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15 de marzo de 2024

Pezas de calzan o al entendedor por señas

 

Piezas que calzan o al entendedor por señas

(Publicado originalmente en el diario digital de Nicaragua La Prensa)

  

Pienso que de vez en cuando, cuando se escribe un artículo de opinión, cabe incluir un tanto de humanidad en el contexto de un sistema político deshumanizante. Un sistema donde las personas son tratadas y arriadas como ganado, en beneficio de una estructura de poder única y excluyente, que prohíbe aspirar a otros pastos. 

Ahora las piezas. “Como una promesa eres tú, como una mañana de verano. Como una sonrisa eres tú, toda mi esperanza. Como lluvia fresca en mis manos eres tú, como el agua de mi fuente. Como un poema eres tú, como una guitarra en la noche.” (Mocedades). 

“Ahora siéntate frente a mí. Escucha bien sin interrumpir. Hace tiempo te lo quería decir. Tratar de convivir inútil resultó. Todo sin alegría y sin una lágrima. Nada para agregar ni compartir. Tu trampa me atrapó y yo también caí.” (Ricardo Cocciante). 

“Volver con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien. Sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada, que febril la mirada errante, en las sombras te busca y te nombra”. (Carlos Gardel). 

De la adolescencia a adulto mayor, en un mosaico de vida, de acciones y omisiones cuyas piezas calzan, como calzan las cosas de la vida, no las de los ritos mistéricos escatológicos antiguos, sino que los contemporáneos. He aquí por tanto uno de esos misterios contado (nuevamente) como un cuento. 

“La revelación cristiana se funda en el obvio y misterioso principio de que el Universo implica un Dios escondido. Escondido para el hombre, que decaído por culpa del pecado desde su primitivo estado de gracia y de conocimiento, lo busca infatigablemente, y se esfuerza por encontrarlo”. (Silvio D’ Amico, Historia del Teatro Universal). 

Las citaciones anteriores podrían parecer confusas, aunque no para el lector paciente. El impaciente seguramente ya se fue a otro lado, porque estos cuentos son descartables por lo efímero de lo que se escribe en los diarios, y más aún cuando algunos son (somos) objeto de avalanchas cibernéticas de mentiras, desinformación e intentos de manipulación, es decir del blablablá de los déspotas y sus derivados. 

Que Yahvé salve a quien lo merece, pero creo que los dioses (todos) están desconcertados por el error de la creación, a pesar de las oportunidades dadas para rectificar. Como ellos en el cosmos, nosotros en la tierra nos seguimos matando por la hegemonía del yo sí pero tú no. No hemos aprendido nada. Seguimos siendo los mismos (animales) de siempre. Si se piensa que algunos de estos son criaturas del demonio, quizás deberíamos reconsiderarlo, porque el demonio son también Yahvé y Alá. Diga usted si no es así. ¿Quién creó al demonio para echarle la culpa de los males del mundo? ¿Qué diría Mafalda, la de Quino el genio argentino sobre el estado del mundo? Que está enfermo y cada vez más viejo y titubeante, como los déspotas. Pero ni los déspotas mismos, allá donde se encuentran, se creen sus mentiras, menos que las crean otros. 

Que si me voy a condenar, ni idea. Son solo conjeturas. Pregúntele usted a un cubano del régimen o de la diáspora por qué siguen en lo mismo en la isla, cuando saben que la fiesta se acabó hace mucho tiempo. ¿Por el poder y los privilegios de los de arriba? Por supuesto, y a aguantárselo porque es por el bien del pueblo y de la revolución contra los embates del imperialismo, el único e indivisible, el de los Estados Unidos. Y esta no es conjetura para la nomenclatura cubana, es un asunto de seguir mintiendo para sobrevivir, y con las remesas enviadas por los cubanos emigrados al imperio por la necesidad de comer. 

Respuesta alternativa: ¿por qué esperar la segunda venida de un ser extraterrestre? Ah bueno, por ahí se tendría algo de razón, ya ha venido y se ha ido, pero por aquí anda seguramente de nuevo, aunque no se ve. ¿Y qué se hace? Seguir esperando que se manifieste para que lleguemos al apocalipsis, la antesala de la redención, porque el reino de Yahvé jamás llegó, y eso que viene siendo predicado desde hace más de dos mil quinientos años como si estuviese a la vuelta de la esquina. 

Fue a principios de la década pasada de los años noventa que volví a ver a los mismos diplomáticos itinerantes cubanos de los años ochenta. Delgados hasta más no poder por el hambre en la isla en tiempos del período especial. La URSS ya había colapsado y los subsidios esfumados, hasta que se aferraron a los subsidios de Venezuela, que también colapsó, como todo socialismo marxista. Pero los regímenes de Cuba y Venezuela se mantienen a flote a cualquier costo (la represión). Creen que en la carrera de maratón de la historia van a prevalecer con los chinos, rusos, iranios y demás, cuando la realidad es que están hundidos en el fango. No tienen salida más que la libertad, pero no, no quieren dar el brazo a torcer, sería traicionar al terco de Fidel que ya murió, pero que algunos cubanos y otros por ahí se niegan a enterrar. 

Absurdo, pero así es. ¡Viva Chávez, otro muerto que nunca muere! Es decir, ¡vivan los muertos! ¿Qué harán los cubanos en su momento con la maga Circe? Obvio, seguir corrompiendo a los militares, seguir reprimiendo toda disidencia y seguir mintiendo (como en Venezuela), culpando de todo a los Estados Unidos. El clásico manual de sobrevivencia de los déspotas dizque anti imperialistas. 

La segunda venida en Cuba fue después del colapso de la URSS, y la tercera después del colapso económico de Venezuela. Los cubanos no aprovecharon las oportunidades que les ofrecieron los países libres, como lo hicieron los de Europa, los del Cáucaso y los del centro de Asia que se liberaron de los soviéticos y del marxismo leninismo. 

¿Bukele en El Salvador? Es su segunda venida y la primera de Milei en Argentina, veremos qué sucede. ¿Y Lula da Silva en su tercera venida en Brasil? Esperando que se manifieste a favor de elecciones libres, transparentes y sin inhibiciones de candidatos en Venezuela, en este año 2024. ¿Y los otros? A seguir esperando que se manifieste el mesías.

Bueno, a los interesados en estos cuentos, esperen el siguiente, o no si no gustan, “una cosa sí puedo decir con toda seguridad: que la vida sea corta o larga depende de la manera en que la vivamos.” (Paulo Coelho, en El demonio y la señorita Prym).