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11 de marzo de 2021

La vergüenza del mal

 


 La vergüenza del mal

(Artículo de opinión sobre Nicaragua publicado en La Prensa del 10/03/2021)


“Un solo bien puede haber en el mal: la vergüenza de haberlo hecho.” (Séneca).

Esa máxima aplicaría a quien tiene vergüenza, no a quien no la tiene. A esto han llegado los del régimen, pretendiendo que no hay ciudadanos con entereza, pero como los hay, son golpistas, porque aquí nada debe cambiar.

En la década pasada de los 80, decirle contra o burgués a alguien era despectivo. Hoy no porque ellos ya son burgueses. Han debido cambiar los epítetos para denigrar al contrario.

Nicaragua llegó tarde al liberalismo (burgués), al socialismo, a la democracia, tarde de regreso a la dictadura; y estamos de nuevo tarde en la búsqueda de un futuro que no logramos discernir. Nos seguimos matando como desde los tiempos de la independencia, desde cuando los pudientes se hacían la guerra y eran los pobres los que morían (parafraseando a Jean Paul Sartre).

Las descalificaciones a quienes proponen soluciones para salir de la órbita del hoyo negro –la dictadura bicéfala–, son una consecuencia de un ADN que no evoluciona. Los descalificados se juegan la libertad y su integridad física, a no ser que sean infiltrados o vendidos. Estos no arriesgan nada.

Las descalificaciones son una tradición, quizás porque en nuestra infinita mediocridad no toleramos que otro pueda destacar (con la salvedad de los deportes). Se llama envidia, por la que se es capaz de hacer daño o de regocijarse por el daño causado al otro que nos supera. Eso no debe perturbarnos. Son los mediocres los descalificadores.

Los de la dictadura dicen que si no son ellos, no puede ser nadie más, como en el machismo homicida: “si no sos mía no vas a ser de nadie más.” Es un asunto de profunda estupidez cultural. Es la estupidez de los que aún piensan que el país debe estar sometido a la voluntad omnímoda de una pareja de decrépitos, que no le puede ofrecer nada a una sociedad de jóvenes libres, más que represión, cárcel, exilio, atraso cultural y más pobreza.

Los del régimen son los del todo vale para seguirse enriqueciendo, o cuando menos para mantener sus riquezas evadiendo la justicia, contraria a la “justicia” de la comisión de la Asamblea Nacional, que no decide ni decidirá nada por órdenes de la pareja. El régimen es un dique de contención del progreso, hasta que lo rompamos frente a la hipocresía de sus hijos de lujo.

Distribuyen garrote a los contrarios, prebendas entre ellos mismos y prebenditas a otros, o las quitan como castigo; y promueven el circo de hijos cantantes (mediocres), pero sin pan, porque pan ya no tienen para ofrecer. Si los conscientes se rebelan de nuevo masivamente y se les ocurre pasarle la cuenta a los del capital viejo y nuevo, ¿quién los protegerá? 

Esta es quizás la profecía del caos del generalísimo en retiro, para que se acepte la cohabitación con su hermanito y su consorte después de noviembre, pero "no hay noche, por larga que sea que no encuentre el día" (William Shakespeare). Y el día deberá llegar por ese 70 por ciento o más de ciuadadanos desafectos de la dictadura, a no ser que los del "partido de la casilla", que representan al viejo capital, regresen a los  pactos de cúpula sustituyendo al PLC.

Al lobo se le caen los dientes, y los del ejército lo abandonarán en su momento por conveniencia. Pronto veremos si la loba será capaz de lincharnos a todos con sus huestes para salvar a su prole, y si los nuevos estarán dispuestos a salvar a los suyos a cualquier costo. Se les acabó el tiempo que ahora ruegan en Siria, Rusia, Bielorrusia, Irán, Cuba y Venezuela en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Menuda manada.




Que los del régimen se vayan donde los acepten, dejando atrás los bienes que no han colocado en el exterior. Así experimentarán lo que le han procurado a los que han debido huir (de ellos) para salvar sus vidas. Se les hará juicio por los crímenes de lesa humanidad, y la condena será la de reparar a las víctimas y a los familiares de los sobrevivientes con los bienes incautados. Así se evitará el caos profético y la cohabitación con los asesinos. Si no, bienvenido sea el caos, que después vendrá el orden. Está dicho en todos los textos de las naciones.

Joven, “no es que yo quiera darte pluma por pistola, pero el poeta eres tú.” (Miguel Barnet).