Los Mercenarios y la Muerte Quirina
(Artículo sobre Nicaragua publicado el 8/10/2019 en el diario La Prensa)
Los Mercenarios y la Muerte Quirina
Muerte Quirina, mujer que se desprende de
su cuerpo liberando el esqueleto que rechina al caminar; conduce una carreta recogiendo
muertos en las calles, la Carreta Nagua (leyenda popular de Nicaragua).
En septiembre pasado, en el seno del 42° Consejo
de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (el Consejo), sentado al lado de
Michelle Bachelet, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, el enviado del régimen expresó de nuevo
las mismas falsedades sobre el golpe de estado fallido y la salvaguarda de los
derechos humanos en Nicaragua. Es decir las mentiras que pregonan a diario la
pareja y sus mercenarios dentro y fuera del país, y atacó el informe de la Alta Comisionada basándose en un dato contenido en el mismo. Michelle, sin
inmutarse, respondió que el dato contrastado había sido remitido por su
gobierno. El enviado calló ante su propia torpeza, seguramente maldiciendo mentalmente
a quien le redactó el texto. Bastaría conocer la trayectoria de Michelle Bachelet para entender quién es ella en comparación con la de la leyenda, la recoge
cadáveres de mercenarios ya inútiles.
De los 47 Estados Miembros del Consejo solo Cuba, y los observadores Corea del Norte, Irán, Siria, Venezuela (la de Maduro), Bolivia, Rusia y
Bielorrusia, pronunciaron el discurso trillado de no injerencia en los asuntos de
Nicaragua. No dijeron que el informe de la Alta Comisionada era sesgado y por tanto parcial.
No, lo que dijeron entre líneas, pero alta y claramente, es que no interesan los
derechos humanos ni los crímenes de lesa humanidad en Nicaragua mientras se
mantenga la pareja de aliados en el poder, o uno de ellos, con la evidente preferencia
por el que tiene el espeque, sin saberse cuál es.
En los organismos regionales e
internacionales la pareja no cuenta para nada, son solo una molestia. El enanito –uno de
esos del País de las Maravillas– enviado a la Asamblea de las Naciones Unidas después
de la reunión del Consejo antes referido, habló ante una sala vacía. La Muerte Quirina
seguirá recogiendo en su carreta a mercenarios caídos para enterrarlos sin
ritual alguno. Los que aún se consideran vivos lo hacen con el terror de perder
sus favores. Basta verles las caras en las ceremonias donde deben hacer bulto. La
que resplandece es la Muerte Quirina al verlos pasar inclinándose ante ella.
Los valientes son los que desafían al
régimen, los que lo desgastan hasta su derrumbe para construir, sobre sus escombros
cuando llegue la hora, una Nicaragua sin dictadores y sin mercenarios, una
Nicaragua en la que prive esa aspiración colectiva, la del Estado de Derecho
con justicia social, y su dialéctica democrática.
El silencio no es una opción, y la manera
de luchar en un país sin libertades es ser absolutamente libres para que la existencia
misma sea un acto de rebelión (Albert Camus).