Translate

Mostrando las entradas con la etiqueta Alemania Oriental. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Alemania Oriental. Mostrar todas las entradas

1 de febrero de 2024

De un cuento a otro

 

De un cuento a otro

(Publicado originalmente en el diario digital de Nicaragua La Prensa)

 

Sobre el cuento anterior Para seguir opinando, agrego la siguiente acotación: “El sacrificio de sangre como una práctica esencial del culto, deriva directamente de las antiguas prácticas mágicas. La prohibición de la magia, según la ley mosaica, era causada por servir a dioses extranjeros, no por su ineficacia.” (María Verónica Sepúlveda, Antigüedad y edad media, ¿magia, brujería o religión?).  

Esta acotación la relaciono con la mención hecha en ese cuento de la leyenda de Abraham y su hijo Isaac, por la que los rabinos informaron a los hebreos sobre el paso de los sacrificios humanos a la de animales, pero de sangre igualmente. Zoroastro, por otro lado, prohibió todo rito de sangre en el Avesta, al menos seiscientos años antes de Jesús. Los cristianos a su vez, trasladaron los ritos de sangre a la simbólica transubstanciación de Jesús en la hostia consagrada, un gigantesco avance ético desde el judaísmo de entonces.

Zoroastro predicó que había un solo Dios creador bueno y sabio, Aura Mazda (la luz), y que los dioses anteriores eran emanaciones espirituales de Aura Mazda. Nietzsche en el siglo XIX escribió su irónico Así habló Zaratustra imitando los diálogos entre Zoroastro y Aura Mazda en el Avesta, la Biblia de los zoroastras, para demoler toda creencia en seres extraterrestres y otras creencias europeas. Y está bien, cada quien tiene sus ideas por las razones que fuesen. Prefiero la tolerancia religiosa actual de los cristianos a la persecución de los mismos, por ciertos desfasados que han regresado al rito de la sangre humana (la represión).  

Richard Strauss, otro alemán, en 1896 compuso su poema sinfónico Así hablo Zaratustra (el de 2001 Odisea en el Espacio), devenido de la obra de Nietzsche, pero reconociendo a Zoroastro. ¿Cómo es que no se habla de estas cosas? Es evidente la ignorancia de los receptores como borregos del culto de la maga Circe, quien transformaba, precisamente en borregos, a quienes no la seguían para que la siguieran.




Siguiente cuento. Cuando fui a la Habana en el lejano 1980, Fidel Castro era sagrado para los cubanos, y él lo sabía. Padecía de un narcisismo que pretendía ocultar. Era brillante y de memoria prodigiosa, no hay dudas, eso lo vi, lo conocí. Podría referir distintas anécdotas de los diez días que estuve en la Habana, puesto que fui en una misión diplomática de iniciación relacionada con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). El suscrito fue parte de la delegación de Nicaragua.

Siendo entonces un joven entusiasta de la revolución cubana, me interesé en conocer la Habana y a los habaneros. Fuimos libremente donde quisimos. No vale la pena mencionar los lugares icónicos visitados, pero sí que se respiraba un aire de satisfacción por ser cubanos y socialistas, o mejor dicho comunistas, como ellos se identificaban. Los cubanos sin embargo no podían acceder a los sitios reservados a los que llegaban a la isla con dólares. En ningún momento entré en conversación alguna sobre el porqué de esa satisfacción, solo la viví. Era por supuesto la época de oro de la Cuba subsidiada por la URSS.  

Todo fue bien hasta que se manifestó el espionaje del Estado en una cena, con ron por supuesto. Fue durante un espectáculo de variedad en el hotel donde estábamos alojadas varias delegaciones. Como si yo fuese su hermano ideológico, el agente me pidió que lo asistiera en el acercamiento a un miembro de la delegación de un país vecino. Consentí hasta que realicé que me estaba usando como un idiota, y me despedí para retirarme a mi cuarto. El asunto no pasó a más. Ahora Cuba sin subsidios de país alguno, está en total decadencia. El socialismo a la cubana también fracasó porque no fue ni es sostenible.

Berlín Oriental fue la siguiente parada de viajes a países socialistas. Fue a finales de 1981 cuando el Embajador de Nicaragua en la República Democrática Alemana (RDA), tío de mi entonces esposa, nos invitó a visitarlo para pasar juntos algunos días. Yo llevaba un año de haber llegado a Roma como diplomático ante la FAO, como quizás diré en otro cuento.

Me impresionó la pulcritud y la seguridad en la ciudad, y por supuesto que me impresionó el muro. El embajador sin embargo podía cruzar al lado occidental por el puesto de control Charlie, el de los Estados Unidos. Eran tiempos de la guerra fría una década antes del colapso de la Unión Soviética.

Berlín Occidental fue más de mi agrado por ser ciudad más acorde con mis expectativas de lo que debía ser una ciudad europea moderna (reconstruida después de los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial, como Berlín Oriental y Dresde, que también visité). El escaparate de occidente le llamaban los comunistas del otro lado, y ese lado colapsó en 1989. ¿Por qué? Los que querían ser libres se lo guardaban por aquello del espionaje interno y la represión, hasta cuando ya no pudo haberla. Así de fácil, así de terrible. Mérito de Mijaíl Gorbachov, el de la entonces URSS, quien no intervino dejando Alemania a los alemanes.

Regresé a Berlín a mediados de 1990 después de la caída del muro, como diplomático en misión especial y en transición hacia Viena, meses antes de la reunificación de Alemania. Me encontré con los mismos que trabajaban en la Embajada de Nicaragua en la República Democrática Alemana. Me dijeron que era un trabajo de por vida, y que estaban angustiados por lo que vendría. Uno sin embargo me expresó claramente que prefería la libertad. Me explicó ese concepto, que sigue siendo el mismo de hoy. No a las imposiciones de un Estado totalitario. Klaus se llamaba e ignoro si vive aún.

En 1984 fui a Bucarest, Rumanía, en viaje oficial unipersonal, el país de la pareja Ceausescu. Sobre esto en otra ocasión para no cansar al lector. Por lo pronto, veremos quién se disuelve primero en el cosmos para ir a saludar a los ancestros. Por lo que al suscrito se refiere, estoy preparado puesto que estoy libre de todo ocultismo, magia, brujería y de cualquier maleficio o rito de sangre. Mis protectores son más fuertes sin tener que llevar talismanes en el cuerpo, con la salvedad de un pequeño tatuaje en la cadera derecha que me identifica.

Siempre agradecido con mi hermanita quien insiste en rescatar mi alma para la salvación eterna.

 

10 de junio de 2020

Immo vero nec dubio



Immo vero nec dubio


(En plena pandemia del Covid-19, publicado en La Prensa de Nicaragua del 22/06/2020)

Immo vero nec dubio (sin duda alguna) decía en latín el sello que mi padre estampó en sus libros; y ex libris (los libros de), a lo que agregó los apellidos de los hijos sin pretender que fuésemos ex libris de nadie, sino seres libres y honestos que pensásemos por nosotros mismos según las propias experiencias de vida, educación y formación. “Pienso que”, decía, y agregaba invariablemente que la decisión le correspondía a uno mismo. Libertad con responsabilidad fue lo que nos enseñó, y eso fue lo aprendido, nada fácil de administrar, la libertad digo, de la que ningún ser humano puede prescindir so pena de ser siervo de alguien.

En libertad se cometen errores que pueden tener consecuencias duraderas en otros, errores que se admiten para corregir ruta procurando reparar el daño. La servidumbre, aun si paradójico, no está fuera de esa ecuación. Si al siervo del régimen no se le permite tener criterio propio y actúa porque se le ordena, igual puede hacer daño. Sobre el mandante recae la responsabilidad principal, pero no excluye la del siervo, porque hay ofensas que no admiten perdón sino la sanción de ley.

Recuerdo a Klaus, de la entonces Alemania Oriental, quien me expresó, después de 1989, que si bien antes habían tenido aseguradas condiciones de vida aceptables (de allá), no tenían libertad, y que por eso se habían rebelado masivamente cuando pudieron, cuando ya el régimen no pudo enviar a sus siervos a reprimir y a matar a los contrarios. El miedo a la libertad ya no era una opción, y el régimen colapsó. 

“La verdad os hará libres” dice el texto, pero la verdad es antagonizada por la pareja del régimen (de aquí) al pretender tener la razón en todo, aún si contraria a la razón misma. Son meros seres vulgares que desde su alienación exigen obediencia universal, lo que magnifica su decrepitud, esa que no le permite respirar a los jóvenes ni a nadie más que los contradiga. “La necesidad de tener razón es el signo de una mente vulgar” (Albert Camus, autor de La Peste, 1947).




Es así que en el auto aislamiento he visto el todo sin censuras, incluyéndome, siendo la conclusión la misma, la justicia como imperativo, porque hay crímenes que no son redimibles. Sin justicia no hay paz duradera. Pienso por tanto que los siervos del régimen deberían verse en el espejo del daño que provocan, quizás así verían su inadecuación frente a la realidad. Pienso igualmente que deberían disociarse del régimen antes de morir por la pandemia, o por el virus de la ignominia. Pienso también que los de la oposición, la real, no deberían defraudarnos. 

Igual los libres seguiremos siendo libres.