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10 de enero de 2019

Premisas para el 2019



Premisa para el 2019 en Nicaragua


(Artículo de opinión publicado en el diario La Prensa 15 de enero de 2018)


Si de premisas se tratase para este 2019 en Nicaragua y poder expresar la esperanza de encontrar una salida a nuestro infortunio como país, se tendría que tomar en consideración el sufrimiento de cientos de familias rehenes de la injusticia, la impotencia y la frustración por la masacre, el encarcelamiento, las desapariciones y el éxodo de decenas de miles de jóvenes provocado por el régimen en el 2018.

Para ilustrar lo que sigue en este artículo, explico que décadas atrás le propuse matrimonio a una joven para que creciéramos y nos desarrolláramos juntos en igualdad de condiciones. Y entendimos en conjunto que la dictadura dinástica de Somoza debía terminar para que Nicaragua fuese libre y pudiese prosperar. Y contribuimos como nos fue posible desde el exterior donde nos encontrábamos, para que la dictadura fuese derrocada.

Cincuenta y cincuenta fue la propuesta que le hice a aquella joven a mediados de 1974, mucho tiempo antes que otra pareja se rindiese ante las extorsiones de la esposa por los abusos del marido; y hoy impera en el país una dictadura más feroz que la anterior.

Curiosamente un profesor de sociología en la universidad me tildó de machista en aquella época, demostrando que le interesaba la libertad de la mujer solo para su propia gratificación. Aun así sigo siendo un convencido de la igualdad y de la complementariedad entre los géneros, el masculino y el femenino, porque no conozco otros, aunque sé que existen y que tienen sus derechos.

Sobre la igualdad de género recibí hace poco el vínculo a un documental sobre “Las Sandinistas”, protagonizado por mujeres sandinistas históricas, combatientes desde su juventud, quienes expresan su inconformidad con la sociedad machista en la que aún vivimos a pesar de la “revolución”.

El vínculo al documental, que estuvo accesible solo temporalmente, me fue enviado por una joven hija de un combatiente histórico, que como sus hermanas y primas han estudiado una carrera universitaria dentro y fuera del país con financiamiento propio, han viajado y hablan distintos idiomas logrando su superación, la que hacen participativa a los miembros más jóvenes de la familia, y eso es  bueno.

Digo todo esto porque me impresionó que en el fatídico 2018 centenares de miles de mujeres jóvenes, madres y aún abuelas salieran a las calles a protestar contra la represión, la masacre y la persecución a sus hermanas, hermanos, hijas, hijos, nietas y nietos, asesinados unos  –hoy mártires– y encarcelados otros por órdenes de una pareja disfuncional, la de los discursos infantiles según el Secretario General de la OEA, después de conocer el contundente informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre la criminalidad del régimen.


Por tanto, si una premisa pudiese avanzarse para el 2019, sería la de la justicia para las hermanas, madres y abuelas de los mártires y de los presos políticos del 2018 en Nicaragua.

 



23 de julio de 2018

La OEA, el Ejército y la Ley



La OEA, el Ejército de Nicaragua y la Ley


(Artículo de opinión enviado a un diario nacional para su publicación)

Por conocer los foros internacionales y el lenguaje que se utiliza en ellos, con vergüenza ajena vi y escuché la sesión del Consejo Permanente de la OEA del 18 de julio sobre la situación en Nicaragua. Con insistencia el Ministro de Relaciones Exteriores pretendió imponer como verdad las alucinaciones del régimen. Solo la delegada de Venezuela repitió con las mismas palabras la cantaleta sobre la conspiración terrorista para derrocar el gobierno de la pareja Ortega-Murillo.

Bolivia, por su parte, retiró la propuesta que pretendía neutralizar la condena al Gobierno de Nicaragua –por la brutal violación de los derechos humanos– cuando constató que no sería apoyada ni por los Estados insulares de Petrocaribe. Prudentemente también, Bolivia se retiró de la sala para no votar con Venezuela contra la resolución de condena, y no exponerse así a las consecuencias internas e internacionales de ese voto. La abstención tampoco habría sido opción frente a sus aliados en la OEA, Nicaragua y Venezuela.

La veracidad de las atrocidades de la pareja es conocida por los gobiernos de la región y fuera de ella. Tienen embajadas en Managua, que es su fuente primaria de información, y la OEA, aunque esté integrada por países de la región, tiene también como observadores permanentes a Estados que también tienen legaciones diplomáticas en Washington, D.C., sede de la organización.

La resolución de condena por tanto fue aprobada de manera abrumadora y es vinculante. Per contra, la resolución de expiación del gobierno propuesta por el representante de Nicaragua fue rechazada de manera superlativa.

La resolución de censura, entre otros temas, condenó todos los actos de violencia, represión, violaciones de derechos humanos y abusos contra el pueblo de Nicaragua, incluyendo los de la policía y grupos parapoliciales, agregando que se debe proceder a identificar y procesar judicialmente a los responsables. Que el Gobierno de Nicaragua no cumplirá con la resolución se desprende del discurso de Daniel Ortega el 19 de julio.

En la Comandancia del Ejército se conoce muy bien quiénes son esos parapoliciales, quién los recluta, los coordina, los arma, los dirige y les paga. Para eso está la Dirección de Información para la Defensa. 

Es una obligación constitucional del Presidente de la República cumplir con la Constitución y con las leyes, así como hacer que sus subordinados también las cumplan, como son el Jefe de la Policía y el Jefe del Ejército. Es también disposición constitucional que el Estado de Nicaragua debe promover la preeminencia de los Derechos Humanos en el país, los contenidos en los convenios internacionales identificados en la misma Constitución.




Y en el Código Militar se expresa que el Ejército se regirá con apego a la Constitución Política, las leyes y los instrumentos internacionales en materia de Derechos Humanos. El Ejército entonces como institución del Estado, ¿es cómplice de la violación de los Derechos Humanos en Nicaragua por omisión

Nota: este artículo fue publicado en el diario La Prensa el 26 de julio de 2018.