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30 de noviembre de 2023

Difícil es no escribir sátiras

 

Difícil es no escribir sátiras

(Publicado originalmente en el diario digital La Prensa de Nicaragua)

 

“Puede ser que el caos se apodere de mí, y que los extremos vuelvan a hacerse sentir, pues no soy inmune a ese impulso vital, y no estoy seguro si lo pueda evitar. Duerme agente del mal, duerme, duerme insignificante animal.” 

Ese texto lo escribí hace veinte años, cuando se hacía sentir la militancia incipiente en el proto “partido de los bebedores de cerveza” (ahora disuelto), que me llevó diez años después a la separación y al divorcio, por imprudente y otros motivos, según me dijo quien se fue. Pero la cita que sigue es más tenebrosa, porque es actual, y por tanto aplicable a los que no sueltan el poder, donde quiera que estén, por estar poseídos:

"Nuestros camaradas y los miembros de las organizaciones amigas deben continuamente avergonzar, desacreditar y degradar a nuestros críticos. Cuando los obstruccionistas se vuelvan demasiado irritantes hay que etiquetarlos como fascistas o nazis. Esta asociación de ideas, después de las suficientes repeticiones, acabará siendo una realidad en la conciencia de la gente”. (Directiva del Partido Comunista de la Unión Soviética de 1943).

Huelgan las explicaciones. Sabemos a quienes se refiere la directiva anterior, en el exterior claro está, dónde si no. Es una directiva inspirada en Josep Goebbels, el ministro nazi de propaganda del Tercer Reich entre 1933 y 1945 (muerto suicida). Goebbels hacía algo similar, pero contra los judíos, comunistas, gitanos, negros, homosexuales, golpistas y demás. Curioso, tanto los nazis como los comunistas soviéticos se tocaron en los extremos para exterminar a los contrarios y a los indeseables, según ellos.

El antisemitismo neonazi aún se manifiesta en Europa, los Estados Unidos, Rusia y no sé dónde más, por considerarse a los judíos –de la diáspora– enemigos de la sociedad y el Estado. Pero el antisemita que se contrapone a los judíos es por ignorancia. Si el odio a los judíos se traduce en antisemitismo, ¿cómo le llama el antisemita a los árabes?

Los semitas de hoy son tanto los judíos como los árabes, así como lo fueron los asirios, babilonios, fenicios, arameos, sirios y cananeos por hablar la lengua semita. Según la tradición judaica y árabe, los judíos y los árabes son descendientes de Sem, hijo de Noé, el del arca y el diluvio universal. En pocas palabras los judíos y los árabes están emparentados por venir de la misma familia postdiluviana. Su pleito es por la herencia de la tierra y por el poder, porque además son descendientes directos de Abraham, es decir de un mismo padre, pero con distintas madres. Agar tuvo primero a Ismael (árabes) y Sara después a Isaac (judíos).

En el caso de las simpatías oficiales que los gobiernos expresan solo por los judíos, es decir Israel, son muestras de antisemitismo, porque no se percatan que son antisemitas árabes; y si favorecen la causa árabe Palestina sin condenar al grupo terrorista Hamás, son antisemitas judíos. Hamás lo que pretendió fue provocar una guerra regional contra el Estado de Israel, sabiendo que Israel tomarían severas represalias por el brutal ataque y provocación a los judíos el 7 de octubre pasado. Hamás, junto con Irán, pretende la disrupción de las relaciones diplomáticas de los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin con Israel, las negociaciones entre Arabia Saudita e Israel para el reconocimiento recíproco de los Estados, y los acuerdos de paz de Egipto y Jordania con Israel.

Le salió muy mal a Hamás su estupidez y su barbarie. Los países árabes de la región se reunieron y no quieren saber nada de una guerra contra Israel, solo Irán, que no es país árabe, y no fue invitado a la reunión referida. Más bien los países árabes abogan por la vida de los árabes Palestinos –que Hamás no respeta en la Franja de Gaza–, al pedirle a Israel el cese al fuego, sabiendo que Israel solo permitirá la asistencia humanitaria y el refugio de los gazatíes en Egipto, pero que no parará hasta acabar con Hamás. Los gazatíes culpan al grupo terrorista de las muertes de los suyos, la destrucción de sus viviendas, su ciudad y sus medios de vida. Ellos también quieren que Hamás desaparezca.    




Mientras tanto, en otro reino lejano, una reina muy mayor y de aspecto grotesco, creyéndose hermosa, le preguntó al espejo en aquel famoso cuento para niños, dime espejito ¿quién es la mujer más bella del reino? Y el espejo respondió que no era ella, y no solo por arrogante, celosa, cruel y vengativa, sino que por malvada. La reina no toleró la respuesta y pretendió obligar al espejo a que respondiera según sus caprichos, y el espejo con toda honestidad y valentía respondió que la más bella era Sheynnis, y no solo en el reino, sino que en el mundo entero. 

La reina, furiosa, quebró el espejo y le ordenó a sus huestes que no volviesen a mencionar el nombre Sheynnis si no era para denigrarlo, que se borrara todo recuerdo de ella, y la envió al destierro. Tal esfuerzo, como comprenderá el niño lector del cuento de la referencia, fue inútil. Sheynnis no era solo joven y bella, sino que digna, auténtica, educada, honesta, humana, humilde de corazón, de gran prestancia, superada y graduada de la universidad de mayor prestigio en el reino, antes que la reina ordenara su confiscación y cierre por venganza. Sheynnis brillaba con luz propia en ese oscuro y lejano reino, y era el orgullo de los que no se dejaban avasallar.



Difficile est saturam non scribere.” (Juvenal, siglo II d.C.).
La traducción está en el título del presente escrito. En el programa Duolingo de aprendizaje de idiomas se encuentra el latín. Tomen el curso que algo se aprende.