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14 de noviembre de 2023

Los sueños que soñamos

 

Los sueños que soñamos

(Publicado originalmente en el diario digital La Prensa de Nicaragua)

 

“Cuando despertó el Cid, la cara se santiguó. Se signaba la cara, a Dios se encomendó. Estaba contento del sueño que soñó.” (Cantar del Mío Cid, Canto 19, inicios del siglo XIII).

Al menos al Cid le fue bien con sus sueños de liberarse de los opresores. En otros lados y circunstancias esos sueños suelen ser pesadillas. Pero de la Caja de Pandora dicen que saldrá la esperanza. Con ella habrá que soñar, y no solo soñar. El día deberá llegar, aunque no se sabe ni el cuándo ni la hora como dice el texto, de lo contrario seguirán siendo solo pesadillas.



Una cosa es segura. Allá donde hay purgas se demuestra el pánico por la eventual sucesión, pensando quien sucederá al déspota, que podrá seguir haciendo más de lo mismo. Quien lo sucederá por tanto se continuará deshaciendo de los antiguos, por más méritos que tengan, para seguir con las sustituciones con los suyos. Este fenómeno no es nuevo, y los siervos callan. Son individuos sin moral y sin escrúpulos que siguen el dictado despótico, como si fuera la palabra de una deidad, pero del mal.

Esa inconmensurable ambición de poder no llevará más que a una mayor disrupción social por el fenómeno de los destierros, la migración, la ausencia de nuevos puestos de trabajo, más migración y la separación de las familias. ¿A quién le interesan los antiguos profetas hoy en día? Son irrelevantes. No somos el pueblo escogido, pero son relevantes para los judíos que están luchando en la Franja de Gaza por su sobrevivencia. ¿Pero y el antiguo profeta de los musulmanes? Según los palestinos ellos también luchan por su sobrevivencia. Es un cuento de nunca acabar apoyado por potencias por cada lado, pero ¿hay algún profeta entre los nuestros?

No es suficiente decir que se requiere educación pública de calidad (no adoctrinamiento) para nivelar las oportunidades de crecimiento personal y social; el egresado no encontraría trabajo según sus estudios por más que la propaganda oficial diga lo contrario, menos cuando centenares de universitarios y decenas de docentes han debido emigrar por motivos ya conocidos, y no regresarán a un país política y económicamente inviable. La demagogia populista de los que dicen que las universidades privadas confiscadas son ahora del pueblo, es una falacia. Se financian con el presupuesto nacional y por tanto son de todos, y jamás debieron haber sido confiscadas, y no solo por motivos legales y académicos sino que morales.   

Hablando de potencias, sería un grave error de los países occidentales permitir que Rusia venza a Ucrania porque Rusia no pararía ahí, solo aprovecharía cualquier debilidad en Europa o en los Estados Unidos, o una distracción como la guerra contra los terroristas de Hamás en Palestina, para seguir avanzando. Pregúntenle a los moldavos, polacos, finlandeses, estonios, letonios, lituanos y georgianos, entre otros. Y otros por ahí (ejércitos incluidos) se apegan a Rusia, China, Irán y Corea del Norte contra la voluntad popular. Cuba y Venezuela no cuentan o muy poco. Al menos Rusia y China son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con derecho de veto, lo que representa un alivio sustantivo para los criminales de lesa humanidad o para los criminales de guerra, por aquello que pueden esquivar ser llevados a la Corte Penal Internacional, si sus países no son suscriptores de la misma. Ni Cuba ni Venezuela ni Irán ni Corea del Norte pueden hacer eso.

Y sobre la voluntad popular, qué se puede decir además de que se monta una farsa electoral de tanto en tanto para burlarla. Igual se está burlando la voluntad popular en Guatemala después de las elecciones presidenciales pasadas, y en Venezuela después de las primarias. Tanto en Guatemala como en Venezuela también han soltado a la jauría inhibidora de candidatos y de partidos políticos. Es por el miedo de perder el poder y de tener que pasar por la justicia imparcial. 

Otro caso emblemático de ausencia del respeto a la voluntad popular es la del grupo terrorista Hamás en la Franja de Gaza, aunque el profeta Mahoma en el Corán haya mencionado que los fieles inmolados durante una guerra santa (los musulmanes por supuesto), son recompensados en el paraíso. Los de Hamás sin embargo obligan a los civiles a actuar como escudos humanos cuando lo que quieren es que Hamás se vaya de la Franja de Gaza, puesto que están ahí por imposición. Israel, al haberle declarado la guerra a Hamás, debe cumplir con el Derecho Internacional Humanitario so pena de cometer crímenes de guerra.

Igualmente, a los que persiguieron, combatieron, exterminaron y confiscaron los bienes de los cátaros (albigenses) en Francia en el siglo XIII, el papa Inocencio III les otorgó indulgencia por considerar herejes (infieles), después de haberlos excomulgado. Antes los cátaros habían sido declarados antema por el papa Lucio III. La misma historia de las indulgencias les contaron los papas a los que fueron a combatir y morir en las distintas cruzadas contra los seguidores del profeta Mahoma, en la tierra que también fue de patriarcas y profetas judíos.

En otros lugares a los herejes les llaman golpistas y traidores, igual para perseguirlos, encarcelarlos, desterrarlos y confiscarlos. Quizás el sueño de la esperanza pronto rime con aquella canción que dice “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ¡ay, Dios!”