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22 de agosto de 2020

En estado de sobriedad


En un lamentable estado de sobriedad

 (Artículo publicado originalmente en la Prensa de Nicaragua el 21/08/2020)

  

¨No había nada que estuviera en pie; solo el agua en reposo, el mar apacible, solo y tranquilo No había nada dotado de existencia” (Popol Vuh). Las aguas entonces bajaron, y una pareja de animalitos apareció sobre la tierra, creció y se multiplicó.

Nicolás y Elena creen que estamos bajo los efectos tóxicos del poder, pero aborrecemos sus rituales: “porque todo lo que es abominación para Yahvé, lo que detesta, lo hacen ellos en honor de sus dioses; llegan incluso a quemar en el fuego a los hijos e hijas [de otros]. (Deuteronomio 12, 31). 

La quema ritual de niños en Canaán sirvió de excusa a las tribus nómadas israelitas para su conquista de territorio, que no duró mucho. Fueron llamados judíos después del regreso de Babilonia a la Judea (Reino de Judá) destruida por los caldeos, liberados por los persas (hoy iraníes), para ser frontera militar con Egipto. En Samaria y Galilea (Reino de Israel) no habían quedado israelitas, los asirios se los habían llevado a Nínive como esclavos y no regresaron. Hoy los judíos son frontera militar de los Estados Unidos con los persas.

Lo de Abram, o Abraham según cédula de identidad posterior, es la épica de un clan de nómadas y dioses anteriores, pero no se le dio el don de ver el futuro, como el derecho de las personas en Nicaragua de no ser calcinados en nombre de una pareja de alucinados. ¿Recuerdan el Carlos Marx? Para esta pareja de intoxicados los hijos de los otros son meros recursos naturales renovables.


El incinerador de niños en Canaán


El padre de Abram, con sus esposas, hijos, esclavos y ganado, había salido de Ur en Sumeria hacia la región de Harán, en el norte, en busca de nuevos pastos; luego Abram emigró con los suyos y un nuevo dios a Canaán, por las mismas razones. Ferdinand e Imelda no pueden emigrar, nadie los quiere, y siguen negando la realidad de la represión y de la pandemia para mantenerse en el poder. Para ellos el tiempo se detuvo después del suicidio de Abel, porque supuestamente jamás existió Caín, el representante de lo nuevo. Caín “suicidó” a Abel cuando ya Abel había dejado de significar la conjunción del poder económico con el poder político.

Quizás algunos del poder económico con otros del poder político y nuevos ricos, quieran reinventar otro Abel que restablezca el viejo orden acomodaticio. Pero el objetivo de los del poder económico –quienes operan en la sombra– no ha dado resultados a largo plazo. Ese objetivo desde el “Acta de los Nublados” de 1821 ha sido mantener el poder económico por medio del poder político, pero la rebelión callejera de 2018 los asustó a todos por igual.

A los del poder económico les corresponde ahora decidirse por el restablecimiento de la cohabitación con los del régimen, o por la ruptura definitiva. Quizás no logren ponerse de acuerdo con los demás en la Coalición Nacional, hasta que un nuevo levantamiento los mande a todos al Hades a continuar con sus discusiones.

En Bielorrusia decenas de miles de ciudadanos están contrastando en la calle al brutal dictador, el de las elecciones fraudulentas. No se está discutiendo en la calle, se está exigiendo que el dictador se vaya.

Pero por aquí anda Bye-Ardo, tratando de convencer a los consejeros del dinero a regresar al corral. “Y nada tiene de extraño que el mismo Satanás se disfrace de ángel de luz. Por tanto no es mucho que sus ministros se disfracen también de ministros de justicia”. (Segunda Epístola de Pablo a los Corintios 11, 14-15).

Dicho sea y no de paso, me encuentro en un lamentable estado de sobriedad. Si no lo estuviese diría que esos enviados solo saben repetir los rebuznos de sus amos. Esa es la fauna que amerita estar en el corral, con Paul el Ojo de Horus. Su tiempo en Berkeley se desvaneció. Ahí se discute verdaderamente sobre la izquierda, en el corral solo se rebuzna.