La
batalla de los comunicados
(Artículo sobre Nicaragua publicado originalmente en
el diario La Prensa el 18/12/2020)
“Si no sabes qué hacer no saques un
comunicado”
Dicen que aquí existe el síndrome de Pedrarias por lo de la proliferación de déspotas. Pedrarias fue un malvado en sus ambiciones de fama y fortuna, y no tuvo escrúpulo alguno para reventar a los indios cuando ejerció la gobernación de Nicaragua a inicios de la colonia. Ya antes había decapitado al fundador de León y Granada por considerarlo un rival, emitiendo un comunicado acusándolo de traición. Así justificó el ajusticiamiento de Hernández de Córdoba, cosa que también hizo en Panamá con Núñez de Balboa (su yerno), el descubridor del Océano Pacífico para ellos.
He ahí el llamado síndrome de Pedrarias. Eliminar a quien se interponga en el camino hacia el poder y las riquezas para sí y la familia, y ser constante en la cruenta supresión de los rebeldes, porque desde entonces se suceden los abriles.
Pero quizás el primer comunicado (escrito) que se conoce sobre la traición, es el siguiente: “Si un oficial o un especialista militar que había recibido la orden de partir para una misión del [déspota] y no fuese, ese oficial o ese especialista militar recibirá la muerte; el denunciante del hecho [el sapo] tomará su hacienda [la recompensa].” ¿Suena familiar?
Ese texto es parte de un código que data del siglo XVIII a.c. y procede de la Babilonia del rey Hammurabi (hoy Irak). Está labrado en caracteres cuneiformes en una estela de basalto que lleva su nombre y que le fue revelado por el dios Marduk, según consta en la introducción. El código es anterior en más de quinientos años a las Tablas reveladas por Yahvé a Moisés en un idioma derivado del egipcio, en el que Moisés fue educado según se dice en el Libro del Éxodo

La estela con el Código de Hammurabi se encuentra en un museo en París. Las Tablas de Moisés no se sabe dónde fueron a parar. Los franceses han sido colonizadores como cualquier potencia imperial en algún momento de su historia, y se apropiaron de la estela como símbolo de una civilización milenios más antigua que la suya.
¿Pero qué puede importar hoy en Nicaragua una
batalla de comunicados? Por allá lejos sigue habiendo musulmanes, judíos, hinduistas,
budistas, minorías cristianas y zoroástricas mientras no sean suprimidas por fanáticos
religiosos, o por los chinos continentales (reducción de los uigures musulmanes).
En occidente tenemos confesiones cristianas de distinto signo que en el pasado se
han descalificado unas a otras a punta de ex comunicados y de fogatas humanas.
Pedrarias de Nicaragua solo
siguió el patrón de los conquistadores provenientes de la España de entonces
(haciendo caso omiso a los comunicados de Bartolomé de las Casas): someter a
los nativos, imponerles su religión, sacarles todo provecho imaginable e
inimaginable, reducir a los rebeldes y emitir comunicados justificando las
matanzas de los infieles golpistas. Algo así como los comunicados diarios de la
esposa del Pedrarias de hoy. (Por ahí viene el asunto).
¿Y los opositores al régimen? Tómese el presente como un comunicado rebelde para que los que han dejado de emitir los propios no vuelvan a hacer el ridículo, aunque después de todo, lo último que se pierde en este desdichado país es el sentido del humor. ¿Y en el 2021?, “depende, todo depende” (Pau Donés, Jarabe de Palo).