Totalmente ido
(Publicado originalmente en el diario digital de Nicaragua La Prensa)
Sí, así es, estoy totalmente ido. No creo en nada ni en nadie (del régimen). Y dicen los que pretenden saber, que el mundo es solo una ilusión de los sentidos. Si un prusiano escribió tiempo atrás, siguiendo a ciertos pensadores de la antigüedad, que no se puede conocer el objeto en sí sino que la percepción del mismo (el fenómeno), otros modernos dicen que tampoco existen los hechos, sino que la interpretación de los mismos. En pocas palabras no existe nada fuera de nuestra mente. ¿Recuerda usted estimado lector cuando hace algunas décadas los jóvenes decían que todo estaba en la mente? Esa era su realidad, un solemne disparate. Era la época de las sustancias (no letales como lo es el fentanilo) que alteraban la percepción de los sentidos y el estado de la conciencia. Por ahí anduve, pero no con eso de que todo estaba en la mente. Absurdo.
Recuerdo además cuando mi entonces esposa me expresó que era difícil madurar, le pregunté que cuándo, a los 40 me dijo, y ya tenía 60 (cómo extraño bailar con ella). Para los vagos de mente (no dementes) y rebeldes ante la estupidez, no se madura con la edad sino que con la reflexión sobre los conocimientos que se van adquiriendo, y sobre las experiencias que se viven. Ya está dicho que no creo ni en la dialéctica hegeliana ni en la marxista. Esas dialécticas son una falacia. No se progresa de una síntesis a otra (la superación), o dicho o lo Hegel, de una negación de la negación a otra afirmación, y así hasta el espíritu absoluto (la razón o el logos) que comprende el todo, objetivado en el Estado prusiano según él. Marx no se atrevió a tanto. Eso lo trató de hacer Engels, pero contrario al idealismo de Hegel se fue por el materialismo dialéctico, y no llegó a conclusión definitiva alguna. No es ley natural, la evolución de las especies sí lo es, por mutaciones propias del ADN por aquello de la sobrevivencia y la reproducción.
Marx se fue por el materialismo histórico, interpretando como dialécticos los modos de producción y las relaciones sociales que se derivan de ellos. Fue una interpretación economicista por supuesto (el determinismo económico). Marx fue eso, un economicista, por lo que la sociedad capitalista se dirigía inevitablemente al socialismo, y en última instancia a la sociedad comunista –por vía de la dictadura del proletariado–, o sea a la sociedad mundial utópica, sin clases sociales y sin Estado. Marx ha sido otro falso profeta. El capitalismo es una mierda pero peor es el socialismo, ¿no es así? ¿Viva Cuba, la isla cada vez más empobrecida y esclavizada, administrada por una cúpula de corruptos? Vaya socialismo.
Y pasó Marx de los modos de producción económica a las relaciones sociales. A las políticas, culturales y jurídicas derivadas de los modos de producción, es decir, a la de una rígida super estructura de dominación sobre el proletariado de entonces, que tendría que adquirir su propia conciencia de clase para en su momento asaltar el poder, y redimir a la humanidad. Curioso, los revolucionarios conocidos en la historia del socialismo han sido pequeño burgueses, como en toda Europa, Asia, África, América Latina, Nicaragua, y peor en Cuba, que sigue hundiéndose en el estiércol y yéndose por la cloaca. No aceptar este hecho es estupidez. Pero el régimen en Cuba no va a soltar la isla, ni a Venezuela o Nicaragua, y pretende ahora reapropiarse de Bolivia por medio de Evo, el de las jovencitas menores de edad, desestabilizando el país con dineros venezolanos, porque Cuba no los tiene.
Gramsci se contrastó con el pensamiento de Marx, o quizás solo lo complementó, teorizando sobre la hegemonía cultural (ideológica) de los grupos dominantes y su relación con el poder, como un todo, descartando la violencia para llegar al poder. Es decir, superó el determinismo economicista de Marx para pasar al contraste cultural, la actualmente llamada guerra cultural.
El marxismo tradicional, o lo que queda de él, se ha trasmutado a la ideología woke, es decir, a la ideología progre (busquen), con la que se fusionó. Al inicio lo woke fue legítimo hasta que fue convertido en la ideología de la cancelación, lo del yo sí tú no, y se convirtió en violencia. De nuevo, ¿alguien entiende? Que si soy de derecha, lo que eso significa hoy, no, pero tampoco estúpido. Los del Foro Económico Mundial (Grupo de Davos), y más aún los del semi clandestino Grupo de Bilderberg (sigan buscando), son quienes pretenden administrar el capitalismo global. Con sus medios de comunicación, sus infiltrados y sus mercenarios, todo incluido, inventan y diseminan la posverdad, es decir los falsos relatos que favorecen sus intereses. ¿Ver para creer? Lo estamos viendo en las guerras pretéritas y actuales del Estado Profundo por mantener, recuperar o para instituir su hegemonía. ¿No lo cree usted lector? Del otro lado es lo mismo. ¿Quién se defiende de quién, si así ha sido desde los tiempos de Adán y Eva, que según entiendo no fueron ni rusos ni chinos?
Nosotros somos las víctimas, los comunes mortales. ¿La superestructura marxista a destruir, o la guerra cultural de largo plazo a lo Gramsci? ¿O qué viene? ¿Más guerras de posición y de colocación GPS de los estúpidos? Al parecer no se sale de esta dicotomía, la del yo sí tú no, y sigue la competencia por influencias geopolíticas (territoriales), recursos naturales y mercados, hasta que ya no haya mercado, estaremos todos muertos. La imaginación y la voluntad para superar la estupidez, ¿dónde está?
Que si Putin cayó en una trampa al invadir Ucrania, porque los Estados Unidos pretenden debilitar a Rusia para después seguir con la China comunista, es un cuento de nunca acabar. China se contrasta por supuesto, y no se involucra (directamente) en esos pleitos, tendría mucho que perder porque también está y apunta al capitalismo global. China es expansionista en el Mar Oriental y en el Mar Meridional de China, hostigando a todo aquel que se oponga a sus pretensiones; y por aquellos lados también se ha desatado una carrera armamentista no vista antes. Le temen a China, y no por comunista, sino que por su capitalismo de Estado expansionista, la del PCCh, y por aquello de los recursos naturales y las rutas comerciales terrestres y marítimas globales. (La nueva ruta de la seda).
A ver estimado lector, así llego al último cuento del año 2024. Les deseo un mejor 2025. Escribo desde la Nicaragua bendita y siempre libre. Bendita por quién, ni idea, y libre, qué gracioso. Reflexionen.
P.S.: Recordando a mi padre Alejandro Carrión Montoya el 22 de diciembre, día de su nacimiento hace 100 años. Se lo llevó un cáncer a los 69. Un gigantesco desperdicio. Love you always and thank you.