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18 de febrero de 2025

 

Todo el mundo quieto

(Publicado originalmente en el diario digital de Nicaragua La Prensa)

 

“Qué me gustaría, fumando un cigarrillo, tomando una cerveza, siempre meditando, la noche es oscura, no veo el amanecer” (2010). 

Lo dicho viene del lejano 1984, sentado tomando una cerveza en un bar en la Place Saint Michele viendo hacia Notre Dame, hoy restaurada, un símbolo de la humanidad. No, no soy esnob, de hecho no me gustan los esnob, y menos los narcisistas quienes, ya menos mal, van saliendo de este mundo, los que conozco digo, un él y una ella con el mismo apellido. 




La autenticidad tiene riesgos que se deben asumir, aún so pena de ser tildados de dementes, no de imperfectos sino que de locos. Sí, así es. Y de regreso a la filosofía de la estupidez, pues a demostrar lo contrario diciéndolo entre líneas, porque decir nombres es muy peligroso para los nombrados. Pienso que respondería, igual entre líneas, con un tanto de cordura, esa que en el territorio del régimen no existe. ¿Qué si soy provocador? Sí, y a seguir pensando, sea dicho, para no dejarnos enajenar por la propaganda, la invención y la diseminación de relatos falsos, los de una pareja de loquitos administrados con fármacos para que parezcan vivos, aún si diciendo y haciendo disparates. 

Dicen los que saben, que los jesuitas de la teología de la liberación nos revolvieron la mente a algunos de nosotros, los entonces estudiantes. Es cierto, lo admito. Allá en el CCA de la década de los 60 pasada llegaron dos infiltrados enviados desde Roma, sede del General Arrupe, por medio de su lugarteniente el Provincial en Guatemala. Eran abiertamente socialistas. Curioso, infiltrar a los hijos de la burguesía para cambiar la política (social), que los favorecería frente a la competencia del comunismo. Genial, asumir el poder por interpósita persona. ¿Qué vendrá ahora en las luchas de sucesión por el poder en el Vaticano en la era de Trump, y en la del ascenso de sus derivados en Europa después de Francisco I, papa jesuita? Está por verse. 

Algunos caímos en el pensamiento comunista, incluyéndome. Me zafé a tiempo sin embargo, para caer en el escepticismo; en la duda antes de leer El discurso del método sobre la duda metódica. Pregunten y sabrán. Autenticidad ante todo, si bien cuesta por si encontrado en contradicciones. Las contradicciones han existido desde siempre, lo que no ha existido es su necesaria resolución, y menos hacia algo mejor. Muchas veces sucede lo contrario, se va hacia atrás o hacia un lado. Althusser, el neomarxista francés, así lo dijo, y así murió, diciendo que Marx no fue otro que un idealista velado, por aquello del materialismo histórico, el de la salvación de todas las contradicciones sociales en la sociedad comunista. Así de claro, así de simple. Después (Althusser) fue declarado loco en juicio por haber estrangulado a su esposa. Falleció en un sanatorio para enfermos mentales, desde donde observaba el mundo por una Ventana igual que Nietzsche un tiempo antes, ese otro gran anticonformista.  .

Ignacio de Loyola fue un militar vasco arrepentido, fundador de la Compañía de Jesús, la de la Contrarreforma. Mi nombre es Humberto Ignacio de Loyola, y soy también un arrepentido por no haber hecho ciertas cosas antes, tratando de hacerlas ahora. Tiene que ver con el conocimiento, la de llenar conscientemente lagunas propias, que no mares. La praxis es la de escribir estos cuentos y de relacionarme de igual a igual con quienquiera que sea, comenzando con aquellos del barrio. Así soy conocido, por no discriminar. Quizás algún día se dirá que por aquí paseaba un viejito loco pero interesante, que hablaba con todos por igual. 

Abrí los ojos, me decía uno de esos jesuitas de la secundaria, quien entendió, granadino por cierto. No quise, y me costó un pedacito de mi existencia. Después lo visité antes de irse de este mundo. Pienso que al final nos entendimos. Él tuvo la razón, el equivocado fui yo. El socialismo es una verdadera mierda.   

Mi hermano mayor Alejandro José, en un momento de su vida terrenal me expresó que él iba a saludar regularmente a los del moridero. Así describió la residencia de los jesuitas en el CCA, el moridero. Y sintió orgullo por haber sido educado con ellos en Granada, en el internado. Rebelde como siempre fue, fue más allá que este simple mortal. En pleito le rajó la cara a uno de esos curas franquistas de entonces. Edgar Lang, otro hermano, uno de los Mártires de Veracruz, fue expulsado del CCA en mis tiempos por decirle la verdad a otro cura. Cuñadita le decía a mi entonces novia. 

El Yo es muy curioso porque está el otro yo, el del inconsciente, no el del subconsciente fácilmente asequible. Me refiero al del más adentro, al de La muerte en el alma, al del Grito de Munch. Sé que hay quienes entienden, por lo que no debo extenderme. Soy este yo, otro imperfecto, y no tengo miedo.   

Esperen el próximo cuento si les interesa, mientras tanto hablen consigo mismos y con otros, todos. Sean libres. ¿El 2025? Esto es solo un aperitivo en la segunda venida de Trump. ¿Todo el mundo quieto? No, pero es el principio del fin del wokismo, esa otra estúpida e inútil ideología apropiada por otros jóvenes rebeldes, que no saben como cambiar el mundo, solo lo quieren destruir. Y está bien. Así se avanza, poco a poco, de ida y de regreso. El Estado Profundo es el verdadero enemigo de la humanidad, los hegemónicos de la codicia, los de la guerra y de la posterior reconstrucción. Dinero y poder global. ¿Cómo van a ser sustituidos? Díganlo, si todos aquello del CCA ya son sus contrarios. Avanzaron hacia atrás, hacia el capital.