La de Nicaragua no es Evita
(Escrito de opinión sobre Nicaragua)
Eva Duarte (Evita), una jovencita que llegó a Buenos Aires en 1935, sola, desde una
provincia desfavorecida. Llegó a buscar fortuna con su carácter independiente,
ambicioso y decidido; obligada a emigrar hacia la capital por la crisis
económica de esos tiempos antes de la Segunda Guerra. Ir a Buenos Aires desde
el interior en ese entonces era como viajar a Suiza o Inglaterra desde Managua.
Lo
vio todo con su viva inteligencia, viniendo de antecedentes muy humildes, y
supo con quién aliarse como pareja hasta contraer matrimonio. Fue con un
militar de rango de apellido Perón, quien inicialmente fue Ministro del Trabajo
antes de llegar a la presidencia. Ella sabía lo que hacía. Sabía que los
militares eran el poder en esa época, y que Perón podía ser el vehículo apto
para sus premuras de asistir a los suyos, por aquello de la simbiosis que
desarrolló con Perón por los desfavorecidos. Perón venía igualmente de
inmigrantes humildes, sin tener arraigo en la sociedad de Buenos Aires.
Ambos
apelaron al sindicalismo, sabiendo que la política económica del país había
sido volcada hacia la sustitución de importaciones, aumentándose internamente la fuerza laboral influida desde sus inicios por las corrientes ideológicas sindicales de origen
italiano y español: el socialismo y el anarquismo. No se fueron al
corporativismo fascista.
Evita
falleció de cáncer en 1952, joven, bella, carismática y sin hijos, por lo que
no tuvo algún interés dinástico. Fue embalsamada y expuesta al público que la
reverenciaba, porque en sus discursos hablaba desde lo profundo sin referencias
repetitivas a deidades ni a otras simplezas teosóficas desfasadas y sin
sentido. Y jamás uniformó con camisetas a los que llegaban a la plaza, ni los
obligó a llegar. Fue auténtica.
Evita renunció a ser candidata a la vicepresidencia
A
Perón, aunque electo, le dieron el golpe de Estado lo militares de rango un tiempo después
del fallecimiento de Evita por haber acumulado ambos demasiado poder; y le
tuvieron tanto temor al cuerpo embalsamado de la fallecida, que lo enviaron al
exilio a Milán en Italia, donde fue inhumado bajo un nombre ficticio hasta que fue regresado a Buenos Aires años después. Evita fue
realmente reverenciada por el pueblo, y lo es todavía, por genuina, por
carismática, por joven, por bella, por no haber tenido hijos que colocar, y por
no haber reprimido ni enviado a asesinar a persona alguna para mantenerse en el
poder con su esposo, aún sin haber sido vicepresidenta.
Aquí
en nuestro país estamos frente al intento de golpe de estado más largo de la
historia de Nicaragua, según una pareja de perturbados y sus acólitos. Y se auto
amnistían sus crímenes con una ley contraria al derecho internacional de derechos humanos, que es derecho interno según una tal Constitución Política devaluada
por ellos mismos.
Lo que Rosario juró al asumir la vicepresidencia
Y esto es lo que ha hecho junto son su marido Daniel
La
de aquí no es Evita. Cuando la de aquí se vaya con su marido, habrá júbilo en
las calles.
Nota: Una versión con alguna que otra variante de la presente fue publicada en el diario La Prensa el 13 de junio del 2019.
Nota: Una versión con alguna que otra variante de la presente fue publicada en el diario La Prensa el 13 de junio del 2019.