Religiones,
el falso templo y los huracanes
(Artículo publicado previamente en La Prensa de Nicaragua el 1/12/2020))
Continúo refiriéndome a rasgos de la
humanidad que me llaman la atención. No se trata de escritos científicos, sino que
de metáforas, sarcasmos, sátiras e ironías, aunque con base histórica. Digo esto porque
vengo de la sola evolución, pero igual respeto a los creacionistas mientras no
sean fanáticos. No tengo sin embargo explicación para el origen de la materia.
Lo demás ya es conocido y se siguen haciendo descubrimientos sobre la evolución
del todo, aquí en la tierra como en el cielo.
La teoría de la Gran Explosión tiene un
interés relativo para el suscrito, lo admito. Está demostrado por la
astrofísica que el universo se expande desde una fuerza inicial que crea el
espacio, el cosmos y el tiempo, pero no se sabe de dónde vino la materia prima.
He ahí quizás el porqué de los que dicen que hay un Dios Creador. Digo un Dios,
porque desde los inicios de la humanidad han existido muchos dioses. Unos por
generación espontánea, otros por derivación, copulación o por inseminación
cósmica. Es decir dioses varones y diosas mujeres. No conozco dioses LGTBI, lo
que no significa que no los habrá en una futura mitología.
La religión estructurada más longeva ha sido la
del Imperio Egipcio (politeísta, anterior a la judía monoteísta). Duró algo así
como tres mil quinientos años, hasta la imposición oficial del cristianismo en
todo el Imperio Romano por Teodosio, en el año 380. La clase sacerdotal egipcia
con su poder, privilegios y las creencias populares, había superado anteriormente
los embates del monoteísmo de Akenatón, el faraón reformista del siglo XIV a.c.
El cristianismo, por otro lado, tiene dos mil años de existencia basado en un solo
Dios, aunque triple, y en ángeles y satanás (los católicos agregan a una virgen).
Desde sus inicios el cristianismo se dividió
en corrientes cuyos representantes se descalificaban unos a otros por la
hegemonía, o quizás por una idea. Tuvieron seguidores unos y otros, y se
celebraron después concilios de obispos, para unificar criterios con el fin de determinar
quiénes serían los herejes a excluir o eliminar.
La ortodoxia del credo de Nicea (siglo IV),
en la Turquía actual, pretendió zanjar las disputas teológicas de la época,
derivadas de un pensamiento especulativo decadente (griego) y de un extraño
judaísmo. Nicea es musulmana desde el año 1331, cuando los turcos otomanos, procedentes
de Asia Central se expandían como cualquier otro imperio, o aspirante a serlo.
Se creó así el Imperio Otomano, con el islam
como religión predominante, que tiene mil cuatrocientos años de existencia. El
Imperio Otomano decayó siglos después y fue disuelto al finalizar la Primera
Guerra Mundial. Antes, Bizancio, llamada posteriormente Constantinopla, había
sido la capital del Imperio Romano de Oriente (cristiano), y había caído ante
los otomanos en el año 1453. El último reino musulmán en España cayó en 1492.
Constantinopla es hoy Estambul, la del templo
cristiano Hagia Sophia, mandado a
construir por el emperador Justiniano en el siglo VI. Ahora es una mezquita por
mandato de Recep Tayyip Erdoğan, el populista presidente de Turquía, pretendiente
protector del nacionalismo islámico y de los musulmanes ante los infieles de
occidente.
Turquía es Estado Parte de la OTAN, como Grecia, que
fue provincia del Imperio Otomano por trescientos años, y que hoy es muro
europeo de contención frente a los turcos. Grecia ha tenido que pedir auxilio a
sus aliados para contrastar el expansionismo de Erdoğan en el Mediterráneo
Oriental. (Turquía es productora de armas y de naves de guerra).
El Imperio Otomano llegó a las puertas de
Viena en dos ocasiones, en 1529 y en 1683. Los otomanos ya habían tomado los
Balcanes y Hungría, pero en Viena fueron repelidos por coaliciones multinacionales
de defensa, no del cristianismo necesariamente, sino de la propia supervivencia.
¿Sobrevivirá en Nicaragua el sincretismo religioso del falso templo a los falsos profetas y su feligresía? No lo creo, precisamente porque son falsos, salvados temporalmente por dos huracanes.