensaba igual que él mucho antes de 1990. Aquí honro su memoria. 

Todo lo anterior me conduce a una realidad de la que no huyo, porque hay los que dicen que no fueron cuando sabemos que sí, como los censores de medios de comunicación en tiempos de Tomasito, entre otros. Cuando al censor se le dice la verdad salta como animalito, pues hay los que tienen cara dura para criticar, pero la piel muy sensible cuando viene la verdad de regreso. Reaccionan de manera furibunda, como oportunistas que son de cualquier situación política que pueda devenir. 

Recuerdo bien a los negros africanos en las Organizaciones de las Naciones Unidas en Roma. Pensaban que lo merecían todo – y se ofendían con facilidad– por aquello del tráfico de esclavos y la colonización europea. Al comienzo les creí, hasta que entendí que se trataba, con algunas excepciones, de mantener el poder de ciertas tribus sobre otras y de enriquecerse. Nada nuevo. 

Los africanos, como las tribus locales y regionales de aquí, se hacían la guerra regularmente para mantener un dominio territorial y tributario, y por tanto su modo de vida. Las deidades locales (de aquí) requerían sangre humana para mantener el equilibrio del cosmos, sangre que había que ir a buscar en las tribus vecinas. Por su lado, tribus africanas (allá) capturaban a vecinos de etnias igualmente negras, para venderlos como esclavos a comerciantes árabes, y siglos más tarde a comerciantes europeos que dominaron las rutas marítimas transatlánticas.

Fue ilustrativo ver en Roma a diplomáticos negros en lujosos vehículos conducidos por blancos. Es la revancha, pensé, por aquello que el comercio europeo de esclavos y el colonialismo son un anti patrimonio histórico de la humanidad. La esclavitud sin embargo es anterior a la propiedad privada (de la tierra), y se desarrolló como un negocio de Estado. Basta saber que fueron esclavos (conquistados) los que en la antigüedad construyeron obras públicas, incluyendo templos y pirámides para dizque dioses encarnados como reinantes.  

Esclavismo de Estado se le puede llamar, como al Capitalismo de Estado hoy. Y hacia el Esclavismo de Estado vamos de regreso en este desdichado país, si lo permitimos, dominado por ahora por una pareja de malvados, sus súbditos, sus fuerzas de seguridad y sus terroristas. Quedaría por tanto solo la familia reinante, que con sus esclavos construirían sus mausoleos a imagen y semejanza de sus símbolos mortales: los sapos y los zancudos de los que se alimentan, aunque pensándolo bien, los zancudos no podrían tener presencia en los mausoleos, puesto que ya se los habrán comido los sapos.



                               

7 de octubre de 2020

La Compañía de Jesús


La Compañía de Jesús

(Publicado previamente en el diario La Prensa de Nicaragua el 6/10/2020)


 “Para encontrarse a uno mismo primero se debe estar perdido”.

 

De los jesuitas vengo, así como mi padre y mis hermanos. Mi nombre de bautismo es Humberto Ignacio de Loyola. La estatua de Ignacio de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús, estaba en el Colegio Centroamérica en Granada (CCA) y está en la UCA Managua, donde igualmente estudié.

Mi padre me matriculó en el CCA (solo varones entonces) después de La Salle de Managua, cuando los jesuitas abrieron sucursal de primaria en la capital. En la sucursal cursé el quinto y el sexto grado. Para el primer año fui al internado en Granada donde se encontraban mis hermanos mayores. El mayor, Alejandro José, fue alejado de este mundo y de su familia a finales de junio, 2020, como consecuencia de la pandemia.

A mis hermanos mayores los respetaban en el CCA por aquello de ser buenos al pugilato. Desafortunadamente heredé esa fama, y tuve que demostrarla alguna que otra vez dentro y fuera del colegio, sin que yo fuera el provocador. Me fue bien sin embargo, y mantuve la fama. (Como anécdota, Noel Rivas Terán, quien falleció años antes que Alejandro José, lo llamaba anti establishment por su rebeldía legendaria).

En el internado en Granada aprendimos disciplina en un contexto de estudios, religión y deportes, algo así como una educación griega clásica. Salíamos los fines de semana para ir a nuestras casas y regresar los domingos al cine de la noche. Era en Managua donde socializaba con las jovencitas en fiestas y en sus casas. No había comprendido aún el porqué del CCA ni el de la Compañía de Jesús, pero una vez al año se nos permitía hacer disparates de adolescentes en el día del Rey Feo.

Fui feliz en el internado al inicio de mi adolescencia, y los jesuitas no se habían convertido al cambio social con aquello de los curas obreros y la teología de la liberación. Granada fue la época de la continuidad del franquismo en España, y del somocismo en Nicaragua. Pero mi hermano Alejandro José comenzó a contrastar a Somoza con la UNO de entonces, la de Fernando Agüero, desde que tenía 17 años. Los años del tercero al quinto (1966-1969) los cursé en Managua porque el CCA había dejado Granada por la capital, el centro del poder en el país.

Los jesuitas han sido históricamente expulsados de Europa y de América Latina, incluyendo Nicaragua, por revoltosos sociales y políticos, hasta que se apaciguaban. No es casualidad que la orden haya sido fundada en el Siglo XVI –por un militar vasco– como vanguardia frente al protestantismo (y los abusos del poder). Y por ahí andábamos en los años del bachillerato en Managua, pero se calmaron de nuevo después del fracaso de la revolución sandinista. Hoy tienen Papa después de Juan Pablo II, el enérgico y carismático polaco anticomunista; y de Ratzinger, el simplón teórico y aislado alemán, que renunció por no tener base de sustento.

Los jesuitas están ahora depurados de su experimento con la teología de la liberación, de la que alguna vez fui influido sin haber leído texto alguno al respecto. Cambiaron ruta cuando el general Arrupe y su estado mayor emigraron de Pablo de Tarso (judío-fariseo-converso), Agustín de Hipona (libertino-converso-griego) y Tomasito Aquino (cristiano-griego), a Carlitos Marx (judío-alemán), para incidir en la sociedad y cambiarla a través de nosotros los reclutas.


Ignacio de Loyola

Para el suscrito, José Antonio Sanjinés (q.e.p.d.) fue una referencia consecuente. De hecho, varios de los compañeros del colegio se fueron a cambiar la sociedad desde abajo uniéndose al FSLN, del que ya no queda nada. Ellos, los que salieron del EPS, pueden incidir en cambiar la sociedad desde arriba hacia algo mejor. Quizás se atrevan, o sus vidas y la de los muertos por la causa revolucionaria habrán sido inútiles.

Estamos a tiempo, mañana será muy tarde. Seríamos esclavos de una pareja de desquiciados, y no queremos eso. 


25 de septiembre de 2020

Doctor en Derecho

 

Doctor en Derecho

(Artículo publicado previamente en La Prensa de Nicaragua el 25/09/2020)


Me identifico en estos escritos como Doctor en Derecho porque así me gradué en la Universidad Centroamericana, Managua (UCA) en 1975. Continué con una maestría en derecho comparado en el exterior y otros estudios, y fui diplomático dieciséis años.

La maestría fue la de Master of Laws (LL.M.) en la ciudad preferida de William Walker, Nueva Orleans. Allá el título de abogado es Juris Doctor (J.D.), o sea Doctor en Derecho, que se obtiene después de una licenciatura de cuatro años (B.A.) y de tres años de derecho (J.D.). Luego sigue el LL.M. 

En el primer año en la UCA cursé historia de la cultura y la civilización, ideas políticas, organización social y del estado, filosofía, historia del derecho, economía y teología, pero también comencé con lecturas propias que contrasté con mi formación religiosa. Me alejé gradualmente del idealismo teológico y filosófico para acercarme al materialismo.


Por un tiempo en la UCA fui vago consciente y con calificaciones más que aceptables. Fue la época del cannabis; y me interesé más en aprender que en demostrarlo. En el transcurso de los años me fui desprendiendo de la filosofía de la angustia, la alienación y la nada, para quedarme con los sedimentos de la filosofía del absurdo. Marx el alemán, por otro lado, jamás entendió la naturaleza humana, y lo dejé hace mucho en el cajón de obras ya olvidadas.

Aclaro que después del bachillerato me fue ofrecida una beca para estudiar en la Universidad de Michigan. No la tomé. Decidí derecho en Nicaragua para entender ciertas cosas porque venía de la formación jesuita de la pre-revolución, de la que posteriormente se arrepintieron. Fue una decisión cultural la mía, con la intención de ir después al exterior y saltar a otros asuntos. 

Y salté a la diplomacia en la década de los 80 cuando regresé de la maestría, pero la diplomacia se fue a otra dimensión porque aquí no existe la profesionalidad en el sector público, solo la servidumbre; y yo no soy siervo de nadie.



En la UCA jamás pensé que ejercería la abogacía. La sola noción de ser abogado en una sociedad que rechazaba (dictatorial, desigual e injusta) me era repugnante. La ley y el derecho no eran relevantes, solo las relaciones de poder y del dinero. Hoy este asunto de la ley, el poder y el dinero es aún peor, y el todo me sigue repugnando. No hemos avanzado nada, al contrario, vamos hacia la barbarie que se expresa en la corrupción más descarada en las instituciones públicas, la impunidad, el adoctrinamiento, la propaganda burda, la represión, la cárcel y la muerte.

Aquí existe una familia que corrompió todo, y muchos son partícipes y cómplices para mantenernos en la sumisión. Es una involución histórica y cultural. No hay pensamiento crítico que no sea atacado por la caterva de siervos del régimen. Nadie puede pensar diferente de la familia, mucho menos expresarlo, ni puede haber avance social alguno sin rendirle pleitesía y agradecimientos a la pareja de ignorantes. Un absurdo en un país absurdo.


Si el capitalismo irrestricto es un monstruo que nos devora desde arriba, lo es también el socialismo. No hay sistema político y económico perfecto. Los nórdicos hacen sus ajustes libremente porque creen y confían en sí mismos, en su organización social y en sus instituciones. Es su historia, su cultura y su futuro.

Nosotros aquí no estamos bajo sistema ideológico alguno, sino bajo la lógica retorcida del poder de una familia dispuesta a todo para no dejarlo, y para mantener su riqueza mal habida. Son tan negados de intelecto que pretenden estar librando una batalla cósmica entre las fuerzas del bien y del mal, sin percatarse que el mal está en ellos mismos. 

No hay nada que celebrar en Nicaragua, más que lo absurdo del régimen, y la inexistencia de la ley, el derecho y la justicia.                             


3 de septiembre de 2020

Que pase el siguiente

 

Que pase el siguiente

(Artículo publicado originalmente en La Prensa de Nicaragua el 2/09/2020)


¿Desearían ver a la flaquita de Popeye el Marino en vestido de baño en una pasarela de Nicaragua Diseña? Podrían también pensar en el marido modelando pantaloncitos de marinero, aun si apoyado en un bastón.  

La respuesta a esa pregunta es la de cada quien en un país donde ya no van quedando jóvenes, porque se les mata, encarcela o se les envía al exilio. Me refiero por tanto a los viejitos que aún quedan, porque dejé de ser joven tiempo atrás, y no pretendo jugar al adolescente. La adolescencia solo regresa para hacer el ridículo.

Recuerdo bien en Roma a la esposa de un embajador, muy mayor ella, usando minifalda para enseñar sus piernitas, pintarrajeada la cara y llena de cachivaches para cubrir los pellejitos. Pensé que era una de esas que aunque ya viejita pretendía no aparentarlo. No era así, le valía, así quería vestirse porque le daba la gana. Era la esposa del embajador, y a él no le importaba.

Si uno hablada con ella se daba cuenta de inmediato que era una loquita. Me gustan los colores, pero no en una que hace el ridículo mostrándolos. Daba lástima. Nadie se atrevía a decírselo, habría sido descortés, pero entendió, porque no se le acercaban más que unos pocos. Decía que no le hacía daño a nadie, y era cierto, con la salvedad de una imagen grabada en la mente que provocaba pesadillas.

La loquita de aquí sin embargo procura daño y no le importa ni a ella ni a su marido, el de los pantaloncitos de marinero. Es una pareja de decrépitos. El enemigo dicen, está en el exterior, cuando está en sus mentes enfermas. Putin corre, caza, conduce tanques de guerra, se baña en aguas gélidas, muestra el torso y anda en bicicleta. Nadie dice cuántas mujeres tiene, cosa rara, porque en nuestra subcultura mientras más mujeres se tienen más hombre se es (pido disculpas a las mujeres conscientes). 

Popeye sin embargo no puede terminar coherentemente una frase, a no ser que hable de William Walker, el estudiado, culto y osado esclavista fosatero que llegó a ser presidente de Nicaragua. Seguramente Popeye lo admira y lo envidia en secreto, por lo de educado y culto digo, y porque hablaba inglés

Walker fue derrotado por la intervención de los ingleses y los dineros de Cornelius Vanderbilt, el de la Compañía del Tránsito, un yanqui de Nueva York. Los provincianos solo pusieron los muertos gracias a la perenne estupidez de los políticos de aquí. Todo esto lo puede explicar Popeye el historiador, si se atreve.



William Walker


Creo que hay mujeres a quienes les gusta que los hombres tengan a otras, incluyéndolas, pero no sus maridos. Algo así como un machismo a la inversa. Sería interesante averiguar cuántas mujeres (u hombres) tienen los del régimen. De las mujeres no me ocupo, sería descortés, pero igual les tienen expediente abierto para mantenerlas sumisas, y no por comprar campanas de bronce.

Los griegos antiguos se enorgullecían de su pedofilia, y sus mujeres lo toleraban porque así eran educadas. Las esposas servían para producir herederos legítimos, como en cualquier otra cultura de por ahí, hasta que se desarrolló en alguna parte, incluyéndonos, legislación por la que todos los hijos, dentro o fuera del matrimonio, son iguales.

Procreación responsable le llaman. De la flaquita de Popeye ¿cuál de los hijos será el ungido cuando el marido senil ya no pueda ver, como el Isaac bíblico?  Los hijos son iguales dice la ley, pero seguramente habrá uno más igual que los otros por voluntad de su mami.

En la leyenda bíblica la mujer de Isaac le jugó una mala pasada al marido senil, para que la progenitura le quedara a su hijo preferido. Maduro por otra parte, el hermano mayor, fue considerado inepto para ser heredero, y así quedó. Que pase por tanto el siguiente, quizás lo logre, porque los dioses son caprichosos, y los de la oposición también.


22 de agosto de 2020

En estado de sobriedad


En un lamentable estado de sobriedad

 (Artículo publicado originalmente en la Prensa de Nicaragua el 21/08/2020)

  

¨No había nada que estuviera en pie; solo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo No había nada dotado de existencia” (Popol Vuh). Las aguas entonces bajaron, y una pareja de animalitos apareció sobre la tierra, creció y se multiplicó.

Nicolás y Elena creen que estamos bajo los efectos tóxicos del poder, pero aborrecemos sus rituales: “porque todo lo que es abominación para Yahvé, lo que detesta, lo hacen ellos en honor de sus dioses; llegan incluso a quemar en el fuego a los hijos e hijas [de otros]. (Deuteronomio 12, 31). 

La quema ritual de niños en Canaán sirvió de excusa a las tribus nómadas israelitas para su conquista de territorio, que no duró mucho. Fueron llamados judíos después del regreso de Babilonia a la Judea (Reino de Judá) destruida por los caldeos, liberados por los persas (hoy iraníes), para ser frontera militar con Egipto. En Samaria y Galilea (Reino de Israel) no habían quedado israelitas, los asirios se los habían llevado a Nínive como esclavos y no regresaron. Hoy los judíos son frontera militar de los Estados Unidos con los persas.

Lo de Abram, o Abraham según cédula de identidad posterior, es la épica de un clan de nómadas y dioses anteriores, pero no se le dio el don de ver el futuro, como el derecho de las personas en Nicaragua de no ser calcinados en nombre de una pareja de alucinados. ¿Recuerdan el Carlos Marx? Para esta pareja de intoxicados los hijos de los otros son meros recursos naturales renovables.


El incinerador de niños en Canaán


El padre de Abram, con sus esposas, hijos, esclavos y ganado, había salido de Ur en Sumeria hacia la región de Harán, en el norte, en busca de nuevos pastos; luego Abram emigró con los suyos y un nuevo dios a Canaán, por las mismas razones. Ferdinand e Imelda no pueden emigrar, nadie los quiere, y siguen negando la realidad de la represión y de la pandemia para mantenerse en el poder. Para ellos el tiempo se detuvo después del suicidio de Abel, porque supuestamente jamás existió Caín, el representante de lo nuevo. Caín “suicidó” a Abel cuando ya Abel había dejado de significar la conjunción del poder económico con el poder político.

Quizás algunos del poder económico con otros del poder político y nuevos ricos, quieran reinventar otro Abel que restablezca el viejo orden acomodaticio. Pero el objetivo de los del poder económico –quienes operan en la sombra– no ha dado resultados a largo plazo. Ese objetivo desde el “Acta de los Nublados” de 1821 ha sido mantener el poder económico por medio del poder político, pero la rebelión callejera de 2018 los asustó a todos por igual.

A los del poder económico les corresponde ahora decidirse por el restablecimiento de la cohabitación con los del régimen, o por la ruptura definitiva. Quizás no logren ponerse de acuerdo con los demás en la Coalición Nacional, hasta que un nuevo levantamiento los mande a todos al Hades a continuar con sus discusiones.

En Bielorrusia decenas de miles de ciudadanos están contrastando en la calle al brutal dictador, el de las elecciones fraudulentas. No se está discutiendo en la calle, se está exigiendo que el dictador se vaya.

Pero por aquí anda Bye-Ardo, tratando de convencer a los consejeros del dinero a regresar al corral. “Y nada tiene de extraño que el mismo Satanás se disfrace de ángel de luz. Por tanto no es mucho que sus ministros se disfracen también de ministros de justicia”. (Segunda Epístola de Pablo a los Corintios 11, 14-15).

Dicho sea y no de paso, me encuentro en un lamentable estado de sobriedad. Si no lo estuviese diría que esos enviados solo saben repetir los rebuznos de sus amos. Esa es la fauna que amerita estar en el corral, con Paul el Ojo de Horus. Su tiempo en Berkeley se desvaneció. Ahí se discute verdaderamente sobre la izquierda, en el corral solo se rebuzna. 


12 de agosto de 2020

Sobre el racismo

 

Sobre el racismo

(Artículo publicado previamente en La Prensa de Nicaragua el 10/08/2020)

 

Nací blanco, muy blanco. Fui pelirrojo y pecoso, y después de 68 años de vida, 47 de los cuales en el trópico, tengo muy dañada la piel por exceso de radiación solar, y con tendencia a desarrollar cáncer.

Sol en exceso desde niño dice el dermatólogo. Siento orgullo, no por ser blanco, sino por entender la diversidad de las etnias en el mundo entero, y que la tez morena es más apta para tolerar los rigores del sol tropical.

En el colegio habíamos de distintos colores de piel, amigos todos, y recuerdo con gratitud a un compañero que nos invitó a un viaje a Bluefields con su padre. Fue la primera vez en mi vida que vi una comunidad de negros y de amarillos interactuando normalmente en una ciudad. Lo recuerdo, siempre agradecido. Si alguno piensa que decir negro, amarillo, rojo o enanitos verdes es anatema, entonces decir blanco lo es también.


Bluefields




Después del bachillerato fui a la Universidad de Michigan en Ann Arbor a estudiar inglés. Varios de los que habíamos ido a Bluefields estábamos ahí. Vimos en el campus a jóvenes blancas con jóvenes negros y viceversa. Normal.

En Ann Arbor nos encontramos con un nica en su último año. Nos invitó a una fiesta en su casa de estudiantes. Fuimos por supuesto. Era mi primera fiesta universitaria y había de todo. Allá se estaba con lo de la Guerra del Vietnam, la contestación social, el jipismo y la música distinta. No fumaba entonces. Eso vino después.

Uno de los amigos fue a una manifestación de blancos y negros contra la guerra, dispersada por la policía con perros y demás, me dijo. Ni cuenta me di. Yo estaba inocentemente aprendiendo el inglés con una joven como yo, nativa de Detroit, cerca de Ann Arbor. Estudiaba el primer año de drama (teatro) y tenía frenillos. No discriminaba a nadie igual que yo.

A los que estábamos en el instituto de inglés nos asignaron dormitorios con universitarios nativos, para que interactuáremos con ellos en el idioma que aprendíamos. A mí me correspondió un estudiante –blanco– de doctorado en ciencias políticas. Un día llegó un amigo suyo al dormitorio y ambos me revelaron que se iban a Canadá para evadir el reclutamiento militar obligatorio. Estaban en contra de la guerra en el Vietnam, y se fueron, igual que otros estudiantes negros. Era el mes de febrero de 1970, mes de mi cumpleaños número 18, y nevaba.

Años después fui a Nueva Orleans a un postgrado en derecho comparado o similar. En ese entonces la ciudad era mayoritariamente negra por motivos históricos. La discriminación vino hacia mí –de manera inesperada– por blancos locales por aquello de mi acento latino hablando inglés. Es decir, por ser distinto aún si blanco como ellos, o más blanco. Y en Roma, en mis tiempos de la diplomacia, conocí una tríada de jóvenes de Somalia, negras ellas hasta más no poder, y bellas. Una de ellas, la menor, de 20 años, más bella que cualquier blanca que yo haya conocido. Era perfecta.

Ignoro qué sucedió con esas jóvenes cuando regresaron a Somalia. No eran musulmanas y ya sabemos qué sucedió en ese país y aún sucede, como en otros países, por no ser musulmán ortodoxo, aún si del mismo color de piel.

A uno de mis hermanos sus amigos le siguen diciendo negro por afecto, y nadie en la familia se ofende por ello. Por otro lado la discriminación hacia el distinto ha existido siempre, y seguirá existiendo como resabio de nuestra larga evolución de animales territoriales. No es el color de la piel el origen de la discriminación y del racismo, esa es solo una excusa para pretender imponerse sobre los otros por la fuerza. Racistas típicos son Daniel Ortega y Rosario Murillo: el que piensa y actúa distinto debe ser sometido, incluyendo el símbolo de un crucificado, que paradójicamente, de blanco pasó a ser negro carbón.


Después del atentado terrorista



3 de julio de 2020

In memoriam

           
A Edgard Lang y Allan Rivas in memoriam 

(Este artículo fue escrito antes del fallecimiento de mi hermano mayor Alejandro José, el 27/06/2020 en un hospital de Managua en plena pandemia del coronavirus, y fue publicado en el diario La Prensa de Nicaragua el 3/07/2020)


In memoriam también, Alejandro José


Un magnate de los Estados Unidos a finales del siglo XIX dijo: “ve tan lejos como puedas ver; cuando llegues allí, serás capaz de mirar más lejos”. Se refirió a lo que se podía lograr en dinero y en poder supongo. Más dinero más poder, y así, hasta que los valores colapsan por no tener respaldo económico –la burbuja especulativa–, colapso que afecta a los que no saben jugar el juego, y nunca a los juegan con los dados cargados.

Edgard Lang y Allan Rivas, ambos amigos de juventud muertos en tiempos de la insurrección contra Somoza, tuvieron visiones antagónicas de la sociedad. Tuvieron en común sin embargo que no pretendían ni dinero ni poder, jugaron limpio sus apuestas. Uno quería que la sociedad cambiara y el otro que se mantuviera el statu quo. Ambos perdieron la vida y sus apuestas a juzgar por los resultados.

Edgard y Allan fueron de extracción burguesa, lo que eso signifique según la jerga marxista de entonces, con la que alguna vez me identifiqué, llegando a comprender “científicamente” más adelante que solo soy un pequeño burgués, aunque sui géneris, y me está bien. No veo a nadie hacia arriba ni hacia abajo, ni discrimino por el color de la piel.

Ni Edgard ni Allan ni el suscrito teníamos medios de producción pero sí acceso holgado a desarrollar una conciencia propia. Es natural que uno vaya recorriendo su propio camino en un mundo que se va descubriendo. Después de todo la realidad se manifiesta por sí misma sin idealizaciones imaginarias.

Edgard trató de reclutarme –sin decirlo– antes de irse a la clandestinidad, hablándome de la situación social del país. ¿Qué hay de nuevo? Respondí. El idealismo no lo descarté, pero no tenía claro nada, menos ir a lo desconocido dirigido por desconocidos. Se trataba de tener fe en quién sabe quiénes cuando ya no me ocupaba de mitos. Preferí quedarme en tierra de nadie antes que seguir el camino de otro.

Fue a partir del asesinato de Pedro Joaquín Chamorro algunos años después, que estando en el exterior me decidí por el lado dialéctico de la historia, hasta que los entonces dirigentes de la revolución se convirtieron en su propia antítesis.

Allan murió en el campo contario al de la insurrección por ser leal a una familia. Esto fue lo que me dijeron los conocedores del asunto. Fue por lealtad, y le fue mal, igual que a Edgard con su lealtad con la causa revolucionaria. Ambos muertos a tiros como tantos otros. Edgard es uno de los Mártires de Veracruz, y Allan pasó a “otro plano de vida” sin que sea recordado públicamente. Aquí lo hago hoy, amigos ambos, inocentes de lo que vendría. Los demás amigos sobrevivientes e intelectualmente honestos ¿dónde están?