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3 de abril de 2024

Es un mundo difícil para tomar un descanso

 

Es un mundo difícil para tomar un descanso

(Publicado originalmente en el diario digital de Nicaragua La Prensa)

 

“Es un mundo difícil para tomar un descanso. Las cosas buenas ya se han ido, pero hay maneras para hacer que se pague por ello. Aunque estoy vestido así hoy, usaré algún día la espada”. (De una canción de The Animals, de mediados de los años 60 pasados). 

Como dicho en otras ocasiones, he dejado temas sugeridos para abordarlos con posterioridad. No es fácil referirse a todos ellos, aunque iré haciendo un intento gradual para después seguir el camino trazado. No se tratará de largos artículos que aburren al escribirlos y más al leerlos. A mis edades me aburre leer largos ensayos en revistas digitales como en Foreign Affairs, Foreign Policy o Project Syndicate por más interesantes que sean. Y menciono estas publicaciones en inglés, no por esnobismo, sino que para que se entienda que deseo mantener el conocimiento de los idiomas que administro. Los otros son el italiano y el francés, además del español por supuesto. 

Un tonto dijo una vez en público que no quería aprender el inglés porque es el idioma del imperialismo. Pero tampoco habla ruso, chino mandarín y menos persa. En pocas palabras, es un ignorante superlativo. El aprendizaje de un segundo, tercer o cuarto idioma es incursionar en otras culturas. ¡Y lo que cuesta aprender un idioma distinto cuando ya no se es niño! Sé que hay quienes entienden lo que digo. 

Iré abordando los temas pendientes en párrafos que tengan sentido para quien los lee. El objetivo geopolítico de Putin, el ruso, es el de reconquistar territorios imperiales rusos y soviéticos, por aquello de las grandes planicies fronterizas con Europa y el Asia Central. Rusia no tiene barreras naturales de defensa, con la salvedad de los montes Urales al este de Moscú, las montañas del Cáucaso al sur, y Siberia. Para Putin el expansionismo es una necesidad sin poderla justificar, porque ya no existen las grandes invasiones por hordas de mongoles a caballo, o la de Napoleón con caballería, infantería y artillería, o la de Hitler con sus tanques. Hoy a los tanques se les neutraliza donde se encuentren con misiles lanzados desde la distancia. La guerra ya no es como solía ser. 

Quizás Putin esté aún bajo la influencia de la paranoia por la conquista de los rusos por los mongoles de las estepas del centro de Asia siglos atrás, o por los intentos de Napoleón o Hitler, pero todo esto es historia antigua. Lo que Putin quiere es seguir engañando a los rusos sobre una gran nación multiétnica con él a la cabeza, que la defiende del peligro hipotético de enemigos externos. Putin es solo otro déspota megalómano. Los zares fueron expansionistas y Stalin también. 

Otro megalómano, Fidel Castro, jamás dijo que los Estados Unidos impusieron el embargo comercial a Cuba (menos en alimentos y medicamentos) porque él, y sus ahora sucesores, no reconocieron compensación alguna –según el derecho internacional–, por las nacionalizaciones de los activos de los estadounidenses, quienes quiera que hayan sido. Y no solo, también fueron expropiados sin compensación los mismos cubanos quienes tuvieron que huir a la Florida, para tratar de regresar a reclamar lo suyo en 1961 (Bahía de Cochinos). De Bahía de Cochinos se aferró Fidel para decir que era marxista leninista, terminar de abolir la propiedad privada y echarse en los brazos de la URSS, ese perverso socialismo que fue. Hoy Cuba está en evidente decadencia, pero no para la cúpula en el poder que no va a admitir la estupidez del régimen que aún imponen en la isla, perecerían. Lo mío es un buen deseo. Quisiera que los cubanos estuviesen contentos como cuando los conocí en 1980. Se lo merecen después de tantas penurias y mentiras desde el colapso de la URSS, y posteriormente de Venezuela. 

El materialismo dialéctico de Marx fue una corriente filosófica que se derivó de Demócrito (el griego atomista) y de la vanidad de Hegel (idealista alemán), quien creyó que había descubierto la epistemología total. Marx rechazó  el idealismo de Hegel y se acercó al materialismo de Feurbach, el del grupo de los jóvenes  hegelianos; e incursionó igualmente en el materialismo histórico (mea culpa, lo creí por un tiempo), pero falló rotundamente en sus predicciones. No ha resultado hasta la fecha sociedad alguna que haya evolucionado desde el esclavismo al feudalismo, al capitalismo, al socialismo y en última instancia al comunismo como sociedad ideal, la utopía. Esa es la dialéctica histórica que propuso Marx desde mediados del siglo XIX. Evidentemente Marx no era un visionario. Se estancó en lo que conoció sin tener la imaginación suficiente para interpretar el futuro, como sí la tuvo Julio Verne, su contemporáneo novelista francés. 

Y hay algunos tontos por ahí que aún esperan que se cumpla la profecía de Lenin, la del marxismo leninismo. Es decir forzar la historia, a Marx y a la naturaleza humana, imponiendo el socialismo, produciendo en consecuencia pobreza material, esclavitud y pobreza moral. Cuba es el ejemplo actual. De Venezuela no me ocupo, allá la cúpula de corruptos es aún más ignorante que los filósofos de la utopía de Marx. Solo desean el poder y las riquezas que puedan sacar del país. Nada más que eso, por eso inhiben y encarcelan a opositores y a candidatos a la presidencia, siguiendo el ejemplo de otro déspota regional. Son cobardes con la marioneta de Maduro a la cabeza. ¿Qué más quieren, impunidad? Negocien irse al paraíso cubano con sus dineros, o al ruso, o al chino, o al persa, ¿o adónde? Pueden ir a la España socialista (democrática) a ser inversionistas y optar por la residencia o la ciudadanía. Por allá les gusta el dinero que una vez tuvo PDVSA, que podrían llevar en sus baúles para evitar las transferencias bancarias que no podrían hacer. ¿O a Miami o a Managua? 

Sobre el derecho que estudié hace décadas, y que sigo entendiendo, desde el primer año en la facultad nos fue dicho sobre la separación de la religión, la moral y el derecho como un proceso histórico, social y antropológico. El derecho natural, nos dijeron, es (o fue) una corriente del pensamiento jurídico basado en la naturaleza intrínseca del ser humano. Esta corriente de pensamiento, basado en la razón, comenzó a desarrollarse, aunque sin sistematicidad, desde pensadores griegos y romanos provenientes de sociedades esclavistas. Carlos Marx teorizó sobre la superestructura ideológica de las clases dominantes en cada uno de los períodos históricos que identificó. Esa comprensión hoy es obsoleta porque no llegó a ver su evolución. No ha habido ni hay tal estructuralismo según las hipótesis de Marx y sus seguidores. Y así como Marx no fue marxista, Sandino no fue sandinista. 

Hoy hablar del derecho natural tiene sentido. Tiene como base principios de convivencia social que fueron adoptados en la antigüedad, adoptados a su vez por los hebreos miles de años después. Me refiero a la ley mosaica, que no es más que la de los mandamientos escritos en las tablas del Antiguo Testamento, que venían de una tradición oral hasta ser escritos, y no fueron los hebreos los primeros en hacerlo. 

Con la salvedad de los primeros tres mandamientos de Moisés, de derecho religioso, que conllevó la comisión de atrocidades, los demás son de derecho natural. Si usted apreciado lector no los recuerda, se refieren a la vida en una sociedad nómada y arcaica: honrar a los progenitores, no mentir, no matar, no robar, no dar testimonio falso, no codiciar los bienes de otros, ni codiciar a la mujer de otro, mucho menos cometer adulterio. Estos mandamientos fueron diseñados para preservar la paz social, dirigida por hombres tribales en un desierto con un Dios tribal. 

El derecho positivo, el elaborado por instituciones legislativas, es una derivación inicial del derecho natural y del desarrollo y la complejidad de las sociedades sedentarias. El derecho natural se basa (universalmente) en el respeto a los otros, no por el respeto a ciertas deidades existentes para unos e inexistentes para otros. Tanto valieron los mandamientos mencionados de la ley mosaica como son válidos hoy. A eso se le llama el derecho natural, la de una sana convivencia bajo leyes comunitarias que respetan al ser humano, la vida, la libertad y la propiedad. Jesús dicen que que dijo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón" (Mateo 5, 27-28). Que se cuide por tanto el adúltero material dizque convertido, porque será revelado, y esa será la reivindicación. Odio me dijeron tiempo atrás que se siente. No, solo deprecio, que es peor. En la Semana Santa recién pasada, aún si no creyente, hubo por decreto una afrenta adicional a las creencias religiosas, que algún despistado ha pretendido expropiar sin compensación.


 

19 de mayo de 2021

Capitalismo, comunismo y el arte de engañar


 Capitalismo, comunismo y el arte de engañar

(Artículo sobre Nicaragua publicado en el diario La Prensa el 18/05/2021)


"De aquel amor nada nos libra / Nada más queda / Y no te enviaré cenizas de rosas."  (Gustavo Cerati).

Total que la tal unidad política opositora para las próximas elecciones de noviembre no resultó, a pesar de los llamados de tantas voces sensatas.

Hicieron caso omiso de ellas, y cada agrupación se atrincheró en sus respectivos cuarteles como si se tratara de una guerra.

Adversarios son, no enemigos. El enemigo común es el régimen homicida. Pero no pudieron asimilar ese simple aserto porque son los mismos políticos tarados de siempre. Esos a los que un sabio se refirió en 1979, hablando del FSLN y del entusiasmo generalizado por el triunfo contra la dictadura de entonces: "No se entusiasmen demasiado muchachos porque somos los mismos." 

Tuvo razón y la sigue teniendo aunque falleció décadas atrás. Mejor así. No presenció el lamentable espectáculo de los que hoy "somos los mismos", porque no ha habido evolución política alguna, solo un atasco en un pantano de aguas putrefactas. 

Las agrupaciones aparecían en la tele con sus estados mayores insistiendo en la unidad frente a nosotros, los electores, mientras se jugaban triquiñuelas entre ellos por cuotas de poder, descalificándose los unos a los otros, pretendiendo lograr influencias mediáticas para mejorar sus posiciones.

Solo hicieron el ridículo. Jamás hubo intención de negociar por intereses nacionales. Cada quien quería el pastel y las candelas, y se sembraron en su estupidez hasta que echaron raíces.  Ahí están ahora como buenos tarados que son, culpándose los unos a los otros, teniendo todos el mismo anillo excretor.



Caricatura de PX Molina 


No se trató de capitalismo ni de comunismo, en fin de cuentas esos fenómenos ideológicos están desfasados en todo el mundo. Lo que hoy existe es el populismo, que no tienen ideología específica alguna. Es oportunismo puro y duro, alimentado por la exacerbación de los temores e incertidumbres sociales, con la magia de la presdigitación y el engaño. 

Así comenzó el ascenso del fascismo en Italia al poder dictatorial, y así terminó después de la Segunda Guerra. No fue fácil allá deshacerse de las rémoras del fascismo versus el comunismo (y la Resistencia), hasta que surgió la Democracia Cristiana (DC), el centro apoyado por el Vaticano y los Estados Unidos victoriosos, para contener al Partido Comunista, el más grande (y después democrático) en la Europa Occidental. Eventualmente la DC se corrompió hasta la médula y corrompió el sistema político.

Esos partidos se disolvieron en la década pasada de los noventa, junto con el Partido Socialista, por el colapso de la URSS y del bloque soviético, surgiendo el populismo de Forza Italia de Silvio Berlusconi, el magnate que participó en la corrupción anterior pero se fue en contra de todos los partidos remanentes y recompuestos. Oportunidad le llaman los empresarios, oportunismo le llaman otros.

Berlusconi ya está fuera de la ecuación porque ya no puede tolerar otra cirugía plástica de la cara, se quedaría sin ella, y ya no puede con las jovencitas. Pero surgió ese otro movimiento populista llamado Cinco Estrellas, al que ya se le han caído cuatro y media.

En pocas palabras, si alguno considera que Italia es un país políticamente inestable sin dictadura, no solo se equivoca, sino que no logra comprender su historia. Allá hay protestas masivas por inconformidades con ciertas políticas públicas, pero no salen a la calle las fuerzas del orden a matar ciudadanos.

No, aquí no es asunto de capitalismo versus comunismo. Eso ya quedó en el basurero de la historia. Aquí se trata de la imposición de agendas, y en esto concuerdo con quienes afirman que hay una tendencia de algunos multibillonarios (occidentales u occidentalizados) que nos quieren globalizar, haciendo desparecer todo vestigio de frontera cultural, y así seguir haciendo sus negocios.

No importa si se es hombre, mujer, otra cosa, lo que sea. Lo importante es que todos seamos consumidores, y hay quienes caen en ese jueguito, creyendo que se trata de la libertad individual.

"He tratado casi todo para convencerte, mientras el mundo se derrumba todo." (Chayanne).