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9 de marzo de 2019

Los Tiempos Pasan



Los Tiempos Pasan


(Artículo de opinión enviado a un diario nacional como seguimiento coyuntural a la situación política en Nicaragua)



Abdelaziz Bouteflika es el presidente de Argelia que desea ser reelecto para un quinto período consecutivo. Es presidente desde 1999, tiene 82 años de edad y a la fecha se encuentra internado en un hospital en Suiza por asuntos geriátricos o neurológicos, no lo sabemos, es secreto de Estado, pero sabemos que tuvo un ictus cerebral en el 2013 y que su enésima candidatura ya fue admitida por el consejo electoral.

En el 2008 Bouteflika hizo reformar la constitución para que se permitiera la reelección indefinida, la suya. El paralelo con el de aquí es evidente, aunque el de allá no tuvo que pasar por una corte constitucional incondicional, ni tiene una esposa –igualmente de la tercera edad– que le exija compartir el poder. No, el de allá fue directo a un legislativo que ya estaba a su servicio.

Independientemente de los méritos pasados de Bouteflika, los jóvenes se le están rebelando, y desde el 2013 después del ictus, se le ha visto en silla de ruedas en público, aunque sin hablar. Esto lo hace por interpósita persona, como por un vetusto general de 79 años de edad en servicio activo que lo apoya –los militares–, por haber sido una creación de ellos para salir de la guerra interna que finalizó en el 2002. Pero esos tiempos ya pasaron y Bouteflika se quedó.


Bouteflika no quiere soltar el poder, aun si decenas de miles de jóvenes –y adultos– se manifiestan contra su pretendida reelección después de 20 años como presidente, solo que en aquellas latitudes no se habla de una conspiración del imperialismo francés, del que Argelia se liberó finalmente en 1962 tras una guerra de independencia que duró ocho años. Bouteflika sabe muy bien que no puede engañar a los argelinos, de cultura milenaria. También Monimbó tiene una cultura milenaria, precolombina y posterior, y no los engaña nadie, ni con la invocación a los espíritus que ha hecho la pitonisa criolla.


Monimbó

El tiempo pasa y la pareja de edad avanzada en el poder en Nicaragua no es apta para gobernar a las jóvenes generaciones –más que a sus numerosos hijos–, ni a sus propias generaciones que igualmente se les rebelan. Pero esos pretéritos en el poder no aceptan la rebelión, no obstante sea cívica, y prefieren recurrir a la represión sin límites, a la desinformación y a la quimera de conspiraciones externas para justificarse.

Lo del diálogo en nuestro país es un eufemismo. La pareja no tiene intención alguna de salir, ni en sillas de rueda aunque sus tiempos ya hayan pasado. La pareja teme, en particular, aceptar garantes internacionales de los acuerdos a los que se podría llegar, por aquello que también deberá aceptarlos cuando tenga que acceder a que se celebren elecciones anticipadas, libres, justas, transparentes y observadas nacional e internacionalmente.


Los Pretéritos de Nicaragua

Los pretéritos en el poder son tercos hasta que dejan de serlo porque ya no están.

Nota: Este artículo, con diferencias, fue publicado el 11/03/2019 en La Prensa.

12 de febrero de 2019

La Constitución y la Canasta Básica



La Constitución Política y la Canasta Básica 
en Nicaragua


(Artículo de opinión con mucho sarcasmo enviado a un diario nacional)

Aunque mi primer título académico, que data de 1975, diga Doctor en Derecho, he leído y estudiado más esa materia desde entonces. Es más, en el exterior obtuve una maestría, también en derecho, es decir, al revés. Primero el doctorado y después la maestría. Pero bueno, vivimos en un país al revés según ésos que expresan lo contrario de la realidad queriéndola ocultar. Esto no es posible por aquello del internet, los teléfonos móviles multiuso y lo que queda de la prensa independiente, aunque sea desde el exilio y de las cárceles del país.

La realidad la vivimos cotidianamente, y los que se expresan al revés lo hacen por interés personal. Sí, por mero interés propio y de sobrevivencia en el régimen. Y no les importa si desde ese mundo al revés se envía a reprimir a los que ven la realidad como es y así se expresan.

La realidad es una, no existe otra como se pretende desde arriba. La Ley para una Cultura de Diálogo, Reconciliación, Seguridad, Trabajo y Paz, publicada el pasado 28 de enero es una verborrea falaz y seudo religiosa. Se pretende imponer el espionaje y el control social en cada escuela y barrio del país por medio del partido y la Policía Nacional.

Por otro lado, nunca he leído textos legales –o de cualquier orden– de otros países que incluyan la @ para referirse al hombre y a la mujer como igualdad de género. Pero ¿y el tercer género reconocido en otros lares que también existe aquí? ¿Quizás & en vez de @? Tomen nota legisladores. Dejen de ser siervos de la @. Vayan más allá. Libérense de ese yugo. Después será muy tarde y no valdrá el yo no fui.

Y de qué puede servir referir artículos de la Constitución Política si es papel higiénico, y sabemos para qué sirve ese papel. La Constitución pasó a ese rol por obra y gracia de una pareja de adultos mayores –y su séquito– jugando macabramente a ser jóvenes. El papel higiénico está en la canasta básica, en la lista de los productos básicos. Debajo de papel higiénico debería seguir la Constitución Política, porque para eso sirve.

Nicolás Maduro en Venezuela muestra regularmente una versión de bolsillo de la Constitución de su país cuando habla en público.  Aquí no he visto a los funcionarios del régimen haciendo algo similar con la nuestra, ¿por qué? Pregunta retórica. Saben que en Venezuela y en Nicaragua la Constitución es papel higiénico hasta nuevo aviso y hasta que ya no estén.


Nicolás Maduro sobre Venezuela

Firmo los artículos de opinión como Doctor en Derecho por lo dicho al inicio, pidiendo disculpas a todos aquellos a quienes he ofendido por estado espirituoso de la conciencia, aunque no por no ver la realidad al revés. 

Nota: El artículo no fue publicado o por ser muy sarcástico o por estar fuera de la coyuntura política.