La pasada cumbre UE-CELAC
(Publicado previamente en el diario
digital La Prensa de Nicaragua)
Esto de opinar sobre hechos complejos acontecidos
semanas antes es por prudencia. Hay los que saltan durante o inmediatamente
después de los hechos, pensando que las redes sociales son el instrumento ideal
para llegar a la verdad, sin percatarse, quizás, de las imprecisiones y confusiones
que se difunden. Otros difunden el falso deliberadamente porque están contratados
para ser propagandistas de un interés político particular.
Me refiero aquí de manera específica a
la III Cumbre de la Unión Europea-Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños (EU-CELAC), del 17 y 18 de julio, 2023, en Bruselas, sede del Consejo
Europeo y de la Comisión de la Unión Europea, entre otros órganos de la UE.
Ocho años habían pasado desde la
cumbre anterior EU-CELAC por aquello de la pandemia, y porque Jair Bolsonaro
había retirado a Brasil de la CELAC puesto que, según su canciller, “La CELAC no
tenía resultados en la defensa de la democracia o en cualquier área. Al
contrario, daba protagonismo a regímenes no democráticos.” Como sabemos,
la CELAC está integrada por la totalidad de los Estados de la región de América
Latina y el Caribe, lo que excluye a los Estados Unidos de América y a Canadá.
Lula da Silva reintegró a Brasil a la CELAC al asumir la presidencia a principios de este año 2023 y ha regresado a ejercer el liderazgo mundial que lo caracteriza. De hecho, en Bruselas se reunió con los presidentes de Argentina, Colombia, Francia, el Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, el negociador de la Plataforma de Unidad de la oposición venezolana y la vicepresidenta de Venezuela (en ausencia del presidente), para abordar el tema de las negociaciones del gobierno de Venezuela con la oposición, en función de las elecciones generales del 2024 en ese país. En el comunicado sobre el encuentro se confirmó que es parte del proceso hacia unas elecciones libres en Venezuela.
Por otro lado, la guerra de la
Federación Rusa contra Ucrania y los avances de Rusia y China en el África
postcolonial para hacer alianzas políticas, económicas y de acceso a sus
recursos minerales, ha inducido a la UE a retomar el diálogo y la cooperación
con la CELAC. El reciente golpe de Estado en Níger (rica en uranio) por
militares anti franceses y pro rusos, así como los golpistas militares pro
rusos y anti franceses de Malí (rica en oro) y de Burkina Faso (rica en oro y otros minerales), son una expresión del interés
de Vladimir Putin de usar a los mercenarios del Grupo Wagner como apoyo a
militares de distintos países contra los extremistas islámicos (yihadistas), y para
que militares pro rusos accedan al poder. La recompensa son recursos minerales para Rusia y la venta de armas rusas a esos países. Los mismo hace Putin en
otros países africanos como Libia, Sudán y la República Centroafricana, con la
intención de acercarlos a la órbita de la Federación Rusa.
No es un accidente que en la II Cumbre
Rusia-África en San Petersburgo el 27 y 28 de julio recién pasado, Putin apostó
a estrechar los lazos de amistad con la comunidad africana y a incrementar su
influencia en ella, pero solo 17 líderes africanos participaron en la cumbre
frente a los 49 de la anterior del 2019, antes de que Rusia iniciara la guerra
contra Ucrania. Esta es una clara indicación de que Putin no está logrando sus
objetivos en el continente africano, a pesar de prometer donaciones de granos
por aquello de que Rusia se retiró de la Iniciativa sobre la Exportación de
Cereales por el Mar Negro, por lo que Ucrania ya no podrá exportar sus
excedentes (entradas monetarias) so pena del ataque a sus barcos mercantes por
parte de las fuerzas navales rusas. Al respecto, el presidente de Kenia ha
expresado que la decisión de Rusia de retirarse del acuerdo de granos es una "puñalada
por la espalda a los precios de seguridad alimentaria mundial".
Por su parte, Yevgueni Prigozhin, líder del Grupo Wagner, fue visto en San
Petersburgo durante la cumbre reuniéndose en un hotel de su propiedad con
distintas delegaciones africanas, en particular la de Níger, en un evidente
reacercamiento de Putin con Prigozhin, después de su intentona de rebelión
contra la cúpula militar rusa, por incompetencia según él, lo que llevó a
ciertas destituciones de altos oficiales del ejército ruso.
En la declaración de la III Cumbre
UE-CELAC se incluyeron dos párrafos sobre este asunto de la guerra rusa contra
Ucrania que textualmente dicen: “15. Expresamos nuestra profunda
preocupación por la guerra en curso contra Ucrania [el resaltado es del
suscrito], que sigue causando un inmenso sufrimiento humano y está agravando
debilidades ya existentes en la economía mundial, limitando el crecimiento,
aumentando la inflación, perturbando las cadenas de suministro, incrementando
la inseguridad energética y alimentaria e intensificando los riesgos para la
estabilidad financiera. En este sentido, apoyamos la necesidad de una paz justa
y duradera. Reiteramos igualmente nuestro apoyo a la Iniciativa sobre la
Exportación de Cereales por el Mar Negro y a la labor realizada por el
secretario general de las Naciones Unidas para lograr su prórroga. Respaldamos
todos los esfuerzos diplomáticos que busquen lograr una paz justa y sostenible
en consonancia con la Carta de las Naciones Unidas.”
Y la segunda parte del párrafo dice: “Recordamos
nuestras posiciones nacionales específicas manifestadas ya en otros foros, en
particular en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y en la Asamblea
General de las Naciones Unidas...Reafirmamos nuestra adhesión a la Carta de las
Naciones Unidas y al Derecho internacional, en particular la necesidad de
respetar la soberanía, la independencia política y la integridad territorial de
todas las naciones. Es fundamental defender el Derecho internacional y el
sistema multilateral que salvaguarda la paz y la estabilidad.”
Nótese que en ningún momento se hace
mención de Rusia ni se le condena, pero sí se hace referencia a la Carta de las
Naciones Unidas, al Derecho Internacional, el respeto de la soberanía, la
independencia política, la integridad territorial de todas las naciones y a la
salvaguarda de la paz y la estabilidad. Es por los dos párrafos reproducidos
arriba que el delegado de Nicaragua no firmó la declaración, que fue adoptada
por los 27 países de la Unión Europea y los 33 países de América Latina y el
Caribe menos uno, lo que constituye consenso, puesto que ningún país de la cumbre
tenía derecho de veto, por más que el delegado de Nicaragua pretendiera oponerse
a su aprobación, creyendo representar a un gran líder mundial, haciendo solo el
ridículo.
Seguramente veremos como Nicaragua se adhiere más adelante a la declaración de manera clandestina, para no quedar fuera de los fondos de cooperación de la Unión Europea, en las áreas definidas en la declaración misma, a pesar de las inconsistencias que el gran líder dice sobre los europeos, en particular en vista del párrafo 10 de la declaración, donde los europeos hacen el mea culpa por el comercio trasatlántico de esclavos de tiempo atrás.