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17 de julio de 2023

Luiz Inácio Lula da Silva


 Luiz Inácio Lula da Silva

(Publicado previamente en el diario digital La Prensa de Nicaragua)

 

"No desesperes. Cuando todo parece terminado, surgen nuevas fuerzas. Esto significa que vives". (Franz Kafka). 

Lula da Silva regresó a la presidencia de Brasil a inicios del presente año 2023, después de haber sorteado las acusaciones de corrupción en su contra. No dudo que sus adversarios políticos desearon inhabilitarlo para que no fuese candidato nuevamente, pero prevaleció la justicia imparcial del Supremo Tribunal Federal de Justicia, como debía ser.

Lula fue un obrero metalúrgico y sindicalista devenido político y líder del Partido de los Trabajadores, el partido de izquierda más grande de Brasil; se opuso activamente y dirigió las huelgas contra la dictadura militar que inició con el golpe de estado de 1964. Sus credenciales políticas son impecables, por lo que después de distintos intentos electorales ganó las elecciones presidenciales del 2002. Sus adversarios lo llaman socialista, comunista y otras cosas más, supuestamente denigrantes, pero ha sido un gran presidente, reconocido como tal nacional e internacionalmente. 

Lula fue tan popular en su primer mandato que se postuló para la reelección de un segundo y último período consecutivo, según la constitución y las leyes electorales de Brasil, habiendo logrado el mayor número de votos en la historia democrática de su país. Con las políticas económicas y sociales de su gobierno logró triplicar el PIB per cápita, según el Banco Mundial, y a sacar de la pobreza extrema a aproximadamente treinta millones de personas. Bajo su mandato Brasil se convirtió en una potencia mundial y en la sexta economía del mundo.

Lula no persiguió a sus adversarios, no los encarceló como harían después con él, no restringió la libertad de expresión, no desterró a persona alguna ni los desposeyó de su ciudadanía, no confiscó los bienes y activos de sus opositores, ni pretendió restringir la libertad de asociación, y menos privó de personalidad jurídica a partidos políticos opuestos al suyo. No, y se retiró del gobierno cuando correspondió; y se retiró con tanto prestigio que la candidata de su partido, Dilma Rousseff, activista política desde su juventud, ganó las siguientes elecciones presidenciales, siendo la primera mujer presidente de ese inmenso país latinoamericano. Dilma ganó igualmente las elecciones para su segundo mandato, pero no la mayoría legislativa federal, y fue destituida siguiendo ciertas prácticas regionales de acusaciones por corrupción.   

Dilma Rousseff es hoy la presidente del Banco de Desarrollo del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). ¿Quién en su sano juicio podría suponer que Dilma es corrupta? ¿No es acaso lo contrario? ¿Una política intelectualmente honesta como Lula su mentor? ¿No se trata acaso del miedo de los otros? ¿Los entrados en pánico que pretenden el desprestigio de semejantes figuras? Nos corresponde en Nicaragua seguir ese camino político y social sin ir en contra de nadie, solo con la justicia imparcial. 

Jair Bolsonaro, el exmilitar y los suyos, llegaron democráticamente a la presidencia de Brasil después de Rousseff. ¿Y qué pasó? Los adversarios lo tildaron de derecha, ultraderecha, fascista y otras cosas, pero concluyó su primer período constitucional, y nadie protestó contra el sistema electoral. Nadie, a pesar de que Lula estaba aún inhibido a la espera de la sensatez política y judicial que tendría que llegar, y esa sensatez llegó. Para su segundo mandato Bolsonaro compitió contra Lula, y Lula le ganó en segunda vuelta sin trucos ni engaños, y no pasó nada, con la salvedad de alguna que otra manifestación a lo Donald Trump de los partidarios de Bolsonaro, quien es ahora el inhibido por incitación a la violencia. Cosas de la política y de la samba que al parecer es un idioma muy popular en esta nuestra región latinoamericana. 

En el XXVI Encuentro del Foro de Sao Paulo en Brasilia, Lula en su discurso inaugural dijo que se deben respetar los procesos democráticos, sus instituciones y la alternabilidad en el poder, aceptando las victorias y las derrotas. ¿Esto es motivo de crítica porque no fue más allá? No. Lo dijo todo sin mencionar a nadie en particular, como líder que es, y como tal no es manipulable. Sabe lo que hace por el bienestar de su país sin enemistarse con otros, a quienes les da la oportunidad de seguir su ejemplo de honestidad en la política, sin pretender imponerse. 



En la resolución final del foro no hubo gran cosa sobre Cuba, Venezuela y Nicaragua, solo una breve mención al embargo comercial y a las sanciones de los Estados Unidos. Esa resolución no fue importante porque los líderes de la izquierda latinoamericana y caribeña no son tontos. Saben muy bien que los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua están en un pantano, y que para salir de él se debe permitir el libre juego de la política, sin zancadillas, pretendiendo mientras tanto demostrar lealtad y cohesión ideológica frente a los Estados Unidos de América, el Gran Satán culpable de todos los males del mundo. 

En la subsiguiente reunión del Mercosur sin embargo, los valientes y democráticos presidentes de Paraguay y Uruguay dijeron la verdad sobre Nicolás Maduro y su camarilla, que pretenden inhibir ilegal e ilegítimamente la candidatura de María Corina Machado a la presidencia de Venezuela en el 2024. Le tienen pánico porque saben que gana. ¿A alguien le suena conocido este cuento? ¿A alguien? Esperemos que a Luiz Inácio Lula da Silva este cuento no le guste. Veremos. 

P.S.: Pensando en mi madre Mary Josephine McDonough, fallecida dulcemente el sábado primero de julio en la noche, rodeada de sus seres queridos. Nos ha dejado un gran vacío. Agradecemos a todos quienes nos acompañaron a despedirla y a los que nos enviaron sus condolencias. Cierro este escrito con lágrimas en los ojos y con la esperanza de que pronto seamos libres.