Para seguir leyendo entre líneas
(Publicado inicialmente
en el diario digital de Nicaragua La Prensa)
He pagado
lo que debo una y otra vez. He cumplido sentencia sin un crimen, pero errores
he cometido. (Freddie Mercury-Queen).
A veces pienso
que estoy perdiendo el juicio, o que ya lo perdí. He sentido que me desprendo
de mí mismo, y no es desdoblamiento. Trato de expulsar al último de mis
demonios y de expiar el último de mis pecados.
No tengo temor de
expresarme, y no hay expresión propia que no provenga de uno mismo. ¿De dónde
si no? Admito la añoranza del partido de los bebedores de cerveza, por lo que hoy
me encuentro en un lamentable estado de sobriedad.
Los cuentos que
cuento son solo eso, sin ser piezas literarias, por favor. No hay opiniones
dogmáticas, no hay sugerencias, no hay noticias falsas ni conspiraciones; y menos llamamientos al
odio o a la traición de no sé a qué o a quién. Son solo eso, cuentos inocuos
que cada quien interpreta leyendo entre líneas.
Hay un blog,
vocablo ya aceptado por la RAE, en el que corrijo todo dato histórico,
geográfico, definición o concepto después de su publicación en este diario. Es
decir, que luego de una revisión de la publicación, si encuentro alguna que
otra incongruencia, la compenso en el blog. Bueno, las ideas las tengo bastante
claras cuando escribo, pero el lector no tiene que tener el don de leer la
mente para entender el conjunto, solo debe saber leer entre líneas.
En este blog se incluyen además vínculos varios de carácter didáctico.
La opción de los comentarios está deshabilitada por lo que no hay interacción
con los visitantes al sitio, y por tanto no califica como red social, es decir que
está fuera de las leyes represivas del derecho positivo. El derecho natural,
por otro lado, es el de los Derechos Humanos, tanto en Nicaragua como en el
resto del mundo. Otra meta que alcanzar.
El objetivo de
este cuento es llamar a los lectores a expresarse, también entre líneas para no
exponerse a las leyes represivas, interpretadas y aplicadas por la nomenclatura.
Esas leyes –ilegítimas– emanadas de las estructuras del poder son una cosa, el
derecho es otra, y más allá está la justicia, la del derecho natural.
No expresarse es
ser rehén de la soledad impuesta por la auto censura. Expresarse entre líneas
vale el riesgo de una eventual visita de algún indeseable, de lo contrario
seríamos esclavos de nuestros miedos. Y es así que nos pretenden mantener sometidos,
con el derecho positivo represivo, es decir sin derechos y mucho menos
justicia. Pero el día de la liberación vendrá. Nadie en la historia de la
humanidad ha dejado de ser esclavo hasta que decide liberarse del yugo a riesgo
de su propia vida.
De aquí a que se
desate la tercera guerra mundial hay tiempo para seguir contando cuentos. Los
del día a día son los periodistas independientes nacionales y extranjeros, a
quienes saludo, así como a los comentaristas desterrados, todos ellos. Que se
sigan incinerando los tontos “opositores” por el dinero y por el poder a venir,
que se jodan todos ellos y ellas, como dicen que tenemos que decir ahora. Al carajo la así llamada ideología de género desestabilizadora de sociedades.
Los imperios,
como dije en otra ocasión, pueden ser unos mejores que otros, o dicho de otra
manera, menos peores que otros. Hemos llegado al punto de decidir sobre la
propia identidad cultural. ¿Con quién se está? Con Occidente evidentemente, aun con sus defectos ¿Qué tenemos que ver con los déspotas rusos, chinos e iraníes? Nada, y aun así se
entrega a Nicaragua a los intereses de esos países para conservar el poder,
atacando virulentamente a los Estados Unidos, convertido convenientemente en el
enemigo, y allá se ríen de nosotros.
Hay tontitos por
aquí que creen ser rusos, chinos o iraníes, cuando lo cierto es que son
despreciados porque son fáciles, entregan el país entero sin que se lo pidan.
Nótese que no he mencionado a Cuba hasta ahora. Ese régimen está desde hace
mucho en la verdadera cloaca. No lo van a aceptar los de la nomenclatura por
supuesto, ni que sea desplazada por la lucha interna por la sucesión que vendrá.
Somos esclavos si
queremos ser esclavos. Los de la nomenclatura cubana no pueden sobrevivir si no
se apropian de otros países, lo que vienen intentando desde hace más de medio
siglo, pretendiendo exportar su revolución fallida, creando solo zozobra en la
región, seguida de brutales represiones contra el comunismo. En algunos casos
han sido exitosos sin embargo. La Venezuela de hoy no es de los venezolanos
sino que de los cubanos, quienes no están dispuestos a soltarla sin importar
las consecuencias para Venezuela. ¿Y si los cubanos de a pie quieren ser amigos
de los Estados Unidos y democratizarse? No lo permitirían los ricos de arriba,
los de la lucha de clases, los de la clase comunista dominante contra el pueblo
llano. Dictadura del proletariado le llamaban tiempo atrás. Hoy ya no se habla
de eso, solo se ejerce, la dictadura digo, porque el proletariado en Cuba no
existe. Cuba solo produce pobreza.
China ya no es
marxista maoísta. Ahora son marxistas capitalistas, porque los regidores
entendieron la dialéctica inversa de Marx, el equívoco sobre la evolución social.
Primero socialistas y después capitalistas. Es decir, a la inversa. En
síntesis, Marx se equivocó en grande, y se equivocaron en grande los comandantes
de la revolución, y continuamos pagando por ello. En Cuba la evolución social
ha sido del socialismo a la esclavitud. Vaya materialismo histórico.
Recuerdo los manuales del catecismo comunista de la Editorial Progreso, de Moscú. Ya nadie que yo sepa, se acuerda de ella, quizás solo el suscrito.