Translate

Mostrando las entradas con la etiqueta Nicaragua Diseña. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Nicaragua Diseña. Mostrar todas las entradas

18 de noviembre de 2020

Para no dejar de decir la verdad

 

Para no dejar de decir la verdad

(Artículo publicado previamente en La Prensa de Nicaragua el 12/11/2020)

 

 “Me encanta el Incanto de lo Difuso de Nicaragua Diseña.”

¿Quién detendrá la verborrea diaria de falsedades y de odio de la señora? Esa del discurso esquizofrénico a lo doctor Jekyll y el señor Hyde, con la salvedad que no requiere beber una pócima para transformarse. Ella ya es así. Es el efecto de la droga del poder que no puede dejar hasta que se consuma para regresar a la nada de donde vino. Mientras tanto continuará con sus maldiciones reclamando la sangre de ciudadanos inermes, de sus críticos y opositores, de perros, vacas, gatos, asnos y demás animalitos que no se arrodillan ante ella.



La ley del bozal será de su conveniencia en el 2021, como copropietaria del sistema policial, fiscal, judicial, carcelario, militar, grupos terroristas, medios propagandísticos, diputados y demás enanitos, por ser la copropietaria de su marido –igualmente viejito– por aquello de la hija entregada. Pero el menú de leyes represivas para el 2021 no empieza ni termina con la ley del bozal, como sabemos, y solo sirven para “legitimar” la represión que hacen de hecho. (Para los ignaros, el doctor Jekyll es el bueno y el señor Hyde es el malo, pero muy, muy malo).

En lo personal he sido Jekyll y Hyde en algunas circunstancias bajo la influencia de los espíritus o de los fermentos. Se manifiesta entonces el lado más recóndito de la mente, no el más oscuro, lo que dejo a los exorcistas. La vida puede venir e irse sin haberla comprendido, y a veces se debe ser Hyde para soltarse, como desde los antiguos rituales colectivos, pero no como la viejita por supuesto. Jamás le deseo mal a nadie, y menos cuento con un ejército de oportunistas y descerebrados para reprimir a los contrarios.

Algunas veces he debido pedir disculpas sin estar claro del porqué, pregunto y me lo dicen. Se llama amnesia temporal, aunque la señora de la referencia pretende tener amnesia permanente, y jamás pide disculpas por sus excesos. Pero cuando me he contrastado en la calle con siervos de la pareja, la adrenalina fluye y todo el sistema reacciona contra la subyugación. Eso se recuerda bien.



Cada quien es responsable de los propios errores en la vida, no tengo dudas. Es en extremo aburrido estar responsabilizando a otros –de aquí o de allá – por las propias deficiencias y taras históricas. Eso es lo que hace la pareja de aquí disociada de la realidad. La culpa es siempre del imperialismo, sin comprender que ese lenguaje está más que superado. Pero bueno, viejitos son viejitos y sus seguidores son igualmente negados de intelecto, son meros oportunistas administrados con facilidad.

La esquizofrenia es un estado sicótico por el que se interpreta la realidad de manera anómala. Si Freud o Jung apareciesen nuevamente en el lado recóndito de mi mente, se los enviaría a la pareja para que la guíen fuera del gobierno y del poder. Que se vayan con los suyos a gozar sus dineros, es tiempo de la jubilación.

Me pregunto quién va a ser el sicoanalista, digo el acusador del Estado por las diatribas de odio de la pareja de viejitos contra quien no se les arrodilla. Ninguno por supuesto, igual son sus siervos, y habrá que seguir repitiendo todo esto hasta la saciedad como se hace en la diplomacia internacional, para que el silencio no se mal interprete.

Ya se asoman de nuevo los representantes encubiertos del capital con su propia narrativa para el 2021. No tienen justificación alguna. Veremos si habrá otros que se arrodillarán ante el altar de la esquizofrenia. Seguramente los habrá, como los políticos zancudos, porque son solo negocios.

Ahora voy a seguir escuchando a terceros que están al acecho entre las aguas, esperando su oportunidad para surgir hacia el negocio de las elecciones controladas.


3 de septiembre de 2020

Que pase el siguiente

 

Que pase el siguiente

(Artículo publicado originalmente en La Prensa de Nicaragua el 2/09/2020)


¿Desearían ver a la flaquita de Popeye el Marino en vestido de baño en una pasarela de Nicaragua Diseña? Podrían también pensar en el marido modelando pantaloncitos de marinero, aun si apoyado en un bastón.  

La respuesta a esa pregunta es la de cada quien en un país donde ya no van quedando jóvenes, porque se les mata, encarcela o se les envía al exilio. Me refiero por tanto a los viejitos que aún quedan, porque dejé de ser joven tiempo atrás, y no pretendo jugar al adolescente. La adolescencia solo regresa para hacer el ridículo.

Recuerdo bien en Roma a la esposa de un embajador, muy mayor ella, usando minifalda para enseñar sus piernitas, pintarrajeada la cara y llena de cachivaches para cubrir los pellejitos. Pensé que era una de esas que aunque ya viejita pretendía no aparentarlo. No era así, le valía, así quería vestirse porque le daba la gana. Era la esposa del embajador, y a él no le importaba.

Si uno hablada con ella se daba cuenta de inmediato que era una loquita. Me gustan los colores, pero no en una que hace el ridículo mostrándolos. Daba lástima. Nadie se atrevía a decírselo, habría sido descortés, pero entendió, porque no se le acercaban más que unos pocos. Decía que no le hacía daño a nadie, y era cierto, con la salvedad de una imagen grabada en la mente que provocaba pesadillas.

La loquita de aquí sin embargo procura daño y no le importa ni a ella ni a su marido, el de los pantaloncitos de marinero. Es una pareja de decrépitos. El enemigo dicen, está en el exterior, cuando está en sus mentes enfermas. Putin corre, caza, conduce tanques de guerra, se baña en aguas gélidas, muestra el torso y anda en bicicleta. Nadie dice cuántas mujeres tiene, cosa rara, porque en nuestra subcultura mientras más mujeres se tienen más hombre se es (pido disculpas a las mujeres conscientes). 

Popeye sin embargo no puede terminar coherentemente una frase, a no ser que hable de William Walker, el estudiado, culto y osado esclavista fosatero que llegó a ser presidente de Nicaragua. Seguramente Popeye lo admira y lo envidia en secreto, por lo de educado y culto digo, y porque hablaba inglés

Walker fue derrotado por la intervención de los ingleses y los dineros de Cornelius Vanderbilt, el de la Compañía del Tránsito, un yanqui de Nueva York. Los provincianos solo pusieron los muertos gracias a la perenne estupidez de los políticos de aquí. Todo esto lo puede explicar Popeye el historiador, si se atreve.



William Walker


Creo que hay mujeres a quienes les gusta que los hombres tengan a otras, incluyéndolas, pero no sus maridos. Algo así como un machismo a la inversa. Sería interesante averiguar cuántas mujeres (u hombres) tienen los del régimen. De las mujeres no me ocupo, sería descortés, pero igual les tienen expediente abierto para mantenerlas sumisas, y no por comprar campanas de bronce.

Los griegos antiguos se enorgullecían de su pedofilia, y sus mujeres lo toleraban porque así eran educadas. Las esposas servían para producir herederos legítimos, como en cualquier otra cultura de por ahí, hasta que se desarrolló en alguna parte, incluyéndonos, legislación por la que todos los hijos, dentro o fuera del matrimonio, son iguales.

Procreación responsable le llaman. De la flaquita de Popeye ¿cuál de los hijos será el ungido cuando el marido senil ya no pueda ver, como el Isaac bíblico?  Los hijos son iguales dice la ley, pero seguramente habrá uno más igual que los otros por voluntad de su mami.

En la leyenda bíblica la mujer de Isaac le jugó una mala pasada al marido senil, para que la progenitura le quedara a su hijo preferido. Maduro por otra parte, el hermano mayor, fue considerado inepto para ser heredero, y así quedó. Que pase por tanto el siguiente, quizás lo logre, porque los dioses son caprichosos, y los de la oposición también.