Para no Seguir en lo Mismo
Décadas
atrás me fue dicho por dos personas muy queridas y respetadas, que nosotros los nicaragüenses como sociedad somos incapaces de ponernos de acuerdo
sobre lo que queremos, porque solo sabemos lo que no queremos; y que de las
cuatro tablas aritméticas solo conocemos dos, restar y dividir. Uno fue el
redactor de los estatutos del Partido Liberal Independiente (PLI) original en 1944, cuando políticos e
intelectuales progresistas se opusieron al continuismo de Somoza García. No para
sustituir una dictadura por otra, sino para llegar al entonces ansiado
liberalismo cultural y democrático, a ese enigma de lo que pudimos haber sido.
El otro
había redactado un manifiesto filosófico sobre su conservatismo y sobre su también oposición al continuismo se Somoza García. Igual, no porque debía sustituirse una dictadura por
otra, sino en función de la libertad individual, de pensamiento y de la
alternabilidad genuina en el poder. Ambos avanzados en sus ideologías y
profundamente democráticos. No por accidente fueron perseguidos y encarcelados en sus tiempos de políticos activos. Uno fue mi padre, el otro el padre de quien fuera mi esposa.
Mi padre
El
liberalismo filosófico, me dijo uno, es humanista, progresista y libertario. Carlos Fonseca llegaba desde la clandestinidad a consultar en los tiempos de Somoza Debayle, cuando Carlos ya estaba alineado con el
socialismo de Marx y Engels, ideología que consideraba superior al liberalismo. Carlos Fonseca deseaba adecuar su programa político revolucionario a la
realidad histórica nacional, hasta que, según algunas hipótesis, fue enviado a morir por incómodo.
De
los afectos al idealismo dialéctico o a su némesis materialista no quedan
muchos. El pensamiento evoluciona cuando proviene genuinamente de la sociedad. El
socialismo de la URSS colapsó desde adentro por la insostenibilidad del régimen, y se liberaron muchas naciones. El FSLN igualmente colapsó, así como el chavismo en Venezuela. China continental devino en una potencia capitalista autoritaria sin saber qué
hacer con un Hong Kong libre y combativo. Vietnamn igualmente se liberó de los dogmas maoístas después
de sus exitosas guerras de independencia y unificación. Corea del
Norte dinástica, militarista y aislada no importa un gran qué, ni con todo y su armamento; es
un teatro del que se saca provecho. Cuba es un electrón suelto, admirada un
tiempo sin conocerse la verdadera naturaleza de su régimen, justificado quizás por
la entonces Guerra Fría, pero hoy capaz de cualquier conspiración para mantenerse en el poder.
Los levantamientos sociales son inevitables en sociedades de todo signo. Los motivos pueden
ser diversos. La diferencia es que no se resuelven con masacres ni
persecuciones, como aquí en Nicaragua, principalmente desde abril del 2018.
Quien
diga que el partido Ciudadanos por la Libertad (CxL) es el vehículo electoral hacia el futuro del país no ha
comprendido que es excluyente, o quizás sí, y puede ser un enviado. De esa manera
seguiríamos restando y dividiendo. Que aglutinen los azules y blanco que han puesto los muertos en las calles, y que no son
excluyentes. Tienen una visión clara de lo que sí queremos por más difícil que
sea el camino, sandinistas desafectos incluidos. O nos quedaremos con Hermelinda y Aniceto forever
Nota: una variante del artículo fue publicado el 6/11/2019 en el diario La Prensa.