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7 de octubre de 2019

Los Mercenarios y la Muerte Quirina



Los Mercenarios y la Muerte Quirina

(Artículo sobre Nicaragua  publicado el 8/10/2019 en el diario La Prensa)

Muerte Quirina, mujer que se desprende de su cuerpo liberando el esqueleto que rechina al caminar; conduce una carreta recogiendo muertos en las calles, la Carreta Nagua (leyenda popular de Nicaragua).





En septiembre pasado, en el seno del 42° Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (el Consejo), sentado al lado de Michelle Bachelet, la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, el enviado del régimen expresó de nuevo las mismas falsedades sobre el golpe de estado fallido y la salvaguarda de los derechos humanos en Nicaragua. Es decir las mentiras que pregonan a diario la pareja y sus mercenarios dentro y fuera del país, y atacó el informe de la Alta Comisionada  basándose en un dato contenido en el mismo. Michelle, sin inmutarse, respondió que el dato contrastado había sido remitido por su gobierno. El enviado calló ante su propia torpeza, seguramente maldiciendo mentalmente a quien le redactó el texto. Bastaría conocer la trayectoria de Michelle Bachelet para entender quién es ella en comparación con la de la leyenda, la recoge cadáveres de mercenarios ya inútiles.

De los 47 Estados Miembros del Consejo solo Cuba, y los observadores Corea del Norte,  Irán, Siria, Venezuela (la de Maduro), Bolivia, Rusia y Bielorrusia, pronunciaron el discurso trillado de no injerencia en los asuntos de Nicaragua. No dijeron que el informe de la Alta Comisionada era sesgado y por tanto parcial. No, lo que dijeron entre líneas, pero alta y claramente, es que no interesan los derechos humanos ni los crímenes de lesa humanidad en Nicaragua mientras se mantenga la pareja de aliados en el poder, o uno de ellos, con la evidente preferencia por el que tiene el espeque, sin saberse cuál es.

En los organismos regionales e internacionales la pareja no cuenta para nada, son solo una molestia. El enanito –uno de esos del País de las Maravillas– enviado a la Asamblea de las Naciones Unidas después de la reunión del Consejo antes referido, habló ante una sala vacía. La Muerte Quirina seguirá recogiendo en su carreta a mercenarios caídos para enterrarlos sin ritual alguno. Los que aún se consideran vivos lo hacen con el terror de perder sus favores. Basta verles las caras en las ceremonias donde deben hacer bulto. La que resplandece es la Muerte Quirina al verlos pasar inclinándose ante ella.



Los valientes son los que desafían al régimen, los que lo desgastan hasta su derrumbe para construir, sobre sus escombros cuando llegue la hora, una Nicaragua sin dictadores y sin mercenarios, una Nicaragua en la que prive esa aspiración colectiva, la del Estado de Derecho con justicia social, y su dialéctica democrática.

El silencio no es una opción, y la manera de luchar en un país sin libertades es ser absolutamente libres para que la existencia misma sea un acto de rebelión (Albert Camus).

30 de julio de 2018

¿Es Cómplice el Ejército?



¿Es Cómplice el Ejército de Nicaragua en la Violación 

de los Derechos Humanos?



(Artículo de opinión enviado a un diario nacional como seguimiento al de la entrada anterior)


Al final de mi artículo publicado el 26 de julio sobre la violenta represión del régimen contra la población, formulé la pregunta si el Ejército es cómplice de la violación de los Derechos Humanos (DD.HH.) en el país. La pegunta no es retórica, no tenía la respuesta.

Daniel (el Presidente de la República) no ha cumplido y se rehúsa a cumplir con su obligación de respetar y hacer respetar la Constitución y los convenios internacionales sobre DD.HH. Esa obligación va dirigida también a sus subalternos, entre ellos la Policía y el Ejército.

Las reformas constitucionales y a las leyes de esas dos instituciones armadas para que Daniel detente el poder absoluto, han sido hechas con la complicidad de los magistrados constitucionales de la Corte Suprema de Justicia y de los diputados en la Asamblea Nacional, sus subalternos de hecho.

Entre esos subalternos cómplices están también la Procuraduría de los Derechos Humanos y el Ministerio Público.  Las turbas, las fuerzas de choque motorizadas y los parapoliciales, invariablemente protegidos por la Policía Nacional, son igualmente subordinados de hecho de Daniel.

Aquí el Ejército no entra. Ha sido por medio de un miembro del clan familiar que Daniel ha dado la orden a la Policía y sus parapoliciales de reprimir, intimidar, perseguir, detener, secuestrar,  denigrar y eliminar a quien se le oponga. La Fiscalía General y el Poder Judicial son cooperadores necesarios de estos crímenes.

Si Daniel ha pretendido sugerir al Ejército que eventualmente debe reprimir al pueblo para mantenerse en el poder, no lo sabemos, es secreto de Estado. Pero el Ejército ha expresado públicamente que no lo hará. ¿Por qué? ¿Para dar seguridades a la población y a los Estados Unidos que no apoyará a la Policía en sus desmanes y evitar sanciones?




En el Ejército conocen bien las consecuencias del desplome de la economía en los sueldos de sus filas y en sus inversiones nacionales y en el exterior para pagar las pensiones de retiro. Y es también secreto de Estado lo que expresa el Ejército en el Sistema Nacional de Seguridad Soberana, del que es la Secretaría Ejecutiva por medio de la Dirección General para la Defensa. Daniel es el coordinador del sistema y la Policía es también miembro, entre otras instituciones subalternas. En síntesis, en el Ejército lo saben todo y saben que los crímenes de lesa humanidad cometidos por la Policía y por los parapoliciales no prescriben, y que son perseguibles aún fuera de Nicaragua. Esos son los crímenes que ha provocado el éxodo de los jóvenes para salvar la vida.

El Ejército no ha participado en los crímenes de lesa humanidad, y es la única institución del Estado que puede influir en Daniel para que pare la represión y acceda a adelantar las elecciones. ¿Es cómplice el Ejército de la violación de los DD.HH. en Nicaragua? Moralmente.

Nota: este artículo fue publicado en el diario La Prensa el 2 de agosto de 2018.