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26 de julio de 2021

José Santos Zelaya


José Santos Zelaya

(Publicado en el diario La Prensa de Nicaragua el 22/07/2021)

 

Hay quienes escriben regularmente en las páginas de opinión en este diario. Hay otros que lo hacen de manera esporádica, a veces para contrarrestar un artículo anterior sobre algún personaje de nuestra historia. Me refiero en este caso a José Santos Zelaya, progenitor del que fue mi padrino.




Uno de los que escribe regularmente ya salió del país y ahora lo hace desde fuera. No desea estar en prisión, pero tampoco su hermana –ambos críticos del régimen–, quien ya se había ido antes. Los que quedan van siendo menos y Daniel y Rosario lo saben; y por ser vengativa esa señora, envió a sus hordas a intimidar a la familia del que se fue recientemente. Mala señora, muy mala, pero no se ha atrevido a morder la mano de Gioconda, quien la asistió en San José mientras otros hacían la guerra en Nicaragua. Otra cosa ha sido con los Chamorro de La Prensa, a quienes al parecer odia a pesar que en su momento la acogieron con afecto.

Saulo de Tarso, perseguidor de los primeros cristianos, escribió que tuvo un llamado inalámbrico sin poseer un dispositivo receptor, cuando en aquellos tiempos se creía en semejante cosa. Pero el llamado no fue solo una voz imaginaria, fue un cambio radical en su código genético. Pasó de ser una persona a otra radicalmente distinta y contraria a la anterior.

Un milagro dicen algunos aunque yo prefiero pensar que son personas emocionalmente inestables, o igual que la deben, al menos moralmente, pretendiendo la expiación de sus culpas, aunque no sea posible porque no hay un más allá fuera de la imaginación (y está bien). La imaginación les sirve a muchos para resignarse a las cuitas terrenales mientras los del dinero y del poder siguen haciendo de las suyas. ¿Pero yo qué puedo saber de estas cosas?, solo soy un pequeño burgués como los mestizos “revolucionarios” del régimen. Los de arriba solo observan y maniobran en la oscuridad como siempre.

Los del régimen de aquí insisten en que nuestros males son culpa del imperialismo yanqui sin admitir el levantamiento social espontáneo del 2018, ni la pandemia china, ni otra causa real. Esto es motivo de hilaridad y de llanto cruel al mismo tiempo. Hoy en Cuba y Venezuela es igual.

El sabio de los años 80 a quien me he referido en otras ocasiones, me expresó que el cura canciller de entonces tenía una tirria homosexual contra los Estados Unidos (EE.UU.) asistido por el secretario general y el asesor jurídico. El primero ya falleció, el segundo se desligó de Daniel, y el tercero desapareció del panorama.

¿Y el hermano de Gioconda?, pues no es Saulo de Tarso ni Agustín de Hipona, pero pienso que entendió tiempo atrás, como José Santos Zelaya, que no le puedes pedir a una élite social y política atrasada y anclada en el pasado, que acepte un cambio hacia el futuro sin el uso de la fuerza. Zelaya fue duro contra el conservadurismo heredado de la Colonia Española y la Iglesia Católica, como lo fue Benito Juárez en México (1858), Gerardo Barrios en El Salvador (1859), Justo Rufino Barrios en Guatemala (1873) y el mismo Zelaya en Nicaragua (1893). Nicaragua como siempre llegando tarde a todo.

En el México post independencia, la reforma liberal comenzó después de la guerra contra los conservadores del pasado colonial. Uno de los líderes liberales, Benito Juárez, un indio Zapoteca, no un mestizo, fue el Zelaya de por allá, con la salvedad que Zelaya se educó en Francia, y no estoy cierto que fuese europeo o mestizo, como lo son Daniel y Rosario.

En México, Juárez, el autóctono educado en la ahora Universidad de Oaxaca, nos enseñó otra lección defendiendo a su país frente a los embates de los franceses, quienes querían apropiarse del territorio cuando los EE.UU. estaban distraidos con su guerra civil. Allá ganó el norte yanqui, no los esclavistas del sur en la segunda mitad el siglo XIX; y en México ganaron los mexicanos contra los franceses, que fueron apoyados por los conservadores monárquicos, y fusilaron al emperador enviado por Napoleón III. El nacionalista Juárez es también un héroe nacional contra el oscurantismo conservador, y a nadie en México se le ocurre criticar los monumentos dedicados a su memoria. Zelaya se opuso a los ingleses y al expansionismo de los EE.UU. en Nicaragua.

Si queremos derribar estatuas como en alguno que otro país, comencemos con las estatuas en las iglesias, porque eso es paganismo.