Anno Domini 2020
(Artículo sobre Nicaragua publicado el 6/01/2020 en el diario La Prensa)
“A partir de cierto punto [de la rebeldía] no
hay retorno.
Ese es el punto que hay que alcanzar” (Franz Kafka).
Qué van
a seguir diciendo los acólitos del régimen cuando saben que se acabó su tiempo.
Están al borde del colapso por las sanciones internacionales y la presión
interna. Se les acabó el dinero y se les escapa el control del aparato del
Estado y del paraestatal, que no es más que una pantomima macabra que desertará,
se camuflará y se negará a sí misma cuando la familia haya sido desalojada del
poder, e incluso antes. Se llama disgregación, aunque algunos la llamarán
traición, aún a sabiendas que nos exprimen para obtener dineros que ya no
tienen.
Me gustaría
conocer la lista de los textos socialistas que leen los del régimen. De los
hijos me intereso poco. Dudo que sepan leer, y si leen no comprenden lo que
leen. Si así fuese ya se habrían ido a radicar a Cuba o a Venezuela con sus
baúles llenos de los odiados dólares de sus padres.
La
dirección de la policía y del ejército son cómplices del todo. Lo saben bien, y
cuando el régimen colapse van a decir que son los salvadores de la patria. Nadie
les va a creer por supuesto. Ni los suyos de base. El tiempo ya pasó. Cuando
los administradores de sus inversiones dentro y fuera del país les digan a los
del IPSM y del ISSDHU que deben liquidar sus activos e irse a otro lado, será divertido.
Seguramente van a pretender nacionalizar tanto activos como dividendos e
intereses en el INSS, y desde ahí pagar sus pensiones (eufemismo). O ya fueron
a Qatar para ese propósito, el de las pensiones digo. Están dando saltos de anfibios
porque no hay árabe que no negocie hacia arriba el costo del riesgo.
Un
fantasma recorre el régimen, el fantasma del pánico. Más de alguno ya está en contacto
con “agentes del imperialismo” para salvarse con su familia. El conspicuo magistrado
judicial que les dio la espalda gritando, ya se calló y no se sabe de él. Cumplió
su cometido para salvar su patrimonio y el de sus herederos.
Es lo
que viene en el 2020. Desertar sin hacerlo evidente, porque la traición se paga
con PLOMO. Se seguirán convirtiendo en informantes clandestinos para tratar de
salvarse de la paranoia de la pareja. Y no hablo de los pequeños empleados
públicos, a quienes un próximo gobierno les debe dar seguridad y estabilidad
laboral para romper el ciclo malvado de los despidos. Esta es una aspiración
porque conozco gente buena en la administración pública.